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MARATÓN 3/3

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MARATÓN 3/3

Laura no podía más.

En ese momento estaba sentada en la sala de estar, Martín frente a ella, tenía la mirada gacha, jugando con sus manos.

Laura se había equivocado, mejor dicho Martín se había equivocado y ella aunque se había dado cuenta antes, no se había hecho a la idea.

— ¿Cuándo empezó? — Preguntó con la voz temblorosa, jugando con la taza entre sus manos, lo que provocó un repiqueteo estridente.

— Hará un año. — Contestó él, mientras jugaba con sus manos y miraba a su esposa.

El nudo de su garganta se hizo más notable, su visión se nubló a causa de las lágrimas, se obligó a calmarse, antes de formular otra pregunta, con un tono más débil.— ¿Por qué me pediste matrimonio?

Él paró en ese instante, dejó de jugar con sus manos y se dirigió a Laura, mientras se sentaba a su lado, ella algo tensa, amplió la distancia entre ambos, él se pasó la mano por la boca.— No lo sé.

— ¿No lo sabes Martín? — Ella soltó una carcajada seca, dejando la tacita sin cuidado sobre la mesa.— Por el amor de Dios ¿Alguna vez me has querido?

Él la miró directamente y ella hizo lo mismo, encarándole con las pocas fuerzas que le quedaban.— Laura te he querido y te quiero, pero-...-

— Pero no más que a él. — Le cortó ella, mientras sus lágrimas iban cayendo y se tapaba la boca, para cubrir su ahogado sollozo.

Martín quiso morir en ese instante, no soportaba verla así, odiaba haberle hecho tanto daño, pero no se merecía eso y él no podría haberla hecho feliz, era algo que a la larga, ambos habrían lamentado.

— ¿Por qué no me dijiste que te habías enamorado de él? Sabes que no me lo hubiera tomado a mal, soy tolerante, apoyo y aún más cuando se trata de tí, solo quiero que... — Sollozó, antes de respirar profundamente.— Solo quiero que estés bien Martín.

Él se levantó del sillón, pasándose la mano por el pelo mientras tiraba de él.— ¡Estaba confundido! Todo iba bien hasta que me di cuenta y... — Se detuvo un momento.— pensaba que solo lo quería como un amigo y luego... y luego todo se fue a la mierda... tal vez no quería aceptarlo... yo pensaba que el estaría mejor sin mi pero me resultaba muy difícil alejarme de él... 

No pretendía culpar a Isaza de las lágrimas de Laura, o de su malestar, pero con la poca dignidad que le quedaba, se aventuró a culparle de sus sentimientos. Martín jamás había pensado que una persona, que un hombre, pudiera provocar tales cosas en él. Martín Vargas no sentía atracción por los hombres en general, no sentía atracción por las mujeres, sentía atracción, por Juan Pablo Isaza, por mucho que había intentado impedirlo.

— No tengas miedo de lo que sientes. — Ella habló, con un intento de sonrisa, aunque le salió una mueca triste, tras esto sorbió la nariz y habló.— La vida es corta Martín, vive se feliz, con quien sea, como sea, si es con Isaza, si es con otro... Céntrate en tu felicidad. — Se limpió las lágrimas de los ojos, mientras se quitaba el anillo.— Ve a por él, Isaza estará destrozado

Martín vio todo pasar a cámara lenta, la imagen de Laura quitándose la alianza y dejando el anillo repiqueteando en la mesa, provocó algo en él indescriptible, como si hubiera sido liberado.

Sin embargo, ¿A qué coste? La chica, su mejor amiga, su musa, de la que se sabía cada manía, cada marca,  le odiaba por haber sido tan profundamente egoísta como para pensar en sí mismo y en su propia seguridad antes que en el bienestar de ella. Se sentía tan bien estar libre, pero a la vez una gran opresión en el pecho.

— Ahora te pido que te vayas de mi casa... — Murmuró ella, pasándose la mano por la frente.— No te lo tomes a mal, necesito tiempo a solas...

Martín asintió, aturdido ante la situación, se acercó a su ex esposa y besó su frente, cariñosamente, antes de murmurar una débil disculpa.

— No lamentes eso, solo ve a por él.

Y Martín lo hizo, en cuestión de horas ya se encontraba en el siguiente vuelo hacia España.

𝐔𝐍 𝐁𝐄𝐒𝐎 𝐄𝐍 𝐌𝐀𝐃𝐑𝐈𝐃:  ─── 𝙞𝙨𝙖𝙧𝙜𝙖𝙨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora