En pleno siglo XXI nuestro amor se puede considerar la causa neoclásicista de dos corazones por un encuentro apasionado, punto real en el cual solo fuimos dos extraños, y al día de hoy, no cesamos de serlo.
Tus ojos teñidos en un retrato de locura y pasión, hacen que mi piel sea tan ardiente como el sol, cuando vio por primera vez a la luna semidesnuda en la habitación del cosmos...
Me temo que tus labios, emitan esa sonrisa que sin darse cuenta, va directo a mi punto más débil, simétrica línea que seduce el valor de mi presente, vinculándolo a un sutil momento "cero" a tu lado.
No sé si comprendas que no te amo...mas bien, ingenuamente necesito que cinceles mi piel con tu expresión meliflua que de manera inocente desenvuelve mis pasos gravitacionales dejándolos al margen sin sentido de pertenencia.
No sé si ahora comprenderás que si te amo...y que has llegado a mí para darle una conjugación desigual al estereotipo
predeterminado de un corazón subalterno cuya orden es desinteresada.
Quisiera pedirte que vuelvas, pero, tú nunca te has ido...
Quisiera pedirte que te quedes, pero, tú nunca has estado aquí...
Solo puedo rogarte, que aceptes ser la causa vanguardista de este cataclismo entre miradas que le roba la pasión a mis versos.
Quiero que seas mi universo en un bolígrafo...un bolígrafo que garabatea incesantemente tu nombre en paginas vacías...en las páginas de la eternidad.
"Asiel Otero Delgado"
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