Después de lo que podrían llamarse una serie de intentos fallidos para que Yugyeom despierte, Taehyung ayuda a Jungkook a recoger la mesa. El gato, entretanto, se ha puesto en la misión de arañar los caros zapatos del ingeniero, aunque ninguno de los hombres parece interesado en detenerlo.
—Vamos a dormir —dice Jungkook tras guardar las copas y platos en las gavetas de la cocina. Son casi las diez de la noche—. Mañana te haces cargo de Yugyeom.
Taehyung hace una mueca mientras le da un vistazo al susodicho, que no deja de roncar en el comedor. Ahora tiene la cabeza sobre la mesa, y al gato, cómodamente encima de esta.
—Cuidado, Sr. B, no te vayas a pegar algo...
Jungkook se larga a reír. Se ha reído bastante últimamente, y ya no se martilla la cabeza preguntándose la razón.
—Debes de ser la persona más celosa que conozco.
—¡¿Yo?! Imposible –-exclama el pelinegro, desviando la mirada. Luego se cruza de brazos—. Bien. Solo un poco, nada más.
—Pienso que un fiscal discreparía de esa afirmación después de analizar la sangre del tipo inconsciente que hay en mi mesa. Eres bastante celoso.
—¿No íbamos a dormir? ¡Vamos!
—¿Vamos?
—Claro. ¿Pensó que íbamos a dormir separados? ¡Inténtelo si puede!
—No tengo intenciones de eso.
—Ya, eso quería escuchar...
Acostarse juntos no es nada difícil, menos incómodo. De hecho, una vez se meten debajo de las sábanas, sus cuerpos buscan el calor del otro tan rápido que parece una actividad de todos los días. Jungkook acurruca a Taehyung, y Taehyung se enrosca cual serpiente en él. No hay nada de sexual en sus movimientos, solo anhelo, necesidad. El ritmo de sus respiraciones converge y la frecuencia de sus latidos se vuelve la misma. Jungkook aprieta levemente el cuerpo un poco más delgado del otro, apoyando su mentón sobre su cabello negro, aquellos descontrolados rizos. Taehyung inhala profundamente el aroma sutil del perfume del profesor, cerrando los ojos. Oh, cuánto extrañaba su aroma, su tacto.
Es tan familiar, tan íntima y personal la manera en que se acomodan, que un tercero que no conociera su historia pensaría que llevan años viviendo juntos, no que acaban de confesarse. Y es que, encajan perfectamente, cualquiera sea el sentido en que se lea tal afirmación.
Y es claro que ambos sienten con una intensidad que aturde, mas el miedo sigue ahí. Aquello, esa cercanía, si bien inevitable, es nueva, para los dos. Jamás se habían permitido el sentir nada por nadie de una forma tal que muestre una vulnerabilidad desconocida incluso para sí mismos. Pero ahí están, aferrándose al otro como si sus vidas dependieran de ello. Tienen miedo, mucho, y aun así no quieren soltarse. No pueden, aun si no saben cuál es el paso siguiente.
En la oscuridad, Jungkook respira hondo. Continúa despierto, y no cree ser capaz de conciliar el sueño. Taehyung levanta el rostro para verlo, aunque solo puede ver con claridad su mandíbula. El resto lo oculta la noche.
—¿Cómo te diste cuenta?
—¿De qué?
—De tus sentimientos. Las últimas semanas antes de..., ya sabes..., te fuiste cerrando de a poco. El día que te confronté por la carta en mi oficina, estabas apagado. Distante. Y aquí estás ahora.
—Oh... —Taehyung muerde su labio—. Sí, digamos que me tomó una paliza, perder a mi mejor amigo, un viaje a Daegu, muchas lágrimas y colgarme de la cornisa de mi residencia. A veces puedo ser muy testarudo.
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LA FILOSOFÍA DEL DESEO © vkookv
FanfictionEn la Facultad de Artes Liberales de la KU, el profesor Jeon Jungkook es conocido tanto por su exuberante atractivo físico como por su desmesurada arrogancia. Sus alumnos y colegas prefieren contemplarlo desde lejos, pues es tan presuntuoso e inteli...