Tras terminar su turno en la biblioteca, Taehyung vuelve a su dormitorio. Su ánimo sigue por las nubes, y ni toparse con Soobin en la entrada del edificio es capaz de quitar la sonrisa de su cara.
—¿Qué te pasa? —le pregunta él, arrugando el entrecejo en una mueca sospechosa. No se han visto desde "el incidente", pero aquella no fue una interacción para nada diferente a todas las que han tenido desde que chocaron por primera vez, cuando Taehyung se enteró que iba a tener un vecino y quiso hacerle una visita. Por ello, Soobin no tiene reparos en hablarle como cualquier otro día: con recelo, porque el pelinegro está demente.
—¡La vida me sonríe, Soobinnie!
Soobin mira el cielo, juntando las manos como haciendo una plegaria. —Dios, te pido salud, bienestar, y que Kim Taehyung no le haya hecho nada a mi cuarto.
—¿Por qué tan dramático? —inquiere Taehyung, sonriendo. Soobin da un paso hacia atrás.
—Mi abuela me decía, que cuando la maldad se aproxima, hay señales. Esta me parece una señal muy evidente.
—No todo gira alrededor de ti, Soobin~ —canturrea el pelinegro, ampliando su sonrisa—. Solo me han pasado cosas buenas últimamente.
—¿Es por Jeon? —El pelirrojo alza una ceja. Taehyung alza las suyas.
—¿Y qué si lo fuera?
—Pues podría denunciarte.
—Grrr...
Soobin se cruza de brazos. —O denunciarlo.
Taehyung sonríe. Aunque no es la sonrisa contenta y enamorada de antes, sino una amenazante, un poco siniestra, a juicio del pelirrojo, que ahora se arrepiente de haber abierto la boca... una vez más...
—Pues hazlo.
Un breve silencio se instaura entre los dos. Taehyung sabe que realmente Soobin no dirá nada, bien porque puede sencillamente usar las mismas cartas que la vez anterior, es decir, amenazarlo con hacer llegar a las autoridades de su facultad cierto vídeo; bien porque, quizás en esta nueva interacción hay una especie de paz implícita. El pelinegro no siente nada de ganas de hacer enojar a Soobin ese día.
El más alto deja escapar un suspiro derrotado.
—No, gracias —dice—. Prefiero saltarme esa parte de la historia.
—Si no fuera un hombre casado te daría un beso —suelta Taehyung, guiñándole un ojo.
Soobin retrocede unos pasos.
—Iugh, Kim, ni se te ocurra...
—Tranquilo, te dejaré escapar hoy. —Una risa maliciosa deja los labios del otro—. ¡Auf Wiedersehen!
—¡¿Auf- qué?!
──────
La habitación de Taehyung está hecha un lío, para variar, pero esta vez, tiene ánimos de ordenarla... un poco. ¿Cómo podría recibir visitas así? Sus conocidos so bastante quisquillosos....
—Veamos... Por dónde comienzo... —se dice, dando un vistazo a todo el cuarto, arrepintiéndose en el acto. Decir que está hecho un lío es el eufemismo originario, porque la verdad es que parece un basurero—. Jesucristo.... Hace cuánto no venía....
Taehyung arroja su mochila junto a la puerta y se arremanga la sudadera verde botella hasta los codos. Suelta un gran, gran suspiro, y, rebuscando en su cajonera unas bolsas de basura que compró meses atrás, pero que nunca usó, , se pone manos a la obra.
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LA FILOSOFÍA DEL DESEO © vkookv
FanfictionEn la Facultad de Artes Liberales de la KU, el profesor Jeon Jungkook es conocido tanto por su exuberante atractivo físico como por su desmesurada arrogancia. Sus alumnos y colegas prefieren contemplarlo desde lejos, pues es tan presuntuoso e inteli...