Capítulo 41

24.6K 3.2K 2.6K
                                    

[Boda pt. 4]


Copas más tarde, la ceremonia ha dado paso a una fiesta, las corbatas se han aflojado y lo tacones abandonados en alguna esquina del enorme salón. Nahyun y Hoseok arrendaron el lugar para todo el día, así que nadie tiene prisa por irse y, dejando un poco de lado las cordialidades, se enredan en diversos debates y conversaciones sin sentido. Los Jung son mucho más abiertos de mente que los Jeon, y es evidente que existe un cierto prejuicio por parte de estos últimos en la falta de profesionales de renombre en la familia del chef. Ellos, sin embargo, de naturaleza sencilla y serena, no le dan importancia y prefieren después de un rato acercarse a los amigos de los novios.

Al mismo tiempo, la abuela Nara se ha apoderado de la mesa con el ponche, golpeando las manos de todos los que intentan robar un vaso con su bastón. Nahyun, sobria pero tan animosa como siempre, discute con Yoosik sobre la criminalidad en Seúl mientras Hoseok, con su mano afirmando su espalda baja, se ríe encantado por la obstinación de su esposa. Y luego están Jungkook y Taehyung, que tras varias rondas de soju y champaña vuelven a bailar; esta vez, más descaradamente.

Trastabillan, inmersos en su propia esfera de risitas y toqueteos, y a la hora de tener que dejar el centro de eventos Yoosik se ofrece a llevarlos en el auto en que llegaron. Es evidente que ninguno de los dos puede conducir —Jungkook está riéndose de todo mientras que Taehyung se aferra con su vida a él—, así que, metiéndolos como puede en el asiento trasero y amarrándolos con el cinturón de seguridad, comienza el trayecto; pensando en cómo su hermano (que se fue con Nahyun en un bonito Mustang negro), no tiene que estar escuchando las atrocidades que en ese momento está escuchando. «Debí dejarlos en prisión...», se lamenta.

Al llegar una hora después (fue más difícil de lo que pensó inmovilizar a dos tipos ebrios que quieren hacer cosas indebidas en el asiento), estaciona frente al edificio y como puede se adentra en el vestíbulo. El portero los mira con una ceja alzada; un destello de reconocimiento en sus ojos.

—Buenas noches —saluda Yoosik, tratando de hacer que la situación parezca lo más normal posible.

—Buenas noches.

—Traigo a estos dos. —El policía empuja a la pareja.

—Ya veo... —El portero asiente—. El señor Jeon y... ¡Shiny Violet! —exclama de repente, abriendo tanto como puede los ojos al distinguir al chico que tiene sus brazos enroscados alrededor del dueño de uno de los departamentos. Taehyung alza la cabeza, sonriente y un poco ido.

—Esa sería yo~

Jungkook, que mantiene un agarre posesivo en Taehyung, frunce el ceño al tiempo que un recuerdo borroso de una de las tantas veces que el otro se ha aparecido en su departamento acude a su mente. —¿Qué le dijiste? —pregunta, tambaleándose para verlo a la cara sin tener que soltarlo.

—Pues la verdad. Que no había pagado por mis servicios.

Yoosik abre la boca, sorprendido, pero el profesor se larga a reír con ganas.

—Ah, con que ahora eres prostituto...

—Prefieren que les llamen trabajadores sexuales, señor Jeon —interviene el portero, viéndolo con recelo.

Aw, un hombre con conciencia social —comenta Taehyung, batiendo sus pestañas en su dirección. Jeon lo acerca más a sí mismo.

—¿... Qué están hablando? —pregunta Yoosik, que no está entendiendo nada de lo que está pasando.

—Taehyung es un manipulador, ya ves —balbucea el profesor, pero enseguida acaricia con su nariz la mejilla del pelinegro—. Señor —dice luego—, él no es un trabajador sexual... ¡Es un criminal!

LA FILOSOFÍA DEL DESEO © vkookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora