Capítulo 43

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—¿A dónde me está llevando, profesor~? —inquiere Taehyung.

El pelinegro ni siquiera intentar esconder su entusiasmo mientras avanza con Jeon por los pasillos de la enorme casa, asimilando cada detalle que aparece frente a su vista. Aprecia los floreros, los cuadros, las escasas fotografías de la familia. Se pregunta a qué se dedicará el padre de Jungkook. ¿Será un abogado también?, ¿o un empresario? ¿Tal vez un hombre de negocios? Taehyung vio una sutil agudeza en la forma en que los miró en la mesa, a él y a su hijo, inteligencia; no le sorprendería que estuviese en una posición de poder. Además, la forma en la que se desenvuelve..., esperando que todos se comporten a su gusto... Puede ver ciertas semejanzas con el carácter de Jungkook; sin embargo, al tiempo que ese pensamiento invade su cabeza, es capaz de ver todas las diferencias; todo aquello que hace a Jungkook digno de su admiración y a su padre, de su odio.

Taehyung afianza el agarre con la mano del otro, sonriendo cuando el profesor abre la puerta de un elegante baño y los adentra a los dos en él, sin encender la luz, empujándolo contra el lavabo de mármol y cerrando la puerta.

—¿Te gusta que te toque bajo la mesa?, ¿qué sea brusco contigo? —susurra en su oído. El más joven cierra los ojos, disfrutando cada segundo. 

—Me encanta.

—Bien.

A continuación, el profesor, eludiendo los labios del otro, se arrodilla frente a él. Los pantalones le quedan algo sueltos en los muslos, porque Taehyung tiene las piernas más delgadas que él mismo, pero aquello solo hace más fácil que pueda bajarlos. El bóxer negro también le pertenece, y eso lo excita incluso más. Porque está excitado, y en lo único que puede pensar es en cómo el otro se ve desde esa perspectiva: los rizos cubriendo sus ojos, las manos sujetando con fuerza el borde del lavabo.

Oh, qué vista. Qué magnífica vista, es lo que piensa, y como las dos veces anteriores, desliza sus dedos con seguridad por sus muslos, bajando su ropa interior, exponiéndolo. Taehyung está semierecto en ese instante.

—No tenemos mucho tiempo —advierte, y abre la boca, lamiendo la punta entre tanto esparce el líquido preseminal. Sabe como recuerda, la piel es tan caliente como la última vez, en su oficina, y el miembro pronto se vuelve tan prominente como lo sintió aquella ocasión, ebrios, en que lo tuvo dentro de sí. Mueve su cabeza, chupa, disfruta, toma el control, y no es suficiente. Quiere todo de él, de Taehyung. Es ruidoso, pero ansía sentir las vibraciones—. Fóllame la boca —dice.

Taehyung abre los ojos, inclina su cabeza y ve estrellas, o, quizás, la refulgente mirada de Jeon; entonces no puede hacer más que obedecer. Enreda los dedos en su cabello, agarrando fuerte, y empuja sus caderas. Ve a Jungkook atragantarse, pero este no se echa atrás y ello lo incita a continuar. Su miembro choca contra el paladar caliente, una y otra vez. La saliva del otro se entremezcla con presemen y desciende por su barbilla mientras arcadas y sonidos húmedos ensordecen al pelinegro.

De súbito, la mano en su cadera sube, acariciando su abdomen, y Taehyung se estremece, a la vez que aquella que sostiene la base de su polla comienza un vaivén rápido pero experto y la boca succiona sus testículos. Taehyung gime y, tras unos segundos más de estimulación, se corre. Su pecho sube y baja, la frente está húmeda, y los ojos fijos en los de Jungkook, cuyo cabello castaño luce desastroso. Le fascina, así como también las mejillas rojas, empapadas por las lágrimas que ha derramado en el acto.

—Es terriblemente bueno en esto —comenta. Acaricia el sonrojo del profesor para quitar las lágrimas.

Jungkook pestañea lento, volviendo en sí y disfrutando de la delicadeza con que el más joven lo toca. Todas las veces que ha dado sexo oral le ocurre lo mismo, se aleja de la realidad, aprovecha el momento de mutuo éxtasis; sin embargo, contadas han sido las ocasiones en que ha hecho lo mismo con el cariño después. Jamás ha sido de esa manera, prefiriendo distanciarse después del orgasmo. Con Taehyung no es así, y Jeon asume que es porque tampoco le ha gustado nadie como lo hace él.

LA FILOSOFÍA DEL DESEO © vkookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora