Cero

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Se necesita empleado doméstico, puertas adentro. Con o sin experiencia. Interesados presentarse en avenida Los Ángeles N° 734 El lunes 14 entre las 09:00 AM y las 16:00 PM.

El anuncio en el periódico salió bastante económico. Quizá por la falta de experiencia de quién escribía la pequeña publicidad o bien porqué ese anónimo individuo hacia su trabajo con poco ánimo es que había un descuento. Cual haya sido la razón de su descuido u error,si lo quieren ver así,ese Lunes 14 nadie llegó a la dirección de Los Ángeles N°374. La razón para que ninguna trabajadora doméstica se presentará fue el uso de una "O" en lugar de una "A". El artículo decía en grandes letras negras y cursivas: empleado. Por tanto todos los que vieron el anuncio asumieron que se requería a un hombre y no a una dama como suele ser lo usual.

Aquel intento por conseguir una persona que se ocupará de la casa hubiera terminado en fracaso,sino es porqué cerca de las tres de la tarde,un peculiar individuo tocó a la puerta de la casa. Al abrir,los encargados de la entrevista, no pudieron evitar mirar con extrañeza a aquel tipo más alto que la puerta,esbelto y con el síndrome de Alejandría (cabello blanco y ojos violeta),vestido con un suéter de cuello de tortuga color granate y un pantalón oscuro al final del cual había unos mocasines muy bien lustrados. Aquel sujeto de sonrisa agradable les dijo que estaba ahí por el anuncio y les preguntó si no había llegado demasiado tarde. Todavía confundidos por el insólito interesado en el puesto, los entrevistadores lo dejaron pasar para hacer las preguntas de rigor.

El individuo se presentó como Whis y no tenía experiencia como empleado doméstico,pero se mostraba muy confiado de sus habilidades. En especial en la cocina. Hasta se tomó la molestia de hacerles una preparación sencilla y rápida. Era muy hábil, pero a todas luces, ese sujeto ,no tenía la necesidad de un empleo como el que estaba solicitando. Tenía un garbo y porte muy elegante.

-¿Por qué quiere este empleo?-le preguntó uno de los entrevistadores.

-Porque estoy aburrido-respondió con toda naturalidad.

Las dos personas frente a él se miraron confundidas. El tiempo apremiaba y no se había presentado nadie más.

-Contratado-le dijeron.

-Muchas gracias por esta oportunidad-les respondió él.

Cuando a Bell le dieron la noticia de que habría alguien que se encargaría de la casa,mientras estaban de vacaciones,se lo tomó muy bien. Pero cuando se enteró que ella debía quedarse, su apacible carácter sufrió una brusca metamorfosis. De nada sirvieron sus protestas a su hermano y su tía,ella debía quedarse en casa ese año para ocuparse la imprenta. Después de un par de días se resignó a la idea y se preparó para conocer a la empleada doméstica que sería su única compañía ese mes. Vaya sorpresa que se llevó esa mañana al abrir la puerta.

-Mucho gusto.Usted debe ser la señorita Bell,mi nombre es Whis y soy el ama de llaves-le dijo inclinándose un poco para poder verla a la cara,pues él era muy alto y ella un tanto pequeña.

La muchacha lo miró arqueando una ceja.

-Con su permiso,estoy un poco retrasado-le dijo y paso junto a ella arrastrando una maleta de esas con ruedas.

Bell lo siguió con la mirada y lo vio meterse en la cocina,con toda confianza. Cual si estuviera en su casa.

-Este lugar es un desastre ¿Cuantas personas viven aquí?- preguntó Whis,sin esperar respuesta.

-Disculpa-le habló Bell-¿Tú eres la empleada doméstica que se quedará conmigo?-le cuestionó la muchacha.

-Así es...

-Tiene que haber un error-murmuró Bell.

-Puede llamar a su hermano o a su tía para corroborar mi identidad. Ellos me dijeron que la pondrían al tanto,pero por lo que veo no tuvieron tiempo o se les olvidó-le dijo de forma jovial.

-Nunca me dicen nada-pensó Bell todavía no convencida del asunto.

-Porque cierto,sus familiares fueron bastante enfáticos en que mientras ellos no estuvieran,el encargado de todo en la casa... Soy yo-le dijo como si aquello le causará placer.

Bell en cambio arrugó el entrecejo ¿Quién se creía que era ese sujeto para pretender mandar en su casa? Allí gobernaba ella.

Yo mando aquí.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora