Capítulo 16

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Brianna me había ido a buscar por la mañana como habíamos quedado, y me ayudó a subir mis pocas maletas en la parte de atrás. Me hacía gracia que su auto fuera un convertible, pero era bastante bonito y quedaba muy bien con ella.

El sol estaba en todo su esplendor esa mañana, era insoportable y detestaba sentir que estaba hiperventilando sin hacer ningún tipo de movimiento. Brianna me indicó mientras encendía el auto que tendría que hacer un par de cosas antes de nuestro viaje, y luego pasar por su tienda para dejar algo que se había olvidado hacer en días anteriores. Además, también quería que la conociera antes que todos. ¡Estaba entusiasmada! Sería un día interesante.

Como era de esperarse, dimos unas mil vueltas por todas partes buscando diferentes cosas que Bri necesitaba. Era divertido, a pesar de todo. Ambas hablábamos de cualquier estupidez mientras sonaba alguna canción movida de fondo, o incluso en una de las pequeñas paradas nos bebimos un café helado. 

Por fin en un momento se detuvo a estacionar el auto. Pude notar que era un lugar muy bonito, los árboles se movían con los casi inexistentes oleajes del viento, se veían muy vivos y había pequeñas flores sobre él. Incluso la calle estaba rodeada de pequeños pétalos de estas mismas haciendo ver al lugar mucho más vivo y colorido, veraniego incluso.

—Brianna, al menos dime que hay un aire acondicionado en tu tienda. No soporto el calor que hace —me quejé mientras me desabrochaba el cinturón de seguridad.

—No te preocupes, lo hay —se rió—. Pero no te emociones, el calor estará insoportable durante estos días.

Hice una mueca notoria. 

Nos bajamos del auto y Brianna cerró la puerta casi al mismo tiempo que yo. Pude notar a unos cuantos metros de nosotras como se acumulaba un mar de personas gritando eufóricas. Pensé al principio que había ocurrido un accidente o algo por el estilo, pero luego me di cuenta que eran puras chicas, en su mayoría adolescentes que gritaban por quién sabe quién.

Justo cuando iba a dar la vuelta, escuché que alguien dijo mi nombre. Todos mis músculos se tensaron y me quedé estática en mi lugar en mi ridículo intento de hacerme invisible para que así la otra persona no pudiera notar mi presencia. Era inútil, por supuesto. 

No conozco a ninguna otra persona de aquí, y a la única que conozco está al frente de mí, así que llámenme loca, pero tenía el leve —y obvio— presentimiento de saber de quién se trataba. Miré antes a Brianna en el momento en que ella había terminado de dar la vuelta y sus ojos se abrieron como si no pudiera imaginar lo que estaba viendo, incluso murmurando atónita un...

—No puede ser...

Me preparé mentalmente para darme la vuelta, y así era, Niall Horan estaba justo al frente de nosotras. Él estaba vestido de una forma extraña, quizás para hacerse pasar desapercibido. Tenía una camisa básica blanca, encima un suéter negro, un pantalón bastante cómodo, sus zapatos blancos deportivos que hacían juego con la camisa, un gorro de lana y por último, los lentes negros.

Estaba irreconocible, pero aún así era notorio que se trataba de él. ¿Acaso es por eso que aquellas chicas estaban tan eufóricas? Porque no encuentro otra lógica a que esté vestido así en pleno verano.

—¿Ni...Niall? —dije con torpeza.

Él sonrió y se acercó mucho más a donde estábamos nosotras. Se notaba bastante incómodo y desesperado. Brianna seguía en shock y yo estaba en mitad de un colapso nervioso.

—¡Alice! —me saludó de nuevo en un tono apresurado—. Disculpa que aparezca de esta forma tan inoportuna, pero necesito esconderme en algún lugar —mencionó con rapidez señalando el anterior grupo de chicas gritonas.

Perfect Strangers - Niall Horan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora