Capítulo 1.

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-Me amas. ¿Real o no real?
-Real.-le digo
Cuando esta palabra sale de mi boca, me doy cuenta de lo que significa,
el conjunto de sentimientos que se encuentran ocultos bajo esas cuatro letras.
Siento mis mejillas enrojecer y clavo la vista en el suelo con la esperanza de que Peeta no haya oído
lo que acabo de decir y todo siga como siempre, que Peeta siga siendo él mismo.
Pero como de costumbre, nada de lo que deseo se cumple y Peeta me agarra suavamente la barbilla,
obligándome a encontrarme con su mirada.
Me mira con duda, probáblemente tratando de adivinar si esta vez le estoy diciendo la verdad, tras
tantas falsas demostraciones de amor en un intento desesperado de salir con vida de la arena.
Le miro directamente a los ojos y pongo mis manos en sus mejillas para que él haga lo mismo y le digo:
-Te amo, Peeta Mellark.-y tras decir esto, y por primera vez desde que murió mi padre, me dejo llevar,
olvidando las consecuencias de mis actos.Le rodeo el cuello con los brazos para ponerle a mi altura y
le beso suavemente en los labios,pero me separo lentamente al recordar que este no es el chico del pan,
sino el Peeta que fue torturado.Pero parace que el veneno de las rastrevíspulas ya ha desaparecido por
completo,porque me rodea por la cintura estrechándome junto a él y me susurra al oído:
-No sabes cuanto tiempo llevaba esperando oírte diciendo eso.-
-Bueno, ya sabes que me gusta hacerme de rogar.-le digo bromeando.
Noto como sonríe, y entonces se separa de mi oído para mirarme a los ojos con un brillo en su
mirada que jamás creí que volvería a ver desde que me atacó en el Distrito 13.
Se inclina para besarme, pero este beso no es como los demás. Lento, intenso y lleno de sentimientos.
Nos separamos por la estúpida necesidad de respirar y Peeta apoya su frente en la mía.
-Es tarde.-me dice- tal vez deberíamos pensar en ir ya a dormir.
-No.-respondo- No te vayas.
El simple pensamiento de pasar otra noche sin él me aterra.
-Claro que no, Katniss. Esperaba que me dejaras quedarme, si te parece bien.
-Por supuesto que me parece bien, Peeta, es más, quiero que te quedes.No quiero que me dejes nunca más.

Los Juegos del HambreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora