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El Omega había pasado la noche en ese lugar, desde que Obadiah se fue, no había dejado de llorar. Llevaron  la cena, era un café algo tibio y amargo y un pan dulce. No había probado bocado en todo el día así que la cena le resultó agradable, aunque no lo fuera. Por la mañana recibió un vaso de agua y unas galletas, a las pocas horas comenzaron a llegar Alfas conocidos, pues eran socios de su padre, antes de eso fue desnudado cruelmente por dos betas.

Gritaba y forcejeaba pero nadie le hacía caso, golpeándolo en un par de ocasiones aún así eso no lo detenía, aunque sentía que poco a poco sus fuerzas se desvanecían.

Entraron uno por uno, donde lo observaban por completo desnudo, trataba de taparse con la sabana pero no conseguía mucho, únicamente alcanzando a cubrir zonas íntimas y su pecho. Algunos lo tocaban, ya sea del cuello o de sus piernas, pues los betas que se encontraban vigilando no los dejaban más, otros sólo lo analizaban.

Se sintió humillado, pues jamás había sido tratado de esa manera, al tener la protección de su padre nunca tuvo que pasar por algún maltrato. Claro que sus compañeros se burlaban pero con el tiempo dejaban de hacerlo ya que demostraba que era un Omega muy inteligente, incluso se había ganado la admiración de varios.

Pero eso ya no le serviría de nada nisiquiera había podido comunicarse con Jarvis, ni Con Pepper o Rhodey, incluso con Clark, su ex novio, que aúnque no quisiera eran su única esperanza.

Estaba en un rincón de la cama, tapándose todo lo que podía con una pequeña sábana, al menos cubriendo lo que podía, sus piernas al descubierto eran largas y perfectas para cualquiera que lo vea.

De pronto sintió como un delicioso aroma lo inundó, el chocolate siempre le había fascinado, pero el que ese hombre alto rubio y musculoso desprendía era fascinante.

Chocolate contra azul se toparon, observándose a los ojos, su Omega chilló por el aroma, de pronto comenzó a temblar asustado pues su aroma se había vuelto furioso.

— ¿Que le hicieron? — Vociferó, el Omega cerró los ojos, lágrimas silenciosas salían de ellos. Poco a poco se acercó al él, notando como temblaba, desplegó sus feromonas para calmarlo —Tranquilo Anthony, no es contra tí — Tocó levemente su mejilla,  no abrió los ojos, nisiquiera dejó de temblar.

Segundos después lo hizo, esperando la caricia en contra de su voluntad o lo que ese Alfa estuviera dispuesto a darle.

— No voy a hacerte daño, si te vas conmigo no vas a sufrir— El Omega no dijo nada ni se movió, pero por alguna razón le creyó.

[•••]

Horas más tarde al fin lo dejaron cambiarse, sacándolo a un salón donde los Alfas que lo habían ido a ver se encontraban presentes.

El Omega bajó el rostro pues eso quería decir que alguno se lo llevaría, también estaba presente Obadiah, se veía confiado, pues sentía que no valía nada,  que nadie estaría dispuesto a pagar tanto.

Anthony estaba frente a todos, unos 10 Alfas aproximadamente, aunque no estaba desnudo se sentía expuesto pues sus zapatos habían desaparecido, ya que eran unos mocasines y ellos unos imbéciles que al saber el precio de dichos zapatos eclusivos, no les importó llevárselos, tenía frío sólo lo dejaron ponerse su pantalón y su playera de tirantes que llevaba bajo su camisa.

Tiritaba un poco, los únicos en notarlo fueron Steve y James, este último se decidió por acompañar a su amigo. Afuera se escuchaba mucho alboroto, no entendía porque.

— Buenas noches damas y caballeros, hay que comenzar— Dio una serie de palabras, el Omega no entendía nada o no quería hacerlo, observaba a cada uno de esos imbéciles que lo veían como un trozo de carne, los únicos en no hacerlo eran el último Alfa que lo visitó, que si su memoria no fallaba era Steven Grant Rogers, ex socio de su padre, recordando que se dirigía a él como Steve. También el Alfa que lo acompañaba lo veía con normalidad, incluso con una sonrisa cálida al igual que el rubio. — Se abre la subasta con 100 mil dólares —el Omega tembló.

"¿Enserio todo ese alboroto por 100,000 Dólares?, No era poco, pero tampoco mucho.” pensó el castaño.

— 120,000 dólares— Mencionó un Alfa que había acariciado sus piernas sin pudor alguno.

— 120,000 a la una, ¿Quien da más?

— 150,000 dólares— Otro Alfa mencionó

— 200,000 dólares— Vociferó Steve, el Omega tembló

— 200,000 dólares a la u...

— 250,000 dólares— Otro Alfa se veía furioso, pues deseaba llevarse a ese Omega. Todo sucedía mientras la cara de Obadiah se desfigurada, pues ya no estaba del todo seguro que él terminaría por llevarselo, pues nisiquiera le notificaron la cantidad inicial. Sintió impotencia, pues todo era un maldito negocio, claro que lo sabía.

— 250,000 dólares a la una...

— 300,000 dólares— Volvió a gritar el señor Rogers

— 350,000 dolares— Gritó otro Alfa, los aromas comenzaban a espesarse mareandolo, el aroma que predominaba era el de Steve, pues era el más fuerte o el que su Omega percibía más, ya que algo le decía que no correría peligro con él, aunque no debía confiarse.

—500,000 dólares— Steve gritó poniéndose de pie, siendo seguido por James, Obadiah hizo lo mismo y desplegó sus feromonas de golpe contra él.

— Porfavor sentados para continuar con la subasta— Los tres lo hicieron a regañadientes— 500,000 dólares a la una—Nadie decía nada, todos se observaban entre ellos, a excepción de Steve que sólo observaba el rostro afligido del castaño. — 500 mil dólares a las dos— Segundos después el hombre continuó con una sonrisa pues ya había un ganador y tendrían mucha ganancia. — Vendido al señor Steven Grant Rogers— Aplaudieron pocos por compromiso. Steve lo observó con una sonrisa radiante.

Tony no se movió, solamente tragó con dificultad observando a su dueño.

El Alfa que hablaba por micrófono se acercó a él, Steve hizo lo mismo —Omega la reverencia a tu Alfa— Le susurró, este acató la orden pues la ley era así, al ser Omega tanto a su padre como a su Alfa debía hacerle una reverencia o arrodillarse, como ellos dispusieran.

Así es, las leyes apestan.

Los demás se dispersaron, pues ya no tenían nada que hacer ahí, al igual que Obadiah, que lo observó amenazante y se fue. Algo le decía que lamentablemente no sería la última vez que lo vería.

— Vamos a casa— El rubio susurró —James encárgate— Este asintió y se dirigió con los organizadores.

El Omega temblaba, caminó un poco con Steve pero se desvaneció.

— ¿Que ocurre?— Mencionó preocupado, sujetandolo para que no se cayera.

El Omega quiso resistirse pero tenía pocas fuerzas — Cansancio— Susurró apenas

— Vamos, Anthony— Lo tomó en brazos, el aroma a miedo del castaño picaba en sus fosas nasales, observaron como James salía de la oficina y los seguía. El alboroto se escuchaba más cerca, unas personas gritaban, Anthony los reconoció.

—Amigos— Mencionó apenas, pues eran Pepper, Rhodey y Jarvis, la primera hablando por teléfono, creía saber con quién lo hacía, más no estaba del todo seguro.

Steve no quería exponerlo más, que lo vieran en esas condiciones, le puso su saco y decidió sacarlo por la puerta de atrás igual en sus brazos, pues se encontraba descalzo, se maldijo por no notarlo al principio de la subasta, únicamente se lercaro del frío en sus brazos, pues no podía dejar de mirarlo a los ojos, su Alfa interior se lo demandaba, creía que era su instinto de protección.

— Dales mis datos James, concerta una cita— El pelinegro asintió.

Pronto llegó una camioneta por ellos, el Omega se dejó depositar en el asiento trasero sin dejar de temblar, quería escapar pero sus pies no respondían, los sentía entumecidos, pues ni los calcetines le habían dejado. Al entrar el rubio Alfa ordenó prender la calefacción, a los minutos Anthony se percató de que el otro entró.

No lo sintió del todo, ya que apenas avanzaron cayó dormido.

[•••]

1326 palabras de lectura!!
Ya sé que a la subasta le faltó mucho
Es lo que se pudo hacer, lo siento.

El domingo actualizo😋


Omega Sustituto (Stony-Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora