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— Steve— Eso había sonado tan fascinante para los oídos del nombrado— Sé que no soy nadie para que me dé explicaciones, pero tengo derecho a saber sobre su salud.

Suspiró audiblemente — Es complicado

— Tenemos toda la noche— El chico le sonrió inocentemente.

Esa sonrisa lo desarmó por completo, se sintió tan abrumado, sonrió de vuelta.

— ¿Puedo confiar en tí, Tony?— Preguntó

El chico asíntió confiado — ¿Y yo puedo hacer lo mismo?

El rubio resopló — Bien sabes que si

—Eso lo sé, señor, así que si gusta contarme todo, yo lo escucho

Asintió de acuerdo, antes de comenzar con la larga charla decidió llevar al niño a su habitación, el Omega los siguió.

Lo cubrieron bien,ya que sería una noche fría, la chimenea se encontraba encendida, dando calor al lugar completo, volvieron a la sala de estar.

A lo lejos se escuchaba música y risas, la fiesta continuaba afuera, dentro, la luz era tenue, la televisión ya había sido apagada, el lugar rústico daba un ambiente romántico, ninguno de los dos pudo evitar notarlo.

Después de que el Alfa aclaró sus ideas, comenzó — Todo lo que te dije es real, tú la llegaste a conocer — El chico asintió, claro que la recordaba, como no hacerlo, era la Omega perfecta, hogareña, alegre pero a la vez era fuerte, no se dejaba intimidar. —Al fallecer mi esposa tanto mi cachorro como yo,vnos quedamos completamente solos, el vínculo estaba roto, mi hijo se encontraba débil, le calculaban un par de años más de vida. Sabes qué con los niños es más complicado el fallecimiento de su madre Omega, es simple naturaleza. Al haber tenido un vínculo con Peggy obviamente mi salud empeoró al perderla, llevaba mi marca y yo la suya — Mostró su cuello, jamás lo había visto, ahí estaba una pequeña mordida, claro, lo que quedaba, se veía amarillenta,  tan tenue pero al mirarlo de cerca ahí estaba la marca del amor que se profesaban.

— Señor, lamento lo que ocurrió debió haber sido duro era su destinada— Susurró con tristeza, era obvio, ningún Alfa dejaría que su Omega lo marcara, sólo si eran destinados.

Eran pocos los alfas que se dejaban marcar, pero lo había.

El Alfa suspiró, no sabía si comentárselo pero al parecer estaban en una noche de confesiones — No lo era, pero yo la amaba.

Bajó la mirada, su Omega interior saltó en júbilo, se sentía tan culpable de que aquello le emocionara. — Yo-yo— susurró escondiendo muy bien su sentir, pues a la vez se sentía mal por el señor Rogers — No quería meterme señor, disculpe.

Eso quería decir que en cualquier momento lo encontraría y se iría con él o ella, no lo sabía. Y eso lo aterraba, sacudió ligeramente su cabeza, esperando que con ello sus pensamientos se dispersaran.

— Nos tendremos confianza de ahora en adelante, ¿De acuerdo?— El Omega asintió, dió un largo suspiro y decidió continuar— Al perderla sentí un gran vacío, pues gracias a la marca sentí lo que ella.

Continuó

— Lo único que me quedaba era mi hijo, sólo por él me mantuve fuerte. no aceptaba la ayuda de un Omega sustituto de alguna agencia, no quería que lastimaran a Peter, que lo trataran mal. Al enterarme de lo que te había pasado, no dudé en ayudarte y de esa manera ayudarme a mí. — Suspiró profundamente, no quería sonar egoísta, pero vaya que lo fue— James me propuso que lo hiciera, sentí que era una buena idea, el plan del doctor Strange era que durmiera contigo, de esa manera mi sistema se limpiaria poco a poco, hace un par de meses fue mi celo, la noche que James se quedó con ustedes — El Omega asintió recordando que Peter durmió a su lado esa noche y James se quedó abajo en una habitación de huespedes— No lo supieron, pero fue el peor, cada día lo es, necesito de un Omega para pasar el siguiente celo, pero desde qué falleció mi esposa no eh estado con ningún otro.

Omega Sustituto (Stony-Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora