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— ¿Como se encuentra mi Omega?— Su insistente alfa habló antes que él.

— Grave— Mencionó con rostro consternado.

Steve gruñó por lo bajo — Pero— Nisiquiera pudo seguir, sentía un nudo en su garganta, su voz había salido más gruesa de lo normal.

— Su cuerpo ya no digiere de manera correcta los supresores,a la vez que no puedo cambiar la dosis, no sin su ginecóloga Christine para que lo revise dando su autorización. Aún así sería peligroso si en unos años planean tener familia, no puedo simplemente inyectarlo. Hoy es su último día de celo, el más difícil ya que se encuentra débil.

Cerró los ojos, el aroma lo aturdía, se dió cuenta saliendo de la habitación del Omega, no quería hacerlo pero debía, ambos lo sabían, ella lo siguió.

Respiró profundamente por varios segundos, sentía que si perdía la calma en cualquier momento su lobo tomaría el control, ya más tranquilo preguntó — ¿Que recomienda hacer?

— Pasar el celo de manera natural con su Omega — Negó efusivamente no escondiendo el dolor que le provocaba aquello. — ¿Cree tener suficiente autocontrol para pasar el resto del día a su lado desplegando sus feromonas? — La observó con sorpresa, ¿Realmente era capaz de aquello sin lastimar a su castaño?

— No...no lo sé— Susurró

Lo meditó por unos segundos — A menos que contrate a alguien...— No la dejó terminar gruñendo al instante.

— Ni lo piense— Mencionó con voz grave y escalofriante

No sé inmutó, acostumbrada a los Alfas sobreprotectores y molestos — No me dejó terminar señor Rogers, a lo que me refiero es a contratar a alguien con un aroma similar al suyo, que impregne feromonas de manera natural, no estarían en el mismo cuarto, lo resguardaria en otra habitación, talvez eso ayude. Conozco una agencia, no lo dejaría solo.

— Aún así, no— Negó con determinación, segundos después respondió — De acuerdo, lo haré.— Asintió, sin saber exactamente qué aceptaba el Alfa, no lo cuestionó, ambos volvieron entrar. Seguía en el baño.

— Espere aquí, porfavor— Asintió intentando calmar a su lobo,pues se moría por verñp, asegurarse de que estuviera bien.

A los minutos salieron Agatha y María, después vio salir a un tembloroso castaño junto a la enfermera. Rápidamente se acercó a su encuentro, enfocando toda la atención del Omega que al verlo pareció recuperar fuerzas aferrándose a sus brazos. Los dejó solos, sabiendo que sobraba ahí, antes de salir, mencionó — Llámeme, estaré afuera.

Asintió, pues aún no sabía si funcionaría lo que intentaba hacer. El chico traía puestos unos shorts demasiado pequeños, jamás había visto sus piernas, pues el castaño era muy reservado en ese sentido, hasta ahora.

Comenzó a caminar con el chico directo a la cama, sin soltarlo, este chilló soltando feromonas para atraer sexualmente a su pareja, Steve paró en seco, el chico entendía mal, más no quería ofender a su lobo.

— Cariño, necesito que me escuches — Asintió sin soltarlo, lo enderezó, tomando su rostro, acariciando sus mejillas sonrojadas — Aún no aceptas que te corteje.

— Yo quiero, Alfa — Mencionó con voz suave,batió sus pestañas sonriendole, sus ojos brillosos y dilatados hacían que se viera más bello, si eso era posible.

Su Omega interior estaba completamente afuera, su aroma y ojos azules lo delataban. Steve sentía que en cualquier momento perdería el control, la tentación era demasiada.

Los supresores para el mismo no eran opción, su sistema estaba demasiado dañado como para hacerlo. Pero por su Tony, por él lo haría sin pensarlo, de ser necesario.

Omega Sustituto (Stony-Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora