Omega Sustituto (Stony-Omegaverse)

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Poco a poco sintió como el inicio del orgasmo se expandía por su ser, observando como el Omega también se corria, había sido al mismo tiempo.

Ambos jadeantes se observaban, estaban complacidos en demasía, pero aún no era suficiente, querían más.

Se hechó a su lado abrazándolo, el Omega se volteó hacia él subiéndose encima, continuó besandolo, el otro no lo detuvo, al contrario, lo tomó de la cintura de manera posesiva, ya no quería separarse de él.

El  chico continuó acariciando su pecho, poco a poco las caricias se transformaron en besos, el alfa gruñía complacido, pero no del todo. Los besos bajaron a su abdomen,  sospechando su siguiente movimiento no quiso detenerlo.

Cuando menos se lo esperó sintió la lengua ansiosa de su Omega en su miembro

— ¡Agh, Tony! — Exclamó sorprendido, era fantástico — Me- me encantas cariño.

El Omega se sintió victorioso, metiendo el enorme miembro a su boca, lamía chupaba, succionaba y mordía levemente, era maravillosa la sensación de desarmar a su Alfa.

Su Alfa, que bien sonaba aquello, después de tanto esperar, al fin era suyo, como debió haber sido desde un principio, era claro, era su destinado.

Las succiones siguieron al igual que los minutos, poco a poco sintió como Steve vibraba, estaba cerca era obvio, mientras el chico estaba en su tarea el alfa le susurraba palabras cariñosas e inentendibles algunas veces.

— Detente, amor— El chico negó, comenzando a tocar su propio miembro, sacando gruñidos del alfa, haciéndolo terminar, apenas lo hizo recostó al Omega para de esa manera devolverle el favor, el chico se dejó recostar, dócil. Le quitó mano para así masturbarlo el mismo.

— Agh-mgh, ¡Si!— gemía, jadeaba ante las atenciones de su Alfa— Mi Alfa— Susurró ido, sin notarlo—

Rápidamente detuvo su labor para subir, y poder besar sus labios, siguiendo masturbandolo, el Omega terminó en un poderoso orgasmo.

El Alfa estaba duro decidió masturbarse ante su atónita mirada, le hubiera encantado continuar pero ya se veía muy cansado su Omega.

Su Omega, sonaba perfecto, tan correcto.

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A la mañana siguiente despertó con una sonrisa en su rostro, volteó a un lado para ver y regañar a su Alfa pues siempre lo tenía abrazado a excepción del día de hoy, pero no pudo hacerlo, ya que se encontraba completamente solo.

Se extrañó no dándole importancia, quizá había ido a ducharse, él decició hacer lo mismo, se dió prisa, la alarma sonaba y debía ducharse y desayunar, el tiempo lo tenía medido, pero esta vez se despertó 15 minutos antes sin necesidad de la alarma.

Cuando se estaba cambiando notó dolor en sus piernas, no había entrado en él pero si había tenido sus piernas abiertas para él durante mucho tiempo, y el ejercicio hace mucho que ya no era lo suyo.

— Debo ejercitarme más— Susurró para si mismo.

Al salir un delicioso aroma lo inundó, el aroma de su alfa que ya se encontraba ahí y el desayuno que le estaba sirviendo en su mesita.

— Buenos días, mi amor — El chico se sonrojó abrazándolo, el alfa también se encontraba duchado, le había servido el desayuno y subido, le encantaba.

— Buenos días Alfa, gracias— Continuó con el abrazo

— No tienes nada que agradecer cariño, este fin de semana te cocinaré todo el tiempo, vamos a desayunar— comenzaron a hacerlo, platicando y disfrutando de su compañía.