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El Omega lloraba desconsolado, se encontraba completamente solo en la enorme mansión, que debería desalojar lo más pronto posible, según los documentos que le habían entregado esa mañana estaba en la quiebra, le quedaba muy poco, no completaría siquiera la colegiatura. Ni consiguiendo un buen trabajo podría salir de esta.

Su padrino llegó, este no dejó de llorar.

— El abogado que te otorgué dice que lo mejor es vender lo poco que te quedó pero ni así saldarías la deuda.

— Necesito comunicarme con el seguro— Sollozo, limpiando su rostro.

— Tony, todo está hipotecado— El Omega se levantó de golpe.

— ¿Nisiquiera la herencia legítima, cierto?— El Alfa negó

— Lo siento, Tony. Te ayudaré a vender todo, así estaría una parte saldada pero aún quedaría más del 50%

— Ya despedí a todos hace un par de horas, sólo Jarvis no se a ido.

— Lo siento Tony mañana tendrías que desalojar para vender— El Omega asintió ya lo sabía.

— Estoy en busca de un trabajo, sólo me falta un semestre pero no podré terminarlo

— Tomate un semestre en lo que te acomodas— El Omega resopló

— Me llevará más de un semestre y lo sabes, padrino.

— Te ayudaré todo lo que pueda, tendremos que darnos prisa, ya sabes lo que esos imbéciles son capaces de hacer con un Omega desprotegido como tú — El castaño tragó duro, claro que lo sabía.

Las malditas leyes apestaban,  había investigado, incluso analizó todo el caso con lo poco que obtuvo, los Alfas poderosos o Alfas élite aprovechaban que el Omega se encontraba vulnerable y cobraban cuantiosas sumas de dinero para quedarse con él, claro que lo sabía.

Prácticamente eran recibidos y subastados.

Era un acto atroz y sin escrúpulos, digno de Alfas.

Esperaba no tener que llegar a aquello, que al ser aún menor de edad le dieran al menos una prórroga, aunque los conocía, aún así esperaba que no fueran tan duros.

[•••]

Mientras tanto en otra parte de la ciudad de Nueva York se encontraba el Alfa Élite Steven Grant Rogers en el hospital, su buen amigo el doctor Sthephen Strange no le tenía la mejores noticias.

— Los análisis corroboraron mis sospechas, tienes baja glucosa, tus defensas van bajando, tu semblante pálido no ayuda. — Lo observó tranquilo. — Al haber perdido a tu esposa y al ser su enlace tan fuerte provocó esto, ayudó que tengas a tu cachorro a tu lado aún así es necesario que un Omega se encuentre cerca, impregne su aroma en tí y te ayude a pasar los celos.

El Alfa negó — No me niego a la posiblidad de volver a casarme y así darle una madre a Peter, pero pasar mis celos con un Omega sólo por qué si...

— Ya no puedes seguir llenando tu sistema de supresores, los últimos dos celos han sido más potentes y haz traspasado el límite de consumo. Entiendo que el dolor es infernal, aún así necesitas pasarlo con un Omega. — Steve resopló— Lo más recomendable es que sea el mismo Omega por algunos celos, al menos 5, que te cubra con su aroma cada noche.

El Alfa negó de inmediato. — No meteré a un Omega desconocido a mi casa y menos con mi hijo en ella.

— Por eso mismo Steve, Peter también necesita el aroma del Omega. — Lo sabía, su hijo cada vez se veía más decaído, hablaba menos y su palidez era cada día más notoria. — Al igual que tú, necesita de la cercanía de un Omega, al menos en lo que cumple por lo menos los 10 u 11 años, veremos cómo avanza.

Omega Sustituto (Stony-Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora