🔸|CAPITULO 13 - EL PRINCIPIO DEL FIN - PARTE 3|🔸

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—¡No!— Gilda grito tomando las manos de Ray —¡No dejaré que cometas este tipo de locura!

—¡No podemos quedarnos aquí sentados viendo como mueren!— Ray estaba dispuesto, haría cualquier cosa para salvarlos.

—No dejaré que te sacrifiques— Ray se quería safar de Gilda, tenía que salir de ahí e ir a hablar con los Ratri inmediatamente.

—Yo tampoco dejaré que lo hagas— Don se puso al frente de Gilda apartando a Ray de ella —Ya sufrimos dos años por Emma, no lo haremos también por ti.

—¿Entonces dejarán que mueran?— Ray estaba furioso, no los entendía, el solo quería salvarlos.

—Vincent dijo que haría lo que pudiera, nosotros estaremos ayudando— Oliver se metió a la conversación tomando el hombro de Ray —Es muy valiente de tu parte, pero te necesitamos con nosotros.

Ray vio a todos, la voz de todos era algo fuerte por la impresión, por suerte ninguno de los menores había escuchado.

—No sabemos que hacer sin ti, Ray— hablo Gillian abrazándolo.

—Asi es, así que no te vayas— Sonya se unió a ella igual abrazándolo.

Todos fueron junto a Ray, era una parte indispensable de la familia, pero sin Emma y Norman ¿Que podría hacer el? Se sentía inútil, pero todos le hacían saber que todo era diferente, todos quería ayudarlo.

—Quedate con nosotros— Oliver estiró su mano frente a Ray. Había empezado a llorar, todos le daban ánimos, pero por dentro quería morir, aún así, sabía que si estaba con su familia todo saldría bien.

—Asi sera— Ray tomo la mano de Oliver abrazándolo, seguía derramando lágrimas.

Todos se mantuvieron juntos, trataron de pasar un buen rato en familia tratando de olvidar el mal rato que habían pasado esa noche.

—¡Ya es hora de dormir!— los pequeños estaban jugando dentro de la casa, todos estaban bien, no querían dar la noticia todavía.

Todos se acomodaron en sus respectivos cuartos, esa noche todos dormirían en la misma casa.

—Ya todos tienen su lugar, así que a dormir— Gilda ayudaba a todos los niños a acomodarse —Tu te quedas con Ray, cuídalo bien.

—Claro— Gilda sabía que Ray no se rendiría tan fácil, a la más mínima oportunidad sabía que Ray intentaría una locura, así que le puso vigilancia —No tienes de que preocuparte.

Oliver era alguien con el sueño muy ligero, además de que era un gran guardia.

Ya todos estaban acostados en sus camas, Ray era el único en la cocina, estaba tomando un poco de vino.

—No es bueno que tomes eso— Oliver llegó a su lado tomado su vaso.

—Ya es el último, lo prometo— Ray sonrió estirándose un vaso que ya estaba servido a Oliver.

El no dudo en tomarlo, el sabor era algo raro, un poco amargo, pero así era todo lo que Ray comía o bebía.

—Hay que ir a dormir— ambos subieron. Oliver acomodo la cama, era la primera vez que dormiría con Ray, quería cuidar de el —¿Listo para dormir?

—Claro— Ray fue a su lado recostandose para dormir, se tapo viendo hacia Oliver quien ya estaba acostado —Gracias por quedarte conmigo.

—No es nada, se que no querías estar solo— Oliver sonrió acariando la mejilla de Ray.

—Sabes, eres una gran persona, me alegra mucho haberte conocido— Era la primera vez que Ray se abría tanto con lo que sentía hacia alguien desde hace mucho tiempo —Por eso se que eres en quien más puedo confiar.

—Siempre podrás confiar en.. mi— Oliver trato de tomar la mano de Ray, pero su cabeza empezaba a dar vueltas, era como si un sueño profundo lo llamara.

—Perdoname, sabes que no haría esto de no ser necesario— Ray tomo la mano de Oliver, había puesto pastillas para dormir en el vaso de vino que le había dado —Te voy a extrañar mucho.

—No lo hagas...— Oliver perdía el conocimiento poco a poco, estaba tan cansado —Ray.

Oliver termino por dormirse, la sustancia había sido bastante fuerte. Ray se levantó dando un beso en su frente.

—Lo lamento mucho— se puso su abrigo dejando una carta que ya había escrito hace un rato dentro del bolsillo del pantalón de Oliver —Perdoname.

Ray salió sigilosamente, no había nadie ni en el pasillo, ni en la sala, todos dormían. Fue hasta la puerta del sótano, bajando para encontrar aquel objeto que lo ayudaría.

Tomo el frasco de aguas doradas saliendo hacia la entrada principal, nadie se había dado cuenta de nada, todos seguía dormidos.

Se sentía muy mal por mentirle a su familia, por haber medicado de más a Oliver y haberlo engañado, más por qué ahora nadie sabría donde iría, nadie a excepción de Oliver.

—¿Ray?— la luz de la sala había sido prendida —¿A dónde vas a esta hora?

Gillian había bajado encontrando a Ray.

—No tratas de escaparte ¿O si?— Ray había sido atrapado, ahora no tenía otra opción —¡Gil...!

Gillian trato de gritar para alertar a todos, pero Ray fue hasta ella tapando su boca, apretó un nervio de su hombro dejándola inconciente en el suelo.

—Perdón Gillian, tu te lo buscaste— Ray tomo a Gillian llevándola hasta el sofá para dejarla recostada.

La dejo ahí descansando, volvió a tomar sus cosas llendo a la puerta.

—Perdón a  todos— susurro Ray saliendo de la casa para ir hacia su siguiente destino.

La puerta principal se había escuchado, Gilda logro escuchar el ruido, sabía que había algo mal.

—Don, despierta— Gilda le hablo a Don quien dormía a su lado —Ven rápido.

—¿Que pasa?— Don estaba medio dormido, no sabía que pasaba.

—Es Ray— al escucharla Don se levantó como rayo llendo detrás de Gilda.

Gilda fue hasta el cuarto de Ray mientras Don bajaba, todo estaba apagado, prendió la luz viendo a alguien recostada en el sofá.

—¿Gillian?— Don había ido a ver de quién se trataba.

—¡Oliver!— Gilda le grito tratando de despertarlo, pero por más que trataba de moverlo no lo lograba, era como si lo hubieran noqueado.

—¿Que pasa?— Don entro viendo a Oliver dormido, se acercó al buró viendo que había un frasco de pastillas para dormir casi vacío —Lo drogo.

—¡Ese idiota!— Gilda estaba tan molesta, Ray los había engañado para poder irse y pedir ayuda a los Ratri para hablar con Mujika —Prepárate, salimos hacia donde los Ratri.

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