—¿En coma?— Don aún no se creía lo que Vincent les estaba diciendo —Es una mentira, ¿Verdad?
Vincent solo bajo la cabeza, no estaba mintiendo, Norman había caído en coma.
—¡Ray!— Gilda grito al ver como Ray caía al suelo, su cara estaba pálida y había perdido toda la fuerza de su cuerpo en un abrir y cerrar de ojos. Todo su mundo se derrumbaba.
—¿Puedo pasar a verlo?— Ray estaba en el suelo tomando de la bata de Vincent.
—Claro— Oliver ayudo a Ray a levantarse, se apoyo en el llevándolo hasta el cuarto donde estaba Norman.
Todos entraron viéndolo, estaba recostado en una cama, conectado a un respirador. Ray era el más dolido de verlo así, sentía como su vista de tornaba borrosa y sus piernas perdían toda la fuerza que tenían.
Se escuchaban los lamentos de todos, más los de Gilda, ninguno podía soportar la noticia.
—¿Me darían un minuto con el?— Ray se mantenía tranquilo, completamente neutral, no quería explotar de una manera fuerte frente a ellos —Vayan a ver a Emma, yo iré en un momento.
—Te esperamos allá— Don tomo el hombro de Ray.
Todos salieron dejando solo a Norman y a Ray en el cuarto. Cuando la puerta se cerró, Ray se dejó caer al suelo de rodillas, se había empezado a hiperventilar, no se sentia muy bien.
—¡Despierta!— por fin había dicho algo, estaba llorando y tomando la mano de Norman —¡No puedes terminar así! ¡Prometimos que viviriamos juntos!
Sus lágrimas no se detenían, estaba destrozado.
—¡¿Que hay de todas nuestras promesas?!— sus gritos de dolor podían atravesar las paredes —¡¿QUE HAY DE TODAS ELLAS?!
Sentía como la mano de Norman estaba tibia, no quería soltarlo.
—¡Íbamos a estar juntos los tres!— se levantó del suelo pasando su mano por su cara —¡¿Lo recuerdas?! "Apesar de todo estaremos juntos" ¡ESAS FUERON TUS PALABRAS!
Ray ya no encontraba que más hacer, solo sentía dolor y sufrimiento, inclusos sus lágrimas ya salían involuntariamente, no podía pararlas.
—¡Voy a salvarte!— Ray se acercó tomando su cara dando un beso en su frente —No importa el precio, yo te traeré de vuelta.
Recargo su frente junto a la de el sintiendo por última vez la calidez que emitía su cuerpo. Rozo las yemas de sus dedos por sus labios, se detuvo un momento viendo su lindo rostros antes de besarlo.
—Te amo— Le susurro antes de soltarlo para salir del cuarto.
Salió recargandose un momento en la puerta del cuarto, sus ojos estaba hinchados y a duras penas podía mantener su respiración estable.
«Norman»
Comenzó a caminar llendo hacia su siguente destinó, ellos permanecian en la puerta, al parecer ya habían pasado a verla, solo faltaba Ray.
—Te daremos un momento, te esperamos en la entrada para que vallamos a casa— Gilda tomo la mano de Don para dirigirse a la salida.
—¿Estás bien?— Oliver se había quedado atrás viendo a Ray, sus ojos estaban muy hinchados y sus mejillas estaba rojas —¿Te sientes mal? Creo que te volvió la fiebre.
—No es nada, me siento bien— Ray quitó las manos de Oliver de su cara dándole la espalda.
—Te esperamos afuera.
Ray se quedó en su lugar meditando las cosas.
—Oliver— Oliver había volteado al escuchar a Ray, no parecía el mismo, era como si algo aparte de todo eso le preocupara —No es nada, los veo afuera.
Oliver suspiro siguiendo su camino, Ray abrió la puerta viendo a Emma quien iba despertando.
—¿Como te sientes?— Ray se sentó en la silla que estaba a un lado de su cama —¿Recuerdas algo?
—¿Quien eres?— Emma se sentó viendo la cara de Ray —¿Por qué cada que despierto sigo aquí?
—Ya veo— Ray suspiro alborotando el cabello de Emma —Yo soy la persona que te va a salvar, tenlo por seguro.
Ray tomo la mano de Emma besándola, Emma no le tomo mucha importancia, Ray se veía muy triste.
—¿Salvarme?— Ray solo le sonrió besando su frente.
—Sera mejor que descanses— Ray se levantó dándose la vuelta —Te vendré a ver má...
Ray no pudo terminar de hablar, Emma había empezado a tararear una canción, la misma que Isabella siempre cantaba cuando estaba embarazada de Ray.
—¿La canción? ¿La recuerdas?— una pequeña pizca de esperanza nació en el corazón de Ray —¿Cómo es posible?
—Solo se que me tranquiliza, es lo único que te puedo decir sobre ella— Emma sonrió siguiendo con su canción.
Ray derramó una cuánta lágrimas llendo hacia ella para abrazarla.
—Estarás bien, lo prometo— Ray se despidió para irse, aún se sentía mal, pero al escuchar nuevamente esa canción, empezó a tener esperanza, todo eso se iba a arreglar y de eso el se encargaría.
«Emma»
Ray comenzó a caminar, tenía que ir a la entrada para encontrarse con todos.
«Sin importar que pase, los voy a cuidar. Dare todo de mi para que estén bien»
~-💮-~
—¿Cómo les fue?— Eran las dos de la mañana cuando todos llegaron a casa, nadie estaba dormido, ni siquiera los menores, todos los habían estado esperando con respuestas —¿Que?
Todos los menores subieron dejando solo a los mayores abajo. Después de contarles todo, las lágrimas y los quejidos de dolor no se dieron a esperar, todos estaban de luto.
—Haremos todo para ayudar— Todos estaban dispuestos a poner lo mejor se ellos para que Norman y Emma se recuperar, aunque no podían hacer mucho.
—No creo que sea necesario— todos escucharon a Ray —Tengo un plan.
—¿Un plan?— Violet no entendía, ¿Que podría hacer?
—Iré al otro lado— Todos se sorprendieron al escucharlo —Pediremos un deseo y ellos mejorarán.
—¿Que?— Todo estaban boquiabiertos al escucharlo —Eso es imposible, no hay forma de pasar.
Las miradas de Ray y de Oliver se cruzaron entendiéndose por completo.
«Sera que...»
—Iré con los Ratri, ellos tendrían lo necesario para que yo pueda ir hacia el otro lado— Oliver se confundió, no había nombrado para anda el frasco de aguas doradas que ellos habían descubierto.
—Pero que hay del...
—Tengo todo cubierto— interrumpió Ray a Oliver dejándole en claro que no debía mencionar el frasco de aguas doradas —Solo iré para poder hablar con Mujika, ella podrá ayudarnos en esto.
—¡No!
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Esta historia está por terminar, la próxima semana son los últimos capítulos, disfrutenlos.
Nos leemos la próxima semana.
—Nishimiya
西宮エマ
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EN ALGÚN LUGAR | TPN
Fanfiction¿Que tan preparado se sentía para presenciarlo? Pues nunca pensó que algo así sucedería, así que no lo estaba, y no importaba que hiciera, incluso si le pedía algo al gran dios, el destino decidió que los vería partir. En esta ocasión así como en l...