Capitulo 20 - De nuevo en problemas

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(dos años más tarde)

Ya tenía siete años, me iba bien en el colegio, al menos no tenía demasiadas llamadas por algún problema que yo hubiera ocasionado, mi temperamento no era el mejor de todos, pero todo cambió el mes de febrero, había tenido una primera evaluación perfecta en el colegio, pero lo que no sabría es que iba a ser el último trimestre en ese colegio.

Era mediodía y habíamos acabado el recreo, yo me dirigía a clase de naturales cuando uno de mis compañeros se le ocurrió la brillante idea de tirarme el cuaderno al suelo cuando lo estaba cogiendo de la taquilla, no era la primera vez, se había metido conmigo desde preescolar, me enfade al instante, sin embargo, no arremetí contra él, papá no lo hubiera querido y me hubiera castigado, odiaba los imaginativos castigos de él, así que lo deje pasar, camine por el pasillo hacia clase y ese chico pasó corriendo tirando mis cosas al suelo y de rebote caí yo también, ahí algo se encendió, pero aun así hice lo que me enseñaron, con hasta diez e intente olvidarlo de nuevo, pero ya empezaba a perder mi paciencia, ese chico siempre me hacía lo mismo y debía aguantar.

Normalmente, Malcolm me entrenaba, no obstante llevaba un tiempo sin aparecer por casa y disparar con un arco y una flecha a una diana no era lo mismo, y el no acertar me ponía nerviosa, Jeremy lo achaco a que no me concentraba, ambos sabíamos que era porque mi paciencia había disminuido con la edad, pero lo que no sabía es que prefería el entrenamiento con Malcolm.

Entre en clase y ese chico estaba de pie junto a mi mesa, pase por su lado y me puso la zancadilla, caí al suelo y oí risas a mi alrededor, él no paraba de llamarme torpe, tonta, rarita y que sus padres dijeron que Jeremy era un engreído y un asesino, eso hizo que en mi interior algo se encenderá de tal manera que ni contando iba a conseguir calmarme, me levanté del suelo, le miré, él seguía riendo sé, seguía diciendo cosas a sus amigos, cerré mi mano y le lance un puñetazo a la cara, todos los demás niños empezaron a gritar "pelea, pelea", yo aún furiosa le agarre de la camiseta y le tiré al suelo, me puse encima de él y comencé a lanzarle puñetazos a su cara, él intentaba esquivarlos, pero yo era más rápida que él, los gritos de mis compañeros hicieron que aparecieran dos profesores, los cuales me separaron de lo que ahora yo veía como mi víctima, me había provocado, insultado durante semanas, pero no iba a tolerar que se metiera con mi padre. El profesor me agarro de tal manera que no podía zafarme de él por mucho que lo intentase, mi respiración estaba agitada, mis ojos mostraban mi enfado, mientras yo luchaba por liberar me llamaron a la enfermera del colegio para que viniera, llamaron a una ambulancia y a mí me llevaron ante el director.

El profesor enfadado me mando quedarme en una habitación en la que había sillas, me senté en una silla y enfrente estaba la puerta del despacho del director, a mi lado estaba la secretaria, sentada en una silla frente su escritorio lleno de papeles, ella de vez en cuando me miraba y negaba con la cabeza, diez minutos después mi padre apareció por la puerta, cabreado, mientras hablaba con la secretaria no me miró ni un segundo, quien no le conoce pensaría que es serio y que estaba molesto, pero entonces lo note, en su mirada reflejaba que estaba más que eso, dirigió su mirada hacia mí, yo rápidamente desvíe la mirada hacia el suelo, sabía que había hecho mal, pero nunca había visto eso en su mirada, se acercó a mí, se sentó a mi lado y lo único que dijo fue "hablaremos en casa", su voz, era sería y su tono de voz era firme, intente disculparme, pero no salían las palabras de mi boca, estaba helada ante esa reacción, en otras ocasiones, cuando cruzaba esa puerta me miraba con desaprobación, pero esta vez ni me miró, quería llorar, pero no podía, según me dijo Malcolm eso me haría débil y yo no lo era, pero realmente ahora quería llorar y decirle que lo sentía, que no era mi intención.

El director le hizo pasar, no sé cuanto tiempo paso, no obstante a mí se me hizo una eternidad, cuando mi padre salió puso su mano en mi espalda y me guio a la puerta, salimos de la habitación y caminamos por el colegio, no me dirigió ni un "estás castigada o no debería haberlo hecho", al llegar al coche, abrió la puerta del copiloto, entre sin mencionar nada, el rodeo el coche, entro en él y en un silencio muy incómodo condujo a casa, a mitad de camino las lágrimas salieron solas, intente pararlas, no obstante no pude, intente que no me viera llorar, pero lo hizo, desacelero y paro en la entrada al camino a Stonhaven

-¿Por qué? - me manifestó serio y mirando a la carretera, me gire para que no me contemplase quitar mis lágrimas que salían de mis ojos sin control -¿Por qué lo hiciste? - volvió a preguntarme, sin embargo, las palabras estaban atascadas en mi garganta, no podían salir - Te dije que no te pelearas y tú mandas a tu compañero al hospital - su tono de voz paso de serio a sonar decepcionado, yo no paraba de llorar, al no decir nada arranco de nuevo el coche y condujo hasta la puerta de casa. Antonio salió de ella, yo estaba tan ocupada secándome las lágrimas que no le observé, cuando abrió la puerta del coche y me vio llorando, miro a Jeremy el cual salió del lado del conductor con la mirada sería, pasó por su lado y entró en casa sin mediar palabra, al verle hacer eso, mire a Antonio el cual me acarició la cabeza y me hizo un gesto para que saliera, cerró la puerta del coche tras de mí y entramos juntos en casa, Nick hablaba con Jeremy, Clay estaba con él y al verme dejaron de hablar, Jeremy me miro "ve a tu cuarto y no salgas hasta que te llame", agache la cabeza y subí las escaleras hasta mi cuarto en silencio, al entrar en el cuarto cerré la puerta y me puse a llorar, me eché en la cama.

Horas más tarde oí una voz, era la de Antonio, me llamaba para comer, le miré con mis ojos hinchados y rojos, negué con la cabeza, por más que me intento convencer me negué a bajar, detrás de él apareció Jeremy, le hizo un gesto y Antonio salió de la habitación

-Baja a comer y luego hablaremos tú y yo - me dijo aún con tono serio, hice lo que me dijo, comimos juntos y nadie excepto Antonio se atrevió a romper el silencio, pregunto a Clay y a su hijo los planes del día, ellos se lo explicaron con detalle y luego el silencio volvió a reinar, Jeremy se levantó de la mesa, paso por detrás de mí y dijo "cuando acabaste ve al estudio" yo inmediatamente baje la cabeza, intente tardar en comer, Antonio lo supo al ver que miraba a la comida y luego a la puerta, Clay y Nick terminaron y se fueron, Antonio estaba recogiendo la mesa, cuando paso a mi lado me susurro "la conversación la tendrás tarde o temprano" me dio un beso en mi cabeza, fue a la cocina, vi que no volvía y me di cuenta de que solo le faltaba mi plato, me levante y se lo lleve, apenas había comido, no tenía hambre, después de dejar se lo fui al estudio, y allí estaba, sentado, trabajando, me acerqué lentamente hasta estar cerca de él

-Lo... lo siento mucho, no quería hacerlo, pero me enfado mucho - comencé a hablar con voz temblorosa, pero él me interrumpió

-No sigas por ahí, da igual lo mucho que te enfadara, no debiste pegarle, le has roto la nariz y le dejaste los dos ojos morados, no te contuviste - me dijo con voz suave, pero firme, yo baje la mirada

-Lo siento mucho, él empezó, me puso la zancadilla y te insulto, te llamo asesino - manifesté con mi voz entrecortada, mis lágrimas comenzaron a caer por mis mejillas, no vi su reacción, mire al suelo, sabía que no era escusa, no obstante no me gusto que dijera eso de él, me agarró suavemente de mi barbilla

-Mírame -me formuló suavemente, subí mi mirada, intentaba contener las lágrimas, sin embargo, era inútil, sabiendo que le había decepcionado de esa manera hacia casi imposible que dejase de llorar en aquel momento, los sollozos se escapaban de mí sin poder evitarlos, el paso su gran mano por mis mejillas intentando quitar las lágrimas rebeldes que escapaban de mis ojos empapando mi rostro, mis ojos cristalizados me impedían observarle bien -Oirás muchas cosas, pero no por ello tienes que pelearte, ni tampoco defenderme de esos comentarios, ellos tienen sus opiniones y no vas a poder cambiar las - su mano volvió a acariciar mi cara aun empapada - Quiero que me escuches con atención, no quiero que te vuelvas a pelear ¿me has oído? -me dijo lo último con voz firme, asentí, aún intentaba mirarle, pero mis ojos se cristalizaron, y las lágrimas recorrían mi cara con rapidez -Ahora ve a tu cuarto, te llamaré para cenar - quitó con suavidad su mano de mi cara, asentí y al girarme vi a Antonio en la puerta, baje la mirada, no quería que me viera llorar, camine hasta la puerta, pase por su lado en silencio, subí las escaleras hacia mi cuarto, una vez allí cerré la puerta, me eche en la cama y poco tiempo después me quedé dormida.

Una Loba AfortunadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora