Una Loba Afortunada

Capítulo 29 - Introducción como loba

Narra Raley:

Al día siguiente Peter apareció en la puerta de Blackborn, después de tantos años estando castigado lejos de la manada, llegó el día que tanto ansiaba, Nick le acogió con los brazos abiertos, al igual que Dennis, Joey, Antonio y Clay, el resto estaba observando la escena, Jeremy se acercó a él y le dio un abrazo, Dominic estaba detrás de él, tras mirarle de arriba a abajo, le extendió la mano a modo de conformidad, todos entraron dentro acompañando a Peter hasta el salón, yo veía la escena desde la lejanía y opte por irme al patio, no sabía si me iban a dejar unirme a todos, pero aún estaba enfadada con él, enterarme de que otro era mi padre se me hacía duro, fingir no se me daba bien y tras oír a Jeremy por teléfono en la gasolinera que estaba preocupado, decidí que no le daría problemas, al menos no delante de Dominic, quería que le castigasen, pero dudaba que eso fuera lo que pasase.

Horas más tarde Peter se me acercó, yo aún estaba en el jardín.

-Hace un bonito día - comentó alegre.

-Dudo que sea bonito, puede que Dominic te haya dejado volver, pero si hubiera sido yo te habría excomulgado - comete con tono serio y cierta rabia en mis palabras, me levanté de donde estaba y me fui dentro, Peter quitó la sonrisa y cambió su expresión a tristeza. Sin yo saberlo, Antonio me oyó y fue tras de mí.

-¿No crees que has sido dura con él? - me habló mientras yo iba hacia la habitación, cerca que no me seguiría allí, me agarró del brazo y me metió en su despacho - Te estoy hablando, así que no me ignores jovencita, puedo entender que estás enfadada, pero no te da derecho a tratar a tu padre de esa manera y mucho menos a Jeremy - el tono de Antonio era serio, incluso parecía enfadado - Tú no sabes lo que han sacrificado por ti.

-Pues que no lo hubieran hecho, yo no se lo pedí, todos me habéis mentido, ni siquiera debería hablar contigo, confié en ti - dije con un tono de enfado, mi voz se estaba quebrando.

-Puede que no lo pidieras, pero si no hubiera sido por ellos tú no estarías aquí - seguía en el mismo tono.

-Acaso crees que quiero estar aquí, debo aguantaros, si me habéis mentido en eso en que más lo habréis hecho - mis ojos se estaban cristalizando.

-Intentamos protegerte, todo lo que ha hecho Jeremy es por tu protección, no quería que te enterases así, quería esperar al momento oportuno - la voz de Antonio se calmó, al ver que tenía lágrimas en los ojos trato de que entrase en razón, me agarro de los brazos, al principio luche, pero eolio a cogérmelos, me fui hasta una silla y me sentó - Todos entendemos que estés molesta e incluso cabreada, pero Jeremy jamás quiso hacerte daño, él te quiere, Peter no pudo hacerse cargo de ti, era joven e inexperto, Jeremy se ofreció a cuidarte y protegerte, las leyes de la manada dictan que si nace una mujer se la deje al margen, pero Jeremy jamás te dejo sola, te cuido, alimento, te dio una educación y nunca pensó en que te enterarías tan pronto - Antonio se arrodilló - Él solo quiere protegerte, si Dominic se entera de que le mintió y que eres hija de Peter, no sabes lo que llegaría hacer, ambos estarían condenados a morir y con respecto a ti, por mucho cariño que te tenga Dominic me temo que...- Antonio no quiso terminar la frase, no quería decirle que estaría condenada a servir al alfa, Jeremy dejaría de ser candidato y Malcolm no iba a ser precisamente amable con ella, por lo que tenía entendido nunca lo era con una mujer, Jeremy lucho para que ella tuviera un lugar, que jamás se la viera como un objeto a usar, aunque no todos compartían esa visión.

-Me mintió, le creí y él...- comenté antes de ponerme a llorar, tenía mucho retenido y que ahora estalla sé, en parte, era bueno, no explotaría en otro momento arriesgando a soltar el secreto.

-Lo sé, pero que no sea tu padre biológico no significa que tú no lo veas así, porque no nos quedamos aquí un rato, hablamos tranquilamente y así te relajas - comentó en un tono bajo, vio cómo me derrumbaba delante de él. Minutos más tarde estábamos en el sofá de su despacho, yo estaba quedándome dormida con la cabeza apoyada en su regazo, cuando se aseguró de que estaba dormida puso mi cabeza sobre un cojín y se fue del despacho. En pocas ocasiones veía a Antonio como un padre, pero en este tipo de situaciones era cuando le recordaba como si él fuera mi padre.