💔6 Un día especial

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Cuando una persona mira a otra crea un concepto, una imagen, y hasta puede ver colores o palabras en su cabeza al pensar en ella, cada uno es distinto en los ojos del otro.

Los días también son muy diferentes. Para July era un día cualquiera, uno como los demás, sin significado, sin la presencia de ningún suceso horrible o un acontecimiento importante, sin más sonrisas de lo habitual o más lágrimas que de costumbre. Todo seguía exactamente igual, incluso hacia tanto tiempo que no lloraba que no recordaba la última vez que lo había hecho, ni siquiera podía.

Llevaba tanto tiempo sin sentir nada y sin vivir que se reducía a contar las semanas, a dejar pasar el tiempo, y a engañarse a sí misma haciéndose creer que la vida no era nada y que la felicidad no existía. En realidad, en lo más profundo de su alma, estaba muy asustada y tenía miedo, más miedo del que había sentido nunca, incluso del que sentía de pequeña.

Para él, en cambio, aquel día tuvo un brillo especial, era diferente a los otros... la había descubierto a ella, July le había llamado la atención entre todo lo que se movía a su alrededor y había sido como si se parase el mundo durante unos instantes fugaces. Aquello era muy extraño porque su mundo jamás se detenía, siempre iba muy deprisa, quizás demasiado.

_ ¿Entonces eres de la Costa?

_Bueno..._dijo serio dudando _digamos que era de allí hasta hace poco _y encesto la canasta con una precisión fantástica, quieto desde un punto fijo de las grandes canchas.

_No tienes pinta de ser de allí _dijo Eloy divertido con una sonrisa simpática, y entonces empezó el partido.

Él lo miró y sonrió, cuando vivía en la Costa Este también solían decirle lo mismo. La gente tenía fama de ser bastante estirada, incluso más que la gente de la zona alta de la gran ciudad.

A tan solo unos metros, puede que cien o algo más, July patinaba y olvidaba su miedo por momentos, su fusión con el patín, la velocidad y el viento era sensacional. Recorría las enormes pistas dejando a todo el mundo atrás, por poco tiempo no recordaba nada, incluso podía llegar a sentirse libre... y eso le encantaba, era como volar por unos segundos, como si lo malo y el miedo desapareciesen, aunque siguieran allí en realidad.

Él iba en el equipo de Bryan, con Toni, Aldo y dos chicos más. Eloy jugaba con Nise, que aquel día se había dejado caer por ahí, y también con Ian, Dani y Alex. Enseguida tuvo que esquivar a Eloy con esfuerzo, era muy bueno, aunque no más que él. Parecían dos grandes contrincantes que luchaban por algo que no tenía ningún sentido.

Eloy no estaba acostumbrado a que alguien pudiera vencerlo en las canchas, y más que enfadado estaba impresionado, intentando descubrir sus tácticas, aunque eran poco predecibles.

A los cuarenta minutos, Eloy había encestado tres canastas y el equipo contrario dos, todas gracias a él.

Se quitó con astucia a Nise y Dani de encima, pero Eloy lo esperaba cerca. Su camiseta negra deportiva mostraba su estructura fuerte, aparentaba más edad, aunque apenas tenía veintiún años, tenía el pelo castaño y perfectamente cortado, su mirada era azul clara intensa y enigmática, era muy guapo, de esos chicos que pueden cautivar a cualquiera y que en las distancias cortas aun ganan más. Sus ojos tenían una atracción especial, en ellos había un brillo misterioso y también reflejaban dureza, aunque al mismo tiempo trasmitían sinceridad y paz.

Se convirtió en el centro de atención de las canchas, Eloy intentó fallidamente arrebatarle la pelota de básquet que se había convertido en un preciado tesoro para los participantes de aquel juego habitual. Pronto esquivó a todos sin grandes esfuerzos como si fuera verdaderamente fácil.

Los últimos rayos del sol de la tarde iluminaban intensamente el cielo creando un ambiente perfecto. En sus ojos claros podía reflejarse el ocaso y la libertad, y así a un metro de la canasta saltó con fuerza lanzando la pelota y encestando de forma increíble, ocasionando un luchado empate entre los dos equipos que marcaba sin darse cuenta algo nuevo en su propia vida.

_No pasa mucha gente por aquí que juegue así _dijo Eloy bastante impresionado_ podrías pasarte más a menudo siempre estamos aquí, jugamos todas las tardes _sacó el paquete de tabaco Malboro del bolsillo derecho y le ofreció un cigarro. Eloy le pasó el mechero y ambos fumaron con rapidez y con la respiración jadeante.

_Eso está hecho.

Eloy no solía ser tan simpático, aunque de todas formas se llevaba genial con toda la juventud de la zona, y todos lo respetaban, incluso lo admiraban.

Los demás conversaban y se reían entre ellos a pocos metros. En cambio, ellos dos miraban el horizonte, el sol estaba a punto de morir en algún lugar infinito del cielo.

July estaba exhausta de patinar durante tanto tiempo, la gente a esas horas empezaba a marcharse y su casa aún estaba más lejos que las casas de la mayoría. Entró en las canchas andando ligera y con el pelo alborotado por las piruetas y los saltos que había efectuado sobre las ruedas del skate. En aquellos momentos solo le apetecía desaparecer del inmenso parque, estaba terriblemente cansada, una gota de sudor frío bajo por su cuello y sintió un escalofrío.

_Princesa.

Eloy se giró y la recibió con los brazos abiertos, la cogió por la cintura elevándola unos centímetros y dio la impresión de que ella no pesaba nada. Luego le robó un beso caliente y rápido como hacia siempre.

_Éste es Yoel.

Se giró en el acto, desviando su mirada del cielo cada vez más oscuro y con una expresión de curiosidad, se encontró a July y la miró fijamente sin decir nada, completamente impactado.

_Ella es July, mi novia.

Sus miradas se encontraron de repente, Yoel soltó el humo de la última calada despacio y este se fundió en el ligero viento, y entonces sonrió. July también lo hizo y se quedó paralizada por un segundo, después miró al suelo y enseguida de nuevo a Eloy, y entonces se hizo por fin de noche.

_Nos vemos mañana a la misma hora colega_ dijo Eloy mientras se alejaba con July, con su brazo fuerte derecho apoyado sobre los hombros de ella.

_No lo dudes.

Y se quedó allí con los demás, aunque en aquel momento observó cómo July desaparecía y se sumergía en la noche.

Es extraño como dos desconocidos pueden trasmitirse tanto con solo una mirada. Yoel sonrió de verdad mientras veía como se alejaba, parecía divertida, diferente, había conseguido hacer aquel día distinto y especial. Al mirarla había sentido una conexión extraña y muy intensa, como cuando crees de verdad conocer a esa otra persona de hace mucho tiempo, pero en realidad es la primera vez que la ves, aunque no lo sientas así. Es una conexión tan única y fuerte que solo puede sentirse y las palabras limitan su alcance y entendimiento.

July había sentido algo parecido, aunque ni siquiera le dio importancia. Ella no paraba de pensar y sus pensamientos la hacían perderse y sentirse triste, puede que siempre lo hubiera estado...no estaba segura.

Un día insignificante para alguien y un día único para otra persona. Realmente marcaba un principio y un final, pero ella ni siquiera se había dado cuenta, a veces tienes ante tus ojos la llave, todo...y no lo ves porque eres una persona que está completamente hundida. Ella tampoco veía como los rayos del sol se fundían en lo más alto, como los tonos rosas del cielo morían, y como cientos de estrellas iluminaban la joven noche. July había dejado de ver todo lo que sucedía a su alrededor, ya ni siquiera podía contemplarse a sí misma.

Con miedo no hay libertad💔 ( Se va a mejorar, No LEER)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora