El mundo pareció dejar de importar para July, fue como si la gente hubiera olvidado rápidamente lo sucedido, pero la verdad era que la vida no podía detenerse ni tomarse un descanso. Todos tenían que seguir viviendo, incluida ella, el recuerdo de Eloy siempre estaría presente en sus corazones. Y así fue como ocurrió.
July tuvo que terminar los exámenes finales, ser fuerte e intentar no pensar en su muerte, ni tampoco pensar en Yoel. Un futuro poco predecible le estaba esperando, pero tenía claro que le esperaba un gran futuro.
Yoel desapareció, se presentó a hacer los exámenes que le quedaban del instituto y siguió tatuando, pero no paró ni un solo día de acordarse de ella. Volvió a la Costa Este porque había llegado el verano y deseaba deslizarse sobre las olas e intentar olvidarla. Aunque no pensar en July era prácticamente imposible, con el mar y la tabla de surf podía sobrellevar mejor el profundo dolor.
Los padres de Evelyn le pidieron a July que se quedará con ellos, acogiéndola de manera permanente como un miembro más de la familia. Así fue como Evelyn y ella dejaron de ser amigas para convertirse en hermanas, aunque ese tipo de unión ya hacía tiempo que existía entre ellas. July por fin tuvo una familia, aunque se prometió así misma que nunca olvidaría de dónde provenía.
Evelyn se ofreció a llevarla cada cierto tiempo a ver a su madre, y aunque ella se negó al principio, al final terminó accediendo. A su hermano, en cambio, lo veía muy a menudo y crecía muy rápido.
Aquel verano fue extraño e inolvidable. Jamás podría olvidarlo... todo había cambiado tanto ese año que parecía necesitar un tiempo para poder asimilar lo que había ocurrido y el enorme cambio que había dado su vida.
Ella tampoco olvidó a Yoel, olvidarlo le resultó imposible. Una noche de agosto no demasiado calurosa ni tampoco demasiado fresca, recordó la primera vez que lo vio, y fue como si lo que había vivido durante aquellos meses, esa historia tan complicada y tan intensa, repleta de un amor inmenso, pasará rápida por su cabeza como una estrella fugaz... y entonces decidió escribirla para hacerla eterna.
A finales de ese mes volvieron a cruzarse por causalidad en el centro de la ciudad, July sintió como su corazón se aceleraba porque seguía amándolo sin ninguna duda.
_July... _ susurró él, se quedó muy impactado al verla de nuevo. En su mirada azul profunda había un brillo especial al mirarla.
_ ¿Qué haces aquí? _ preguntó sorprendida _creía que estabas en la Costa Este...
_Sí, lo estaba. Solo he vuelto hoy para recoger unos papeles.
July frunció el ceño sin comprender nada.
_Al final aprobé los exámenes, el año que viene entraré en la universidad.
_ ¡Me alegro muchísimo! _ Y se lanzó sobre él abrazándolo sin poder reprimir su alegría, él la abrazó despacio y cerró los ojos, no estaba preparado para sentirla otra vez entre sus brazos.
_ ¿Qué harás al final?
_Tengo que pensarlo.
Los dos se miraron fijamente, fundiéndose el uno en el otro, deseando saber mucho más, pero sintiéndose asustados a la vez.
_ ¿Y tú cómo estás? _preguntó Yoel, en los ojos de los dos se escondían la nostalgia y los recuerdos no demasiado lejanos.
_Bien, han vuelto a darme la beca, y.... bueno, ahora vivo con Evelyn.
Yoel sonrió.
_Ya lo sé. Me lo dijo Bryan.
_ ¿Ah sí?
_Sí, me llama casi cada día. Últimamente Hanna y él suelen venir mucho a la Costa Este a verme a surfear.
July sonrió, había estado algo distanciada de todo el mundo menos de Evelyn. Deseó también poder verlo surfear, aunque no debiera.
_Tengo que irme _dijo Yoel, ninguno de los dos había dejado de mirarse a los ojos ni un segundo. Los dos se querían y hubiera sido claro para cualquiera. _ Espero volver a verte.
July no pudo decir nada, su pecho latía con tanta fuerza que parecía que iba a explotar de un momento a otro. Solamente pudo observar cómo se alejaba de ella con la respiración acelerada.
Es doloroso amar a alguien y alejarse de él... July se pasó noches en vela escribiendo su historia, la historia de ambos. De esa manera podía recordarlo y guardaría lo que había vivido para siempre en los miles de palabras de tinta negra que inmortalizaban lo que sucedió, lo que sintió, lo que jamás podría hacer desaparecer de su corazón... igual que Yoel creía en la fuerza de las palabras, ella también lo hacía. Él llevaba una frase tatuada con tinta en el pecho que le hacía recordar quien era y en lo que se había convertido por lo que había vivido, y ella había escrito y grabado para siempre todos los momentos, los maravillosos instantes y toda la historia que habían compartido juntos, y como título había puesto la única frase que podía definirlo todo: Con miedo no hay libertad.
Y entonces cambió los nombres de las personas de aquella historia y también de los lugares creando otros distintos, para que nadie creyera que cada detalle era real, aunque siempre lo había sido.
Evelyn, esa gran persona que había estado a su lado y le había regalado sin pedirle nada una nueva vida, le regaló de nuevo las fuerzas para mostrar al mundo entero lo que había escrito. Antes de que llegaran las noches frías se publicó, July sacó a la luz la preciosa historia en la que confesaba que amaba a aquel hombre que llevaba tatuada esa bonita frase en el pecho y cómo él la había hecho libre...
Era finales de octubre y Yoel surfeaba por última vez, despidiéndose de su lugar favorito hasta la primavera. El agua ya estaba demasiado fría, cogía las olas definidas con fuerza, se sentía libre... en la arena estaban sentados Hanna y Bryan, el uno junto al otro, los observó un momento y vio como ella lo llamaba sonriente.
Justo en ese instante cayó de la tabla hundiéndose en las frías aguas de la mágica playa. Salió despacio y comenzó a quitarse el neopreno negro en cuanto llego hasta ellos.
_Me acaban de enviar diez mensajes, todos sobre lo mismo. July ha escrito una historia.
Yoel no entendió nada, pero oír el nombre de ella hizo que se quedara paralizado.
_ ¿Y a qué no sabes cuál es el título?
Él no contestó, y cuando oyó la respuesta no pudo creerlo.
Y entonces así fue como Yoel leyó el libro de ella, en el que aparecía narrada la historia de los dos, en la que contaba toda la verdad y dejaba claro que lo que sentía por él era irrompible, siendo evidente que nunca había dejado de pensar en él, que no había dejado de amarlo...
July había pasado de tener nada a tenerlo todo, aunque de todas formas le faltaba lo más importante, él. Había escrito lo que había vivido durante aquel tiempo, pero quedaba sin escribir mucho más... un futuro se abría ante ella.
Enseguida llegó ese precioso día, justo estaba atardeciendo como cuando lo vio por primera vez. Las hojas de los árboles caían con los golpes suaves del viento frío de otoño, que parecía también empujarla mientras patinaba totalmente libre por las pistas, como siempre había hecho.
Cuando por fin paró, se dio cuenta de que el cielo azul estaba repleto de bonitos destellos rosados que marcaban el final de aquel día, pero que a la vez definían un nuevo comienzo... y entonces lo vio. Estaba sentado en el mismo banco en el que se había sentado por primera vez hacía un año, increíblemente guapo, y los dos se miraron. Fue como si el tiempo se detuviese, como si por un momento fugaz y a la vez eterno solo existieran ellos en el mundo... y en ese instante ninguno de los dos pudo evitar sonreír.
FIN
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Con miedo no hay libertad💔 ( Se va a mejorar, No LEER)
RomanceJuly es una preciosa y luchadora joven de diecinueve años con una vida muy difícil: padres que no se han ocupado de ella, víctima de un entorno inestable y apresada en una relación desde los trece años con Eloy, aparentemente el novio perfecto, aunq...