Capítulo 5 - Porque tu me salvaste sin importar qué

528 41 9
                                    

El año ha pasado como la espuma que se crea por el rompeolas en un acantilado. Como cuando te comes un helado con muchas ansias y deseas que no se acabe nunca. Nunca pensé que el tiempo pudiera pasar así de rápido.

Además, muchas cosas han ocurrido desde entonces y de las cuales que no me siento muy orgulloso. Atormentan mi mente cada segundo que sigo viviendo en este condenado nuevo mundo.

La primera cosa fue inminente. El mismo día que Nadir se fue de mi habitación sin dejar apenas rastro -solo una nota, la cual sigo conservando con cariño- las personas encargadas de la seguridad de la ciudad encontraron pruebas (una de ellas fue el cuchillo que dejé en los matorrales e al lado de la puerta) de que él estuvo ese día en mi casa y nos degradaron de posición a mi madre y a mi.

Ahora vivimos en un barrio catalogado como medio-pobre -una total deshonra para nuestro apellido-. Afortunadamente mi madre se lo tomó mejor de lo que me esperaba y abrió una pequeña tienda aquí para sobrellevar los gastos de horas de trabajo/estudio que ahora ya no me son dadas ya que fui denegado automáticamente de la universidad de la que os hablé.

Yo la veo contenta ya que siempre ha sido un sueño para ella abrir una tienda de ropa diseñada por ella misma, aunque no entra mucha gente para comprar por donde está ubicada, por lo que ha tenido que hacerla también lavandería. A veces la ayudo cuando tiene demasiados pedidos y cuando yo no tengo que trabajar.

Si, desgraciadamente sigo con el mismo trabajo que me pusieron el aquél día, en la entrega de trabajos oficial de Luna. Es lo peor que me ha pasado en mi corta vida, puedo aseguraoslo. Es un trabajo tan monótono y aburrido que hace que quiera morir cuando lo estoy haciendo. Pero si no me lo hubieran concedido, seguramente Nadir hubiera muerto y que no haya pasado eso, me alegra en mis peores momentos, sin duda alguna.

La segunda fue indirecta. Perdí todo contacto con mis anteriores amistades -aunque Sarah sigue hablándome como siempre ya que ella no piensa como los elitistas con los que me relacionaba-. Pero he podido sacar algo bueno de esto y es que me dado cuenta de cómo verdaderamente es la vida en Luna, horrible.

Ya no soy un elitista que solo piensa en ser perfecto y tener cosas de mucho valor. Por desgracia, hay muchísima más pobreza que riqueza en esta pequeña ciudad y no quiero pensar siquiera la que tiene que haber en alguna más grande. La desigualdad está a la orden del día y los cuerpos de seguridad y los del Gobierno se encargan de que sea así para siempre.

Además, haber probado las dos creo que me ha hecho mejor persona. Pero me siento impotente por no poder hacer nada en contra de esto pero ya me tienen fichado los del Gobierno y no quiero meter más la pata, por mi madre, ella no se merece esto.

La tercera me entristece. No he vuelto a saber nada más de Nadir desde el día que lo perdí de vista. Siento que le debo muchísimo a pesar de haber sido el causante de mi degradación y de haberlo perdido todo. Me ha abierto los ojos y me está salvando la vida si de verdad ha conseguido realizar la misión que le habían encomendado los de arriba. Que, aunque no estoy a favor, algo de razón si tiene.

El frasco que me dio no le queda mucho de vida -apenas un par de gotas- pero se lo agradezco muchísimo. Además, está protegiendo también a mi madre, cuya muerte me dejaría más que hundido si llegara a pasar. Ella no sabe nada, en realidad, no se lo he dicho a nadie -he mantenido la fe ciega que él me pidió en su momento que tuviera- y cuando me preguntaron por él -aunque no se si se puede llamar preguntar a sus golpes y métodos para sacar la verdad en las personas- no solté prenda. Tienen pruebas de que estuvo en mi casa pero no saben por ni por qué ni para qué. Están totalmente desesperados y aterrados por su sola presencia, lo he notado.

La cuarta y última es que estoy en una constante vigilancia -por el motivo anterior-. No la he visto pero lo noto. Siento como algunas personas se me quedan mirando más de la cuenta o como otras me hacen preguntas un tanto extrañas que no las haría la gente normal. Esto me da pie a pensar que Nadir tiene razón y más de la que me gusta admitir.

Buscándote en otro mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora