Capítulo 14 - Nueva misión

184 21 4
                                    


Narra Gabriel

Me duele el cuerpo entero. Estoy cansado de estar tumbado en una camilla sin hacer nada. Quiero moverme y poder ser libre. Parece ser que no consigo librarme nunca de gente que solo quiere mantenerme atado para quien sabe qué cosas ya. Han vuelto a entrar aquellos dos hombres con esos horribles trajes perfectamente blancos. Tengo ganas de retorcerles el cuello.

-¿Cómo te llamas?

¿Por qué me lo preguntan de nuevo? ¿Esto no acaba de pasar? Creo que me estoy volviendo aun más loco de lo que ya pensaba.

Intento acomodarme en la camilla en la que reposo pero no obtengo ningún movimiento pues, al parecer, estoy amarrado de pies y manos a la camilla como si fuera un peligro para ellos. Hacen bien, tengo ganas de arrancarles la garganta a cada uno ahora mismo. 

Tiro de las ataduras que tengo en las muñecas y siento una enorme punzada de dolor, como si me estuviera rozando una herida abierta con el cuero del agarre.

-¿Cómo te llamas?-repite algo cansado. Que no paren de apuntar cosas en sus libretas me está sacando de quicio.

-¡Ya os dije que 25! ¿Por qué tanto interés?-siento que una enorme ira me invade y todos los músculos de mi cuerpo se tensan. Ojalá pudiera alcanzarles aunque solo sea con una mano, así podría ver brotar un precioso líquido rojizo.

-¿Recuerdas algo de ayer?

"Qué pesados" digo en mi mente. ¿Por qué solo se centran en cómo me llamo y en qué paso ayer? ¿Se están riendo en mi cara?

-¡Ya dije que no! ¿Es que sois tontos y no me escucháis?-respondo casi fuera de quicio. No quiero intentar recordar qué pasó ayer. Siento que no es muy buena idea hacerlo.

Los estúpidos trajeados siguen anotando cosas en sus libretas mientras yo sigo intentando escaparme de la camilla. Me estoy agobiando por no conseguir ningún resultado y porque me están ignorando completamente.

-Intentalo, cuéntanos qué paso ayer-dice imperativo uno de ellos. Están intentando colmar mi vaso.

-TE VOY A ...

Mas antes de que pueda decir claramente mi amenaza, unas personas nuevas entran en la sala y me hacen bajar el tono hasta que se hace inaudible. Es un chico moreno acompañado de una mujer castaña con un traje verde y marrón bastante gracioso.

-Jared quiere una demostración-declara la mujer muy seriamente. 

-S-Si.

A los hombres trajeados se les hace un nudo en la garganta y, uno de ellos nervioso, saca de su bolsillo un recipiente pequeño de cristal con un líquido morado en su interior. Luego, va hacia un armario que está lo más alejado de donde yo me encuentro y coge algo que no consigo ver.

-Aun no sabemos si la fórmula es la correcta. Creo que deberíamos hacer más experimentos antes de hacerlo con él, Coronel-responde éste mientras se acerca indeciso a mi. Las manos le están temblando muy notablemente.

-¡No te me acerques!-grito intentando alejarle. Ahora si que puedo ver qué es lo que lleva entre las manos y es una enorme jeringa.

-Le he dado una orden, me da igual que esté listo o no. Hágalo ya.

¿Hacer el qué? Todo esto me esta poniendo los pelos de punta y ya los dolores que me producen las rozaduras contra el cuero me dan igual, necesito salir de aquí.

-¡Soltadme! ¿Qué me vais a hacer?

-En seguida Coronel-y acto seguido y después de intentarlo varias veces por mis continuos movimientos, me clava la aguja en el cuello.

Buscándote en otro mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora