Donghae colocó las manos en la barra de metal, irguió la espalda, tenso los músculos, distribuyo el peso en su cuerpo y alzo los talones manteniendo el equilibrio lentamente para apoyarse en las puntas. El rubio solía usar zapatillas de bailarina, la de los hombres era mas blanda y no estaban diseñadas para parararse en puntillas. Levantó la pierna izquierda completamente recta como la aguja de un reloj marcando la hora, moviéndose con esa suavidad y delicadeza casi hipnótica.
Llevaba un pantalón de vestir color blanco con detalles plateados y brillantes, una camiseta de algodón delgada que se transparentaba un poco. El saco a juego estaba colgado a un par de metros en el mismo tubo donde se sostiene, su cabello rubio, casi blanco estaba cuidadosamente peinado hacia atrás con perlas blancas colocada en este. Tenía maquillaje en su rostro, una ligera capa de polvo y sus mejillas ligeramente rosadas, los parpados tenían sombras plateadas y llamativas.
–Vas a romper el pantalón –Una voz áspera y amable habla tras él, el rubio se detiene, baja la pierna y deja caer nuevamente el peso en toda la planta de los pies, alza la mirada para ver a su futuro esposo a travez del espejo de pie en la puerta del salón recargado en el amplio marco. Es la primera vez que lo mira, su matrimonio no fue mas que un acuerdo beneficioso. El hombre ocupaba un esposo para callar las habladurías respecto a estar soltero a los treinta, además de que era un requisito puntuado para un puesto de trabajo con mayor ganancias y Donghae necesitaba casarse con alguien que lo dejara seguir con su carrera como bailarín además de financiarla ya que le arrebataron la beca, y si no se casaba la gente empezaría a hacer lo único que sabe, entrometerse.
Al menos es guapo, piensa con cierto agrado, ve el rostro de piel blanca, los labios gruesos y rosados que lucían tentadores, la nariz prominente y los ojos pequeños de color negro. Su cabello oscuro estaba peinado hacia atrás dejando la frente despejada, sus orejas eran grandes, pero no para ser notorias.
–Sólo practicaba un poco, me ayuda a calmarme – Responde Donghae con una sonrisa algo superficial, finalmente se gira en dirección al hombre que era mucho mas alto que él. Hombros amplios y constitución fuerte pero delgado, podría ser un buen bailarín si lo quisiera. Aparta el rostro del mayor y mira hacia el exterior por el enorme ventanal que da al jardín, el verde de las plantas se ve cubierto por el blanco de los adornos, las mesas, los arreglos, los focos en el aire.
El hombre se acercó al ventanal y el rubio lo siguió hasta quedarse de pie a su lado, este se gira un poco y sonríe mostrado sus encías las cuales le parecieron tiernas. El mayor se gira en su dirección y extiende la mano para presentarse por primera vez a minutos de ir al altar.
–Lee Hyukjae, un gusto – Sonríe un poco mas hasta que en la orilla de los ojos, se arrugan un poco. El rubio sonríe y extiende la mano, estrechándola con firmeza y amabilidad.
–Lee Donghae –Se presenta con una sonrisa amplia en los labios.
Ambos hombres se quedan en silencio, viendo a través del cristal como van llegando poco a poco sus invitados, sus familiares se mueven de un lado a otro, sus amigos caminan entre las sillas confusos y sorprendidos aun por el enlace, sus compañeros, socios o desconocidos estaban de pie tratando de ser cordiales. Entonces Donghae lo noto, llegar del brazo de su ahora novia con la que lo engaño. Dejo salir un bufido aún sin creer lo que veía.
—¿Te gusta la playa y los paseos a campo? Tus padres dijeron que estaba bien para la luna de miel pero si deseas hacer algún cambio, aún es tiempo. —El mayor le sonríe, el rubio logra distinguir la piel levantada de los labios ¿Estarían rasposos? O simplemente se sentirían los bordes
—Esta bien, el aire libre es bueno para meditar y despejarse —Se encoge de hombros restando importancia.
El más alto se acerca a el y le toma la mano con cuidado, hay un anillo de compromiso con una piedra tan grande que casi era del tamaño de su iris, aproximadamente. Debe admitir que le encantó la joya, lo hizo sentirse más entusiasmado respecto a la boda. Su familia no era rica pero tampoco estaban en la quiebra, su familia era dueña de un restaurante que ahora manejaba Donghwa junto a su madre, siempre les dio una vida decente pero tampoco para colmarlos de lujos.
—Se que probablemente no sea el prospecto con el que deseas casarte, si en un futuro...
—No me importa...—Interrumpe el más joven con una sonrisa amplia. Ahora el toma a Hyukjae con ambas manos y da un paso más cerca del hombre. Ve el cabello negro estar peinado hacia un lado, algunos mechones caen sin cuidado y eso solo lo hace ver lindo.
—¿Qué..? —Pregunta algo descolocado, no alza la voz más bien es baja y suave.
—Eres guapo, pareces amable y te preocupas por mi o lo que quiero, me ayudaras con mi carrera y me has dado esto —Alza la mano mostrando el anillo con el diamante reflejando la luz.
—Es lo menos que te mereces...—Comienza pero el joven bailarín le coloca un dedo en los labios, la pregunta que se había formulado hace unos momentos fue respondida. Eran suaves, se sentían los bordes pero también que eran carnosos.
—Dame todo lo que pienses que me merezco y seremos muy felices, yo te digo que me hace feliz, tu me dices que te hace feliz y vemos como funciona—Alza la mano que sujeta y le da un beso en el dorso, ve las pálidas mejillas teñirse de un rosa suave.
—Por supuesto —Responde algo sorprendido por la acción, a Hyukjae le gusta el brillo juguetón en los ojos castaños, la sonrisa inocente de un niño travieso y el rostro angelical. Le agradaba la honestidad con la que se expresaba. Quizá se unirían por conveniencia pero ambos saldrían ganando ¿Cuál era el problema?
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Gracias por leer y espero disfruten.
Besos y abrazos, cuídense.
😘🤗💙
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White Swan
FanfictionUn empresario serio, respetable y maduro, un bailarin joven, brillante y talentoso. Sus caminos se cruzaron o mejor dicho, entrelazaron. EUNHAE