Capítulo 10

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A Donghae le gusta dormir con Hyukjae, el mayor le ofreció una habitación a parte si quería su espacio o en lo que se acostumbraban al otro pero el rubio se negó. Le gustaba dormir encima del mayor, con su cabeza en el pecho y las piernas entrelazadas, con los latidos del corazón escuchándose de fondo, arrullándole para dormir. Además de que a su ahora esposo no le molestaba, en realidad en las mañanas podía sentir lo entusiasmado que estaba por tenerlo a lado.

—Donghae —Llama suavemente a la vez que le empuja el hombro con cuidado, pasa los dedos por el cabello casi grisáceo a la vez que lo mueve un poco. El peso y calor a su lado eran tan cómodos y reconfortantes pero debían de levantarse, ambos.

—Mhmm—Un quejido sale de los delgados labios, y al igual que un cachorro, esconde el rostro en el pecho desnudo.

—Es tu primer día en la escuela después del pequeño hiatus ¿Quieres llegar tarde? —Hyukjae toma una de las mejillas y la aprieta, ganándose un quejido por parte del más joven.

Son las cinco treinta de la mañana, aún no hay sol visible pero si desean hacer todo como es debido deben de levantarse ya, tomar una ducha, vestirse, almorzar... Pero Donghae llevaba una semana levantándose hasta que su cuerpo le reclamaba, era difícil deshacerse de ese hábito.

—Puedo ser solo el esposo bonito, que va a beber y hablar mal de desconocido mientras toma bocadillos —Alza el rostro adormilado, sus ojos se abren con dificultad y sus mejillas están encendidas.

—Las parejas de mis socios, amigos o familiares son como serpientes en busca de una víctima y lamento decirte que tu serias la carne fresca —Toma la nariz y la mueve a ambos lados de forma juguetona.

—Aghh—Se queja dejando caer de nuevo la cabeza, apartando los dedos juntos de su rostro a la vez que se acomoda de nuevo en el pecho del mayor.

—Te has levantado temprano desde el día que dijiste si acepto y ahora no te puedes deshacer de las sabanas —Sentencia el mayor con una sonrisa divertida, pasa las manos la espalda del otro para calmarlo —¿Acaso estas nervioso? —Pregunta curioso. Con cuidado lo gira en la cama hasta dejarlo recostado boca arriba y a él sobre el rubio, se desliza con cuidado hacia abajo y rosa sus narices suavemente. Le da un beso en la mejilla y se acurruca en el pecho del más joven, intercambiando de lugares.

—El idiota, bastardo de mi ex es maestro y estoy seguro de que todos los alumnos sabrán que salí con él y estoy seguro de que hay mil y una más mentiras sobre mi rondando en ese lugar. Ni siquiera le he enviado mensajes a mis amigos, o les he respondido porque no se que puedan decir —Se cubre el rostro con ambas manos, deja salir un quejido de frustración de sus delgados labios. Hyukjae se cuela entre sus piernas antes de incorporarse y quedarse sentado entre estas.

—Puedes elegir otra academia o instituto de ballet, una universidad de ballet o danza contemporánea, lo que desees. Incluso irte al extranjero —Hyukjae toma una mano y besa el dorso.

—No quiero ser un cobarde que huyo, pero tampoco quiero verle la cara todos los días, además ya diste una gran suma en mi nombre y no puedo...

—Eres mi esposo, tu bienestar es mi amor preocupación. Además, puedes ir y enfrentar los problemas para después ya no darle la cara, sino quieres verlo, no lo tienes que hacer —Hyukjae juega con los dedos del rubio, no son tan largos pero si un poco gruesos, le parecen adorables.

—Es la mejor academia de ballet...

—¿Del país? —Pregunta suavemente, toma la otra mano y la aparta del rostro.

—Es prestigiosa y tiene maestros de renombre, aunque solo el señor Moreau es extranjero...—Se queda pensativo por un momento, en su rostro aparece una idea pero después bufa y niega como si lo que se que hubiera pensado fuese absurdo.

—¿Hay alguna otra? —Entrelaza sus manos y le sonríe, las mejillas ruborizadas se alzan en una sonrisa nerviosa.

—Esta la Universidad Nacional de Artes pero debo pasar el examen para entrar y llevo tres años desde que deje de estudiar algo que no sea ballet, así que no me preguntes sobre números o acontecimientos históricos que mi mente está en blanco —El rubio se jala del mayor para tomar impulso y sentarse, enreda las piernas en el cuerpo ajeno y no le suelta.

—Lo pasaras...

—Voy a ir a ese estúpida y prestigiosa escuela de danza, voy a hablar con mis amigos y entrare con el rostro en alto. Si son unos idiotas... estaré bien —Finalmente lo suelta de las manos para ponerse de pie, no sin antes darle un beso en la mejilla e ir a tomar una ducha.

—Siempre habrá más opciones, pero se que lo harás muy bien —Hyukjae anima desde la cama, se deja caer en esta con una sonrisa en su rostro. No sabe que es lo que decidirá finalmente Donghae pero estará ahí para apoyarlo.

El chico aún es joven para lidiar con tanto pero al menos el esta ayudando a quitarle un peso de encima respecto a lo económico. Además al joven rubio le encantaban los obsequios, y no debían de ser caros, sean joyas, chocolates o una botella de jugo de frutas, el estaba encantado por los detalles. Sonrió feliz de saber que había escogido bien a su esposo, tenía la esperanza de que no solo fuera un matrimonio para aplicar a un mejor trabajo y una mejor casa, sino también algo duradero, pero esa decisión sería del rubio.

Ahora solo lo apoyaría a que termine su sueño, a que se convierta en ese gran bailarín de ballet que tanto desea o que se dedique a ello como una profesión, no importa cual sea el sueño de su esposo, Hyukjae quiere ayudarlo a que lo cumpla, porque el mayor sabe lo que es dejar tu sueño varado por falta de dinero y al menos Donghae no pasará por ello, no mientras esté a su lado.

White SwanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora