Capítulo 8

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—¿Le dirás a tu esposo que no sabes cocinar? —Pregunta Yoona mientras saltea la carne en el sarten, Donghae por otro lado esta muy ocupado cortando cuidadosamente las verduras. Al escuchar a su amiga alza la vista.

—¡Yo se cocinar! —Dice a la defensiva para posteriormente regresar a su tarea con los vegetales.

—¿Enserio? ¿Entonces por qué me llamaste? —Pregunta con una sonrisa de lado, hay diversión en sus ojos y burla en la sonrisa amplia.

—Porque te extrañaba —Responde el rubio sonriendo de forma inocente. Yoona solo rueda los ojos divertida y sigue con su tarea.

Su amiga llevaba un pantalón corto de mezclilla hasta la mitad de la pierna y una camiseta de botones y cuellos, era blanca con negro a rayas, era casi igual de alta que él pero con los botines negros de tacón lo arrebasaba por casi cinco centímetros.

—¿Qué tal la vida de casado? —Apaga la estufa y va en busca de un vino mientras Donghae empieza a servir los platos acompañados de sus verduras que corto.

—Esta bien, jamás había vivido en una casa tan grande. Estoy así...—Se gira hacia Yoona a la cual alcanza a ver dentro de la alacena y hace un gesto con los dedos, donde usa el índice y pulgar para ejemplificar lo poco que falta —...de dedicarme a ser un esposo florero. Es un término muy despectivo pero quienes somos para juzgar. —Se encoge de hombros a la vez que añade la carne y algo de salsa.

—El ballet es tu vida —Explica Yoona saliendo con dos botellas de vino, las deja en la isla de la mesa y rebusca en los cajones hasta dar con las copas.

—Lo se, no podría dejarlo aunque me siento tentado —Bromea de forma dramática, alza la mano donde el anillo de compromiso se encuentra, el precioso diamante brilla sobre el oro blanco, sonríe por lo delicado y elegante que es, al igual que él.

—Debes decirle a tu marido que no cocinas, se dará cuenta tarde o temprano y no puedo venir a preparar la cena por más que me guste platicar contigo. —Yoona deja el sacacorchos a lado de las botellas y camina hacia su amigo.

—Estoy aprendiendo, además el me da obsequios y yo quiero agradecerle —Donghae hace un adorable puchero, la chica le revuelve el cabello para dedicarle una sonrisa.

—No lo haces en la cama ¿O para que compraste la lencería? —Hay una sonrisa llena de maldad en la inocente cara de Im Yoona, las mejillas de Donghae se vuelven de un suave rosa.

—¡Deja de decir esas cosas! —Donghae deja los platos en la mesa y coloca sus manos en las mejillas, siente el calor en estas y respira profundo. —No pienso pagarle todo con sexo, me gusta variar por ello le prepare la cena —Sonríe orgullosos como si de verdad el la hubiera hecho.

—Pequeño descarado —Dice la mujer con una sonrisa divertida, toma su bolso y señala los vinos —Pregúntale si puedes abrirlos, quizá sean especiales o algo así ¿Entendido?

—Siiii—Responde como niño pequeño al que ya le repitieron las cosas una y otra vez.

—Te veo en una semana en la escuela, por favor no faltes —Pide ella dándole un ligero jalón a una de sus orejas.

—No lo haré —Dice el más joven. Ambos se abrazan y la chica se despide saliendo de la casa. Donghae toma los platos y los coloca en el comedor, toma un porta velas y coloca tres, las enciende para acomodarlas con cuidado en la mesa. Coloca las servilletas y las copas.

Tomo un puñado de pétalos del rosal que lo había asustado y con cuidado las acomodo en la mesa. Eso de ser atento le empezaba a gustar, era fácil serlo con Hyukjae, especialmente porque eso lo hacía sonreír, no tenía nada que ver los chocolates o joyas que recibió a cambio.

Estaba a punto de subir por lo que había comprado cuando el timbre de la puerta sonó, reviso el reloj pero aún faltaba. Se pasó la mano por el cabello y fue a abrir, se sorprendió al ver a la chica que se habían encontrado en la luna de miel, seguía esa sonrisa en sus labios y los ojos vivaces.

—¿Sí? —Saluda el más joven dudoso, la mujer ladea la cabeza y sonríe aún más.

—Que tal —Entra a la casa como si fuese de ella, Donghae no sabe que hacer, la ve incrédulo como se pasea por el interior. Va tras ella en busca de una respuesta lógica.

—¿Y Hyukkie? Le traigo una invitación para un evento de moda, a él le encanta ir a estos ya que hay cosas bonitas —Sacude el cabello como si ella fuese la cosa bonita, alza la invitación y la sacude frente a el —Pero solo es para dos personas, obviamente irá conmigo.

—Soy su esposo, boba —Se cruza de brazos molesto, el cabello castaño de la chica se mueve cuando ella ríe.

—Ya me enteré de como fue la boda ¿Es difícil casarse por interés? Necesitabas dinero, él un matrimonio y trabajo estable. Eres como un tipo de... —Pone el dedo en la barbilla y alza los labios como si estuviera pensando —¿Puta?

—¿Disculpa? —Pregunta Donghae completamente sorprendido por la desfachatez de la chica. La tal "Joo" había sido entrometida en la luna de miel pero ahora era una grosera y maleducada bruja ¿Qué estaba mal con esa tipa?

—Mira, puedes abrirle las piernas a tu maestro para conseguir una beca, o a un desconocido para que te haga su esposo y te page todo pero Hyukjae no es alguien superficial, tarde o temprano se dará cuenta de quien eres ¡Una sucia zorra!

Donghae no responde más por la sorpresa que por otra cosa. Siente la rabia borboteando en su interior. El rubio se ganó esa beca con el sudor de su frente y el dolor en cada maldito paso perfecto, fue demasiado ingenuo y por eso terminó con su maestro pero como se atrevía esa tipa a opinar de su vida y decisiones. No sabe lo que le ha costado tener las cosas, el no se acuesta con Hyukjae solo por dinero, sino porque el hombre le gusta, físicamente y por su forma de ser, por las sonrisas de encías y los detalles, por ser demasiado amable con idiotas como las que tenía enfrente. Apenas iba a reaccionar cuando alguien más hablo.

—Sal de mi casa —La voz de Hyukjae es fuerte y molesta. Por primera vez en las dos semanas que lleva de conocerlo el hombre se ve molesto, y no porque dejó los frascos de las especies mal acomodadas o porque la ropa no cayó en el cesto sino enojado de verdad.

—Hyukkie —La mujer se gira pero no puede terminar de hablar.

—¡Cállate! No voy a permitir que le hables así a mi esposo en su propia casa, Bo-Ra tenía razón. Fuera y no vuelvas al menos que sea con una disculpa, no puedes juzgar a las personas de esa manera.—La toma del brazo y la lleva al exterior, nos hay fuerza excesiva en su agarre pero si es firme, una vez cerro la puerta y se quedaron solos se acerca a él.

—¡Esa imbécil! Yo...lo que ella dijo...—Donghae esta tan enojado que ni puede hablar.

—¿Estas bien? —Pregunta el mayor tomándolo de las mejillas con cuidado, Donghae se sorprende por el gesto y asiente.

—Sí, pero ella... tarde en reaccionar me hubieras dejado y no hubieras visto ni el polvo —Aprieta el puño con rabia al igual que los labios, se ve tan tierno que Hyukjae no duda en besarlo.

Quizá se estén conociendo pero hay una regla que ninguno de los dos mencionó y es el respeto, ambos se respetan y se dan su lugar, ahora son más que una pareja, son un equipo y deben ser unidos.

White SwanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora