capitulo 12

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Todo se ha vuelto oscuridad, ¿ dónde quedó el día soleado y feliz de esta chica enamorada ?. ¿ Dónde están los buenos deseos de sus seres queridos?
Todo a quedado atrás en tan solo unos  minutos, solo el llanto amargo y desesperado de sus amigas es oído por aquella princesa triste y rota por dentro, su corazón a sido corrompido por la más triste y cruel jugada de sus guardianas.
Todo esto a llenado de dudas su mente que ni siquiera puede oír la voz de su amado llamándola con fervor y amor.
¿ Dónde quedó esa chica madura y enamorada? Solo ella se ve como la más triste muñeca de trapo, siendo movida al antojo de terceros para su beneficio.

– Todos tendrán aquí delante suyo lo que desean, y  es que yo sea una gran Reina – decía la princesa Serenity con dolor pero con firmeza – Tendrán su Tokio de Cristal próspero y lleno de paz, la Pequeña Dama será su princesa y tendrá sus propias guardianas a su tiempo. Pero todos pagaremos el precio del destino que se realizará.

– ¿ Precio, de que hablas ? – pregunto con desdén Sailor Uranus

– No puede haber precio a algo que tú deseas princesa – fue el turno de Sailor Neptune de hablar.

– Yo,  Serenity la princesa de la Luna convocó al universo como testigo del decreto que haré para mis guardianas y mi futuro esposo Endymion – hablaba con furia y dolor–

– ¿ Queee?  ¡no puede hacer eso princesa !!! – grito con miedo Sailor Plut.

Todos en ese momento estaban atónitos pues un decreto real se debía cumplir si o si, y al oír que llamaba al universo era prueba suficiente que habían molestado y herido a su princesa y no solo eso, sino que estaban viendo la autoridad y el poder que tiene para hacer que todos en el universo teman ante sus palabras y sean obedecidas.

Y así con esa autoridad mando callar a todos hasta que sea terminado su decreto, nadie tenia derecho a hablar.

– Sailor Uranus– empezó la princesa a decir con autoridad– tu deber es y siempre será estar cuidando mi bienestar y el de toda la familia real, no tienes derecho a enamorarte porque eso hará que descuides lo primordial, que es evitar un ataque exterior, así que de ahora en adelante tu hogar será tu planeta protector Urano,  y no saldrás de ahí a menos que yo tu futura Reina lo autorice, y sobre todo no   volverás a ver a Sailor Neptune, o como tú le llamas, tu sirena.–

– Sailor Neptune, tu deber es proteger el sistema solar de cualquier posible ataque, no dudando que tú prioridad soy yo y la familia real y así mismo tu lugar de residencia será tu propio planeta protector, Neptuno. Tienes prohibido salir de ahí sin mi autorización así que está de más decirte que no podrás ver nunca más a Uranus–

– Sailor Plut, cuidarás las puertas del tiempo de dónde nunca debiste salir, no volverás a ver a la pequeña Dama y mucho menos podrás conocer el amor que era por derecho tuyo.

– Sailor Satur, mi pequeña. Tú estarás sola en tu planeta protector, y no podrás presenciar el nacimiento de tu amiga Rini, ni serás su amiga porque solo serás convocada con los talismanes si un enemigo amenaza la Tierra, así es pequeña estarás sumergida en un sueño eterno.

Todas estaban aterradas por las palabras que habían escuchado, más de una quizo renegar o insultar a su princesa, pero no debían pues estaban presenciando su destino que tanto querían.
Una que otra lágrima caía de las inners, pues suponían que también ellas recibirían tan cruel destino por la insolencia de las que se suponía eran más maduras para entender a su princesa.

– Para mis guardianas interiores mis amigas, Sailor Mars, Sailor Júpiter, Sailor Mercury y Sailors Venus, ellas podrán ser mis sailors aquí en la tierra y podrán seguir teniendo esos sueños de formar una familia.
Pero también sé que tengo nuevos guardianes, a ellos les doy la libertad de elegir si seguir conmigo o regresar a su planeta Kimonku. No los voy a atar a este cruel destino– esto solo lo dijo por Seiya, porque sabía que sus hermanos se quedarían con sus parejas.–

Cada palabra que Seiya escuchaba decir de su amado Bombón lo estaba torturando en lo más íntimo de su corazón, no podía detener las lágrimas que corrían por su rostro, era tan cruel el destino, para que hacerlo feliz si de todos modos lo terminaría matando en vida.

– Príncipe Endymion – dijo sin mucho animo la princesa – nos casaremos y traeremos a la pequeña Dama, pero en el primer encuentro marital será concebida, así es que nunca  volverás a tocarme, frente a todos seremos la pareja perfecta, los Reyes amorosos y prósperos para nuestro planeta y el universo, pero no habrá más. Te arrepentirás cada día de tu vida por no haberte quedado con la mujer que era para ti, y solo añoraras el pasado de tu libertad y no podrás alcanzarlo.

– Seiya, mi Seiya – volteo a verlo con lágrimas sinceras del dolor que sentía al saber que lo perdería por segunda vez – te prometo que cuando se cumpla este destino tan cruel, yo volveré por ti. No puedo hacer que sufras y veas esta cruel tortura para ti como para mí. Así que le pediré a mi Cristal de Plata que me olvides y que hagas tu vida y seas muy feliz. –

– ¡ Bombón por favor! – suplicaba Seiya al sentir el mismo dolor que su amada.

Para estás alturas la princesa Kakyuu y los pequeños gatitos que habían sido cambiados a su forma humana estaban ahí oyendo todo y con gran temor de lo que estaba haciendo la princesa de la Luna. Así que fue fácil entender para ella que debía llevarse a Seiya a Kimonku y cuidarlo mientras tanto.

Los hermanos Kou comprendieron que ese era el nuevo destino para ellos, con sus amadas pero lejos de su hermano, y así lo aceptaron.

Cuando la princesa Serenity invocó y levanto el Cristal de Plata, se dejaron oír gritos de desesperación pero no de arrepentimieto por parte de las outers ni del príncipe de la tierra. Pero de sus amigas podía oír como le suplicaban que no lo hiciera, que habían otras formas de solucionar todo eso y que ellas siempre estarían para ella.
Pero había alguien en el ambiente riendo a carcajadas por lo que estaba a punto de suceder y sin más demora salió deprisa hasta llegar con su amo, a una dimensión que solo entra la maldad y el odio. Sus planes estaban saliendo a la perfección ya no habría nadie que pudiera estropearlo, solo era cuestión de esperar un poco más, ya lo había hecho así que está vez estaría paciente esperando el día de la llegada de la pequeña Dama, como los tontos humanos solían llamarla.

– Cristal de Plata, te pido no ser eterna en esta vida y  que me ayudes a cumplir este destino sin demora, y una vez que se cumpla ser libre de está atadura y poder amar y ser amada con quién elija mi corazón – decía la princesa de la Luna con  devoción y anhelo. – también te pido que le borres la memoria a mi amado Seiya, que sea feliz y que cuando nos volvamos a encontrar sea por decisión propia y porque así lo mandé el corazón.

Pero nadie sabía que el Cristal de Plata, no es tonto y sabía realmente lo que estaba sucediendo dentro de esa princesa rota, así que sabía lo que debía hacer y en qué momento.

Y así con el corazón lastimado pronunció las palabras que formarían un destino aún más doloroso que el anterior. Aunque algo está por suceder......

– Cristal de Plata, yo lo decre..... – y no termino pues todo se cubrió de una luz cegadora .

– Princesa Serenity.... Serena Tsukino- se oyó una voz llamándola -.

– ¿ Que ? -  respondió asustada - ¿ Quién está ahí ? ¿ Que está pasando?–

Esas y más preguntas eran las que rondaban a Serenity, Princesa de la Luna, ya que después de mirar bien todo estaba en total quietud.

El decreto de la princesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora