Planeta Tierra
En este planeta congelado por cientos de años, una princesa estaba sumergida en un sueño de soledad, pues ella podía sentir el dolor de su amado Seiya y por eso el Cristal de Plata no podía recuperar su fuerza de voluntad para iniciar ese destino cruel para su portadora.
Darien y las outers también estaban sumergidos en un sueño donde podían ver realizado Tokio de Cristal tan próspero y lleno de paz y ellos siendo felices, pero solo fue lo que el Cristal de Plata les hizo ver mientras llegaba el verdadero destino.
Y un día sin más, la princesa Serenity pudo percibir un sentimiento cálido de parte de su amado, sintió como comenzó a reír y ser en lo que cabe feliz. Así que con ese poco de ánimo renovado sintió que era el momento de despertar al planeta para comenzar su destino, entre más rápido empezará más rápido terminaría y así podría reencontrarse con el amor de su vida. Al menos eso creía ella.
Y poco a poco comenzó a abrir sus bellos ojos celestes, se estiró un poco antes de ponerse de pie y se dirigió primero con sus consejeros, Luna y Artemis que seguía siendo humanos, pues los había transformado desde antes de su fatídica boda, para que así pudieran disfrutarla, fue también hacia sus guardianas y las despertó, luego fue con el príncipe Endymion y también lo despertó, no con un beso pues no era algo que deseara hacer así que solo lo toco y el cristal hizo el resto.
Una vez estando de pie, la princesa invoco su Cristal y este salió de su pecho y lo levanto para descongelar solo su pais natal, pues quería que fueran ellos los primeros en qué conocieran su existencia, y así fue.
Todo era confusión y alegría mezclado, pues los habitantes tenían sus recuerdos y estaban casi al cien de su conciencia cuando estuvieron congelados. Era algo inusual pero así fue.
Pasadas unas horas en lo que la tranquilidad se apoderaba de la ciudad donde la princesa Serenity se encontraba, ella junto al príncipe y las outers se presentaron a los altos mandos para darse a conocer como lo que eran, los nuevos soberanos de la tierra.
Claro que esto no les cayó en gracia pues todo esto era repentino y sobre todo para ellos era una locura, pero al hablar sobre que todo lo que restaba del planeta seguía congelado y que solo ella podía descongelarlo decidieron escucharla.– Muy buenas tardes, me presento– hablo con delicadeza como solo una princesa lo haría – soy Serenity, la princesa de la Luna . Eh sido yo quien descongelo esta parte del planeta, tengo el poder para hacerlo con el resto del planeta, mi deber es hacerlo para subir al trono junto al soberano de este planeta y juntos gobernar – dijo con una suave sonrisa para calmar los nervios reflejados en ellos.
– Yo soy Endymion – dijo tajante – Soberano del planeta Tierra, y junto a Serenity gobernaremos.
– Ellas son parte de mis guardianas las outers, están encargadas de mi protección y la de este planeta. Por favor no teman todo esto es necesario para entrar a una nueva era llena de paz y prosperidad – dijo con su voz llena de paz y calidez.
Y así después de una larga charla, los mandatarios se comunicaron con los demás países y se dieron cuenta que todo era cierto, no había nadie con vida fuera de ellos. Y con voz súplicante y temerosa pidieron a la princesa de su ayuda para traer de vuelta a todos.
La princesa Serenity invocó su Cristal frente a tantas personas como testigos y así grito a fuerte voz – CURACIÓN LUNAR, ACCIÓN – por primera vez uso la frase que su madre la reina Serenity uso en el pasado.
Y como un milagro ante los ojos de toda la gente, la tierra comenzó a volver a vivir. Ahora sí podían comunicarse fuera del país y todos estaban atónitos a lo que acababa de suceder. La noticia sobre unos nuevos soberanos corrió por todo el mundo, pero lo que realmente amaron fue la noticia de su salvadora y sin reproche aceptaron su reinado.
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El decreto de la princesa
RomanceSerena Tsukino ha tomado una gran decisión guiada por su corazón, pero no a todos les agradará lo que ella desea, haciéndola tomar decisiones que la lastiman, y no solo a ella, sino que hará que sus guardianas sientan el mismo dolor que ella. ¿que...