-¿¡Qué es esto!?- preguntaba con euforia Linda.
-Puedo explicártelo, pero solo entrégamelo, por favor no lo sigas sosteniendo- le rogaba Tony.
-Pero, ¿Por qué? Es esta la razón por la cual estás tan raro estos últimos días ¿Verdad?
-Sí, está es la verdadera razón.
-Entonces, no tenías ninguna puta jaqueca ¿Verdad?
-No, era solo una mentira para ocultarlo.
-¿Ocultar esto?
-Sí.
-¿Por qué?
-Solo entrégamelo y te lo contaré todo, te lo juro.
-¿Me lo prometes?
-Sí, pero solo dámelo, por favor, te lo ruego, lo hago por tu propio bien- comenzó a decir Tony con tono de desesperación.
-¿Por mi propio bien? ¿A qué te refieres con eso?
-Es una historia muy complicada- decía Tony.
-¿Sabes algo?- argumentaba Linda.
-¿Qué?
-Tú estás muy raro, y me has mentido muchas veces. Lo más seguro es que estás jugando conmigo, si lo estás haciendo es de muy mal gusto.
-No lo hago.
-Es mejor que yo misma averigüe lo que realmente está sucediendo.
Al decir esto aparta a Tony a un lado empujándolo levemente, se lo queda mirando mientras tenía la libreta en su mano, elevada en el aire. Tony le ruega que no la abra y que se lo entregue mientras él tenía las manos en posición de espera.
Linda baja la libreta, se queda mirando fijamente a Tony y luego dirige su vista a la libreta.
-Es muy rara y eso lo hace llamativo- decía Linda mientras pasaba su mano con delicadeza por la portada de lija.
-¡Sí, ese es el truco! ¡No caigas en el!- le ruega Tony.
Linda no lo escucha ya que comienza a pensar que Tony está exagerando, o que simplemente le está jugando una broma.
Harta de todo se aleja un poco de Tony y trata de abrirla, mira las hojas que tienen un color amarillento a causa del tiempo y al alzar la cara, Linda siente un gran dolor, luego ve solo oscuridad…
Tony se queda perplejo mirando como caía al piso, cayó muy fuerte, cuando su cabeza chocó contra el piso hubo un sonido estruendoso que hizo vibrar los pies de Tony. Sus nudillos estaban rojos y con un poco de sangre por el impacto del golpe, él nunca había golpeado a nadie en su vida mucho menos una mujer.
<<Lo hice para protegerla>>, pensaba Tony.
Levantó la libreta del suelo, mientras veía como Linda estaba echada en el piso inconsciente.
Esto no le causó nada de remordimiento en la conciencia de Tony, él sabía que algún día tenía que hacerlo para protegerla, de hecho pensaba que ella debía agradecerle por haber hecho eso.
<<¡Le salve la vida!- pensaba Tony –no le hice ningún daño, lo tenía que hacer, ella, ella, ella, no puede vivir lo que yo estoy sintiendo ahora>>
Tony rompió a llorar mientras veía como su novia apenas podía respirar, pero se dio cuenta de algo, tenía que irse rápido de ahí, no podía dejar que nadie lo viera, era muy peligroso.
Dejó las niñerías a un lado, cogió la libreta y se marchó de la casa de Linda.
Al abrir la puerta y sentir el aire frio de la noche lo siente diferente, para asegurarse voltea una última vez para ver a Linda, pero nota algo raro, no ve nada, ella no está ahí.
Tony extrañado de esto camina hacia ese lado de la casa y al alzar la cara ve jadeando a Linda con el feo moretón en su ojo con una pistola apuntándolo.
-Linda, ¿Qué estás haciendo?- pregunta Tony alzando las manos.
-¡Maldito!- gritaba Linda mientras se iba acercando más con la pistola hacia Tony.
-¿De dónde sacaste esa arma?
-Es de mi padre, agradece que yo lo hago, porqué él fuera mucho más violento que yo.
-Esta no eres tú Linda, ¿Qué te pasa?
-¿Qué me pasa?
-¿Sí?
-¡Maldito hijo de puta, me golpeaste y tienes las bolas para preguntar! ¡Me dejaste con un puto moretón!
-Cálmate y dame el arma- decía Tony extendiendo una mano.
-Aparta esa mano porque te juro que te dejo un lindo hueco.
-Shhh, calla, solo dámela.
Tony seguía insistiendo para que Linda le diera el arma, pero cuando cuándo vio que estaba más cerca, que casi cogía la pistola, le disparó en la mano.
Fue un sonido y una imagen bastante desagradable. Linda vio como la bala fue carcomiendo y destrozando cada vena, hueso y músculo de la parte superior de la mano de Tony.
Al dispararle, Tony dio un gran grito que le hizo sobresaltarle y se salpicó toda de sangre que le hizo asustarse un poco.
-¡¡¡Ahhhhhhhh!!!- gritaba constantemente Tony mientras miraba su mano -¡¡¡Maldita!!! ¡¡¡Hija de putaaaa!!!
-¡Qué querías que hiciera! ¡Te lo merecías!- gritaba Linda aun apuntándole con el arma.
Tony se quita la camiseta y se la enrolla en la mano, amarrándola para hacer presión.
-¡Dios, duele mucho!- dice Tony.
-¡Cállate y siéntate!
-No.
-¿Cómo?
-No, no lo voy a hacer.
-¡Hazlo, porque te juro por Dios que te disparo!
-Entonces, hazlo, dispárame. ¡Dispárame maldita cobarde!
-Yo…
-¡Vamos! ¡Méteme un tiro en el cráneo!
-Tony…
-Hazlo.
-No puedo Tony, yo no puedo.
-Hazlo, acaba con mi sufrimiento.
-No puedo Tony, simplemente no puedo.
-¡Hazlo maldita o lo hago yo!
Tony comenzó forcejear con Linda para poder agarrar el arma. Obviamente Tony tenía mucha más fuerza que Linda, pero con la mano herida no podía hacer mucho.
Se quedaron muy cansados y se apartaron.
-Este no eres tú Tony, ¿Qué te ha pasado?- pregunta con tono de consternación Linda.
-¿Quieres saber que me pasa?- pregunta Tony.
-Dime.
-Acércate, te lo diré al oído.
Linda se fue acercando hacia Tony, y él le empujo la nuca de ella hacia él maltratándola.
-¡Suéltame!- gritaba Linda.
-No lo haré- dice Tony mientras muerde fuertemente la oreja de Linda.
Ella dando un gran grito se aparta y con furia en sus ojos dispara al abdomen de Tony.
Tony se mira perplejo la herida en su barriga, dando tumbos hasta finalmente caerse, y ver solo la oscuridad…
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Yo soy Sherman
Mistério / SuspenseTony llega a casa de su abuelo para verlo compadeciendo una enfermedad, luego nota algo muy extraño en su biblioteca, una libreta cubierta de lija que en la portada dice Yo soy Sherman, la cual contiene contenido muy raro y misterioso. Es una clase...