CAPITULO 2: UN POCO DE PRIVACIDAD

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A Tony le parece muy raro, nunca había visto algo parecido y nunca verá algo igual. Esta libreta era muy rara, comenzando con la lija y terminando con el título ese todo raro.

Tony tenía curiosidad e intriga de lo que esto contenga, parecía más bien un diario. Pero lo más importante era su contenido, tal vez narre las experiencias de guerra de alguien, tal vez muestre la loca vida de un asesino, o tal vez sea tan solo un libro muy extraño que su abuelo consiguió. Quería abrirlo y no tener más dudas, quería analizarlo una vez más como era por fuera, pero escucha que si madre lo está llamando, nervioso regresa la libreta a la bolsa, la amarra y la pone en su lugar.

-¿Qué pasa mamá?- pregunta Tony.

-¿Cómo ves a tu abuelo?- dice su madre.

-Siendo sincero.

-Totalmente.

-Tú sabes que yo no soy honesto, soy brutalmente honesto.

-Está bien, no importa.

-Te voy a decir las mismas palabras que me dijo él: Está hecho mierda.

-¡Tony! No seas grosero está aquí tu abuela.

-Tranquila, tiene razón, está hecho mierda- dijo la abuela.

-¿Por qué no han ido a una clínica?- pregunta Tony.

-Él no quiere- respondió la abuela.

-¿Por qué?

-Él dice que sabe que va a morir, y que no quiere morir en la sala de una clínica sino aquí en la casa que el construyó.

-Tú sabes que tu abuelo es más terco que una mula- le dijo su madre.

-Pues sí, ya todos sabemos que en cualquier momento va a morir pero por lo menos debería tener los cuidados adecuados a su situación, a alguien profesional- argumentó Tony.

-Pero él no quiere, y me parece que tienes razón pero creo que voy a cumplirle todo lo que quiera en sus últimos momentos de vida- dijo la abuela.

-Está bien, no importa, hagan lo que ustedes quieran,- comenzó a decir Tony –a propósito, creo que ya es muy tarde, debo irme a casa, mañana tengo clase.

-Tranquilo hijo, vete- le dijo su madre.

-¿No te vas conmigo?

-No, me voy a quedar aquí algunos días.

-¿Estas segura?

-Sí, ¿Tienes algún problema si no estoy allá?

-No, para nada, puedes quedarte el tiempo que quieras.

-De acuerdo, no hagas locuras allá sin mí.

-¡Yo! ¡Jamás!- dijo Tony con altivez.

Al fin lo que Tony siempre había querido un poco de privacidad, nunca pasaba, aunque vivieran él y su mamá solos su mamá siempre se ocupaba en tener la casa llena de gente, podría ser de familiares o de amigos de ella. Él estaba harto, pero al fin la puede obtener, tal vez llame a su novia para al fin hacerlo.

Agarró el bus, y en el camino iba pensando en que hacer mientras su mamá no estaba, tal vez una alocada fiesta con sus amigos, tal vez solo invite a que se quede un rato su novia, tal vez llamar a sus amigos solo para charlar, tal vez estudiar, o simplemente no hacer nada de eso y seguir con su vida normal, no, eso último no lo iba a hacer, al fin estaba solo, no lo iba a desaprovechar.

Llegó a su casa no sabía por dónde comenzar, se desnudó completamente y se dejó puestos nada más las medias, encendió la radio y puso Stayin’ Alive de Bee Gees, y simplemente comenzó a bailar al ritmo de la música imitando a John Travolta en Saturday Night Fever, se aburrió de hacer eso y comenzó a jugar videojuegos, lo dejó y se durmió.

Al despertar, su despertador se dañó, y siempre que pasaba eso su madre lo despertaba pero esta vez no estaba ella, quiso desayunar, menos mal que en la nevera había un poco de comida, cogió pan, queso y jamón para hacer un sándwich.

Fue al colegio, se le olvido echarse desodorante, estaba despeinado, no llevó mucho dinero.

No le importo y entró a su clase, le tocaba lenguaje, su materia favorita.

-Bueno jóvenes ya estamos en los últimos días de clases, ya estamos en los exámenes finales, ya en poco se van a graduar, que bien, ya no les voy a tener que ver las caras más- decía su profesor.

Su profesor era el Sr. Connor, era muy amargado, estricto, pero amoroso a la misma vez. Era muy raro ya que algunas clases eran muy divertidas y fáciles, pero otras eran muy difíciles de comprender y estrictas a la misma vez. Su primera clase con ellos fue de esa manera, fue supremamente estricto. Entró y puso sus libros sobre la mesa sin decir nada y puso su nombre en la pizarra diciendo: “Mi nombre es Samuel Connor”. Luego el payaso de la clase decía: “Cuidado te viene a buscar terminator”. Todos se comenzaron a reír, luego vieron al profesor y se dieron cuenta de que él también se reía, pero en verdad era una risa falsa, se echaba para atrás abriendo la boca pareciendo un títere. “Qué gracioso,- decía Connor mientras cogía una libreta cambiando totalmente de expresión –ahora vete de mi clase- le dijo totalmente serio apuntando a la puerta –y tienes cero- luego se bajó la libreta y se dirigió hacia los demás alumnos – ¿Algún otro graciosito por aquí?- nadie respondió –perfecto, prosigamos”.

Desde ese momento todo el mundo comenzó a tenerle respeto, pero hubo otro día el cual él llegó totalmente diferente, llegó abierto a cualquier cosa, queriendo compartir anécdotas, queriendo dar consejos, a llegar a enseñar de otra manera. Él al llegar todos se quedaron quietos y se sentaron en sus puestos, mientras él llegaba con una sonrisa de oreja a oreja diciendo: “Saben chicos, hoy me siento feliz, en este día no me ha pasado nada malo, y no creo que me vaya a pasar algo malo en el transcurso del día, sé que ustedes se esfuerzan bastantes para alcanzar buenas notas y para enorgullecer a sus padres y demostrarles que están usando bien su dinero, ustedes chicos son la razón por la cual me despierto todos los días con una sonrisa en la cara”. “Pero profesor usted no siempre está contento- decía un alumno”. “¿Quién dijo eso?- pregunta el profesor”, todos señalan al chico, el profesor se va acercando a su puesto y le dice con una sonrisa: “Ay Tommy, como me encanta que participes en clase”. “¿Esto es participar?- preguntó Tommy”. “Pero por supuesto, mientras estamos en clase y me hablan ya están participando en clase, ahora voy a leer un libro, pueden hablar entre ustedes si quieren”.

Luego otro día estaba igual de amargado, así que comenzaron a decir que era bipolar, pero la verdad era bastante acertada. Esta vez estaba en una combinación de las dos actitudes así que no sabían si estaba feliz o amargado, pero tampoco les importó.

-Como les decía mis queridos hijitos, me van a abandonar y voy a extrañarlos mucho, hasta que vengan otros pendejos como ustedes y me den ganas de arrancarme los pelos de las pelotas, en fin felicitaciones a todos los que se van a graduar y los que están perdiendo el año o ya lo tienen perdido mejor ni les digo nada- decía el Sr. Connor.

Tony tuvo un día enredado y difícil pero no le importa ya que al fin está al lado de Linda.

-Hola Tony- decía Linda.

-Hola Linda- dijo Tony.

-¿Cuál era la emergencia por la cual te tenías que ir tan rápido?

-Pues resulta que mi abuelo está por morirse.

-Como lo siento.

-Sí gracias, y además encontré algo muy raro.

-¿Qué encontraste?

<< Mejor no se lo digo a nadie ni siquiera a Linda>> pensaba Tony.

-No, nada.

-Ok, como sea.

-Pero sí pasó algo bueno.

-¿Qué?

-Mi mamá no va a estar en casa por unos días y voy a estar completamente solo.

-Hmmmm, perfecto.

Yo soy ShermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora