Capítulo 20

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Sophie entró al estudio y dejó salir el aire que estaba conteniendo

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Sophie entró al estudio y dejó salir el aire que estaba conteniendo. No fue fácil librarse de la prensa en la entrada.

Después de dejar su bolso en el suelo, se dejó caer en uno de los sofás que, al parecer, la gente de escenografía había olvidado quitar. Se llevó las manos a la cabeza y exhaló con fastidio.
Los últimos días habían sido difíciles. Los paparazzi habían estado atosigandola, siguiéndola a todas partes, empujándola a tomar la decisión de no salir de su casa.

Además, no había sabido de Tom. Era como si él la estuviera evitando, y no sabía cómo sentirse al respecto, pues, después de todo, era lo mismo que ella había hecho antes.

Tomó su celular y miró la hora, tal vez ese día podría verlo, tal vez Taika lo había citado a él también.

Mientras esperaba, le envió un mensaje de texto a su madre. Se había estado preocupando demasiado por ella esos días, entonces Sophie se esforzó por demostrar que no debía hacerlo, que todo estaba bien, que ella estaba bien...
No le gustaba mentirle a su madre, pero en ese momento lo sentía necesario.

Se comenzó a sentir impaciente cuando los minutos pasaban y Taika no aparecía.
Esperó tan solo un poco más, y finalmente tomó su bolso y se acercó a la puerta, para ir a buscarlo, pero chocó con quién entraba en ese momento.

Sophia... — dijo con ese tono de voz que dejaba ver su arrogancia, y que a Sophie le revolvía el estómago

Ella tragó saliva — Kevin.

— ¿Cómo has estado? — le sonrió de lado

— ¿Qué quieres?

— Hablar... — pasó junto a ella y se sentó en el sofá — Solo hablar.

— No tengo tiempo.

Se dió media vuelta para volver a acercarse a la puerta pero escuchó el "alto" proveniente de Kevin y se detuvo.

— Me has causado muchos problemas ¿sabes? — Sophie volteó a verlo y se aferró a su bolso sintiéndose realmente incómoda — Podría perder mucho dinero por tu culpa.

— Es lo único que te interesa ¿Verdad? El dinero.

Kevin alzó una ceja divertido, se puso de pie y se acercó a ella.

— Escúchame. — le dijo en un tono amenazante y ella retrocedió un paso — He trabajado demasiado. No perderé a mi gallina de los huevos de oro por una niña cualquiera ¿Entiendes?

La respiración de Sophie se volvió pesada. Le resultó repugnante ver cómo, para él, Tom era sólo eso. No una persona, no un actor, era un billete de dólar, un cheque con varios ceros.

Apretó la mandíbula y lo miró — Sí Tom sabe que... — intentó decir pero él la interrumpió

— ¿Qué le dirás? ¿Qué te dije que te alejes de él? — soltó una risa burlona — ¿Qué envíe al paparazzi a ese asqueroso bar?

— ¡¿Fuiste tú?!

Él volvió a reírse — ¡No, ya sé! Dile sobre las fotos... — a Sophie se le formó un nudo en la garganta y los ojos se le aguaron — ¡Cuéntale! O si quieres, se las muestro yo mismo. Que vea a tu pobre padre en coma, con todos esos cables conectados a él, pobrecito. Que vea a tu madre, desesperada, intentando expulsar a los paparazzis del hospital. Me pregunto, ¿Cuánto me pagaría la prensa por esas fotos?

— Estás enfermo. — tragó y contuvo sus lágrimas, no permitiría que él la viera llorar.

Kevin se acercó más a ella. — No me molestes. No te metas en mi camino.

Sophie lo empujó y salió corriendo del lugar.

Quería explotar, de rabia, de tristeza. Quería llorar. Quería que el mundo se detuviera. Quería desaparecer.

Comenzó a caminar sin saber exactamente a dónde iba, y solo se detuvo cuando escuchó su teléfono sonando dentro de su bolso. Lo tomó y viendo que era su madre la que llamaba se esforzó por respirar profundo, y calmarse, antes de responderle.

— Hola mami...

— Sophie — dijo apenas la mujer del otro lado del teléfono

— ¿Cómo estás?

— Cariño... — la voz de Anna se quebró, preocupando a Sophie

— Mamá ¿Todo está bien? — no respondió — ¿Estás llorando?

— Mi niña... — evidentemente estaba llorando, y no podía disimularlo

— ¿Qué sucede? — preguntó con la respiración algo agitada — Me estás asustando.

— Cielo… Tu… Tu padre...  — Sophie dejó de respirar en ese momento y ni siquiera se dió cuenta — Él... él murió.

De repente la voz y el llanto de su madre comenzaron a oírse con cierta lejanía. Su respiración, lejos de normalizarse, se volvió irregular. Su corazón se sintió pesado.

Todo comenzó a derrumbarse, o así lo sintió ella. Sus manos temblaban, su vista comenzó a nublarse. No lograba respirar.

Escuchó su nombre a lo lejos. Volteó y pudo identificar a Tom caminando hacia ella. Pero pasó solo un segundo hasta que vio como él comenzaba a correr y se sintió desvanecer hasta caer al suelo.

— ¡Sophie!

— ¡Sophie!

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ᴛʜᴇ ʙᴜꜱɪɴᴇꜱꜱDonde viven las historias. Descúbrelo ahora