- No termines conmigo. - soltó casi en una súplica.
- Lo siento... - dijo sintiendo como el un nudo en su garganta crecia y las lágrimas salían fuera de control - No puedo seguir con esto.
- Sophie... - susurró él, sin poder tampoco contener sus lág...
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Tom tecleaba en su celular e intentaba conseguir un vuelo para Sophie, para que pueda irse a casa. Pero en ese momento la puerta de exterior se abrió y la vio entrar al lugar.
Jessica.
Traía las llaves de su auto en la mano, los lentes de sol sobre la cabeza y caminaba velozmente hacia él, sin mostrarse para nada contenta.
— Jess — dijo asombrado.
— ¡He estado buscándote!
Él miró hacia la puerta del camerino dónde Sophie estaba y luego volvió a ver a Jessica. Se apresuró a caminar hacia ella para detenerla. — Hablemos en otro sitio.
— ¿Por qué?
— Sólo sígueme ¿Si? — le indicó
Ella lo siguió confundida hasta otro camerino que estaba a pocos metros de allí.
— ¿Me puedes explicar? — le dijo entrando al pequeño cuarto
— Lo siento.
— ¿Lo sientes? — se burló — Las imágenes están por todas partes Thomas.
— Lo sé Jess, y de verdad lo lamento, todo se salió de control
— ¿Qué harás? — Tom solo la vio apenado, sin saber que decir — Arreglaras esto ¿Verdad?
— Si, sólo déjame pensar — se pasó la mano por el cabello — Despedí a Kevin así que...
— ¡¿Despediste a Kevin?!
— No quiero hablar de eso. — respiró profundo y la miró a los ojos — Arreglaré esto, lo prometo.
Ella suspiró y se acercó hasta poder poner su mano sobre el hombro de Tom. — Yo confío en tí. — su mano libre subió hasta estar sobre el pecho de él — siempre lo he hecho.
— ¿Qué haces? — preguntó nervioso.
— Podemos arreglar esto, juntos.
Tom tragó duro y la observó.
Jessica lo miró a los ojos y apartó sus manos — ¿Es por esa chica?
— ¿Qué?
— Esa Sophie. Es por ella que no logras verme. — dijo con pesar
— Jess...
— Thomas… Lo que yo siento por ti...
— No — la interrumpió e intentó alejarse pero ella tomó el cuello de su camisa y volvió a acercarse
— Es real Thomas. No puedo creer que no te des cuenta.
Intentó acercarse a su rostro, pero Tom se volteó para evitarlo. Cuando lo hizo se dió cuenta que había dejado la puerta abierta, y Sophie estaba de pie allí, viéndolos.
