Reconquistandolos

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Llegar a Alemania y ver a mi pequeño Tharn esperándome con un cartel dibujado por el mismo, hizo que todo el trabajo extra que tuve que hacer para poder viajar, valiera la pena, mas cuando lo pude pegar a mi pecho y acomodar cerca de mi corazón, con orgullo me pavoneé delante de los amigos de Gulf, disfrutando de que supieran que él pequeño que tomaba mi mano era mi hijo y que pese a que me había perdido sus primeros tres años de vida, lo amaba con locura y estaba feliz de que fuera mi pequeño niño.

Mientras Gulf trabajaba, el pequeño me había mostrado toda la casa, sus rincones favoritos y los lugares dónde escondía sus golosinas y terminamos en su cuarto, viendo sus libros y juguetes, sentado en su mullida alfombra, vi una serie de juguetes de madera, que se veían bastante viejos, los cuales tenía ordenados en una pequeña repisa y de cierta forma desentonaba con el resto de sus cosas - ¿De dónde son estos juguetes?, dije viendo como el pequeño los sacaba con cuidado y me los mostraba.

-Son los primeros juguetes que me compró mami, dijo abriéndose de piernas y dejándolos en la alfombra -Cuando vendíamos pasteles, pasábamos donde una señora que tenía muchos de ellos y los vendía en una manta en la calle.

Escucharlo contarme sus vivencias partió mi corazón, claramente mi moreno había pasado muchas penurias después de dar a luz, sin embargo, siempre trató de consentir a nuestro pequeño, con lo poco que su dinero le alcanzaba, se aseguró de que Tharn pudiera tener un juguete y disfrutar de su niñez -Pero cuando mami dejó de vender pasteles, se fue a trabajar a ese gran edificio y ya no volvimos a ver a esa señora, dijo acomodando de nuevo sus preciados objetos en su repisa -Y pudimos ir a jugueterías enormes y comprar muchos juguetes.

-Quiero acompañarte a esa juguetería para que puedas elegir algunas cosas, dije tomándolo y sentándolo en mis piernas.

-Mami me compra uno cuando soy un buen niño, dijo sonriendo con alegría, viendo todo lo que tenía besé su frente.

-Por todo lo que tienes puedo ver que eres un muy buen niño, dije acariciando sus cabellos y apretando sus mejillas, con placer nos acostamos de estómago y pusimos a jugar con sus autos y robots pequeños, para cuando volvió el moreno, estábamos viendo caricaturas acostados en el sillón del living, divertidos y con la mandíbula dura de tanto reír.

-Veo que lo están pasando bien, dijo Gulf recibiendo en sus brazos a Tharn que corrió a recibirlo -Traje ingredientes para que hagamos la cena, ve a lavarte las manos para que me ayudes.

Cuando quedamos solos le sonreí y lo ayudé a cargar las bolsas hasta la cocina -Tienen una casa hermosa Gulf, dije viendo que era pequeña, pero muy acogedora y bien cuidada -Tharn me dio un tour completo por ella.

-El me ha ayudado a decorar cada lugar de ella, por eso no pierde la oportunidad de mostrasela a todo el que llega, dijo sonriendo, mientras doblaba las mangas de su camisa, preparándose para cocinar -Está casa es la primera cosa que compré con mi esfuerzo, al comienzo la arrendé y apenas tuve la oportunidad, le rogué al dueño que me la vendiera.

-Vi los juguetes de madera de Tharn, dije viendo como este bajaba la mirada avergonzado -Estoy orgulloso de todo lo que has logrado Gulf, de como a pesar de tenerlo todo en contra, lograste tener, críar, educar y consentir a nuestro pequeño.

Cuando unas lágrimas invadieron su rostro las sequé con mis dedos y acaricié sus mejillas -Eres el hombre mas valiente, honesto y admirable que conozco y le doy gracias a Buda, que seas el padre de mi hijo, dije besando su frente y sintiendo como temblaba en mis manos.

-Las cosas fueron difíciles Mew, pero no me arrepiento de nada, dijo el sonriendo con suavidad -Ver a Tharn crecer a diario, sentir sus risas y poder cobijarlo en mis brazos, es suficiente para ser el hombre más feliz del mundo.

A pesar de todoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora