A pesar de todo

Gracias por estar ahí

Estaba esperando a mi pequeño Tharn que venía saliendo del colegio, con 5 años ya estaba en el jardín infantil, era un remolino de alegría que quería hacer y conocerlo todo, cuando lo vi caminar de la mano de su profesora, con una sonrisa me bajé del auto y fui a su encuentro.

-Papito, dijo el pequeño mientras corría a mis brazos y se aferraba a mi cuello, no pude evitar mi sonrisa y la calidez en mi corazón -Hoy alimenté al hámster de la clase y me mordió mi dedito.

Levantó su índice y me lo mostró con una bandita de doraemon cubriendo la herida - ¿Estás bien? ¿debemos ir al médico?, dije mirando a la profesora que negó con la cabeza.

-Nuestra mascota tiene sus vacunas y todo lo que nos pide el servicio de salud, así que no hay problemas, dijo pasándome la mochila de mi hijo -Además fue sólo un rasguño, nada profundo ni de gravedad.

-Muchas gracias profesora, dije acomodando a mi hijo mejor en mi cadera y caminando hacía el auto, después de acomodarlo en su silla y colocarle su cinturón nos puse en marcha a mi oficina, ya que, el pequeño se quedaba conmigo después de clases, porque Gulf estaba trabajando en terreno.

- ¿Papi que almorzaremos?, dijo mientras miraba por la ventana y cantaba la canción que sonaba en la radio -Tengo hambre.

-Mami nos preparó pastel de carne con ensaladas, dije viendo como asentía y seguía cantando feliz de la vida, amando su vocecita dulce y pequeña me uní a él e hicimos de este viaje uno más ameno.

Cuando llegamos a la oficina, mi secretaria tenía dos bandejas listas, con nuestra comida caliente, ya que, sabía que mi pequeño remolino era un glotón, que siempre tenía hambre mas cuando llegaba de clases.

Acompañé a mi hijo para que nos laváramos las manos y nos pusimos a comer en el suelo de mi oficina, con placer escuchaba todo lo que me contaba que había hecho en el jardín, cuando estábamos terminando, mi moreno entró con su maletín y la cara triste, no fue necesario que le preguntará a que se debía su tristeza, me puse de pie y lo cobijé en mis brazos.

-No te desanimes bebé, lo seguiremos intentando, dije acariciando su espalda y sintiendo como asentía sin despegarse de mi pecho -Odio verte desanimado.

-Lamento que no haya funcionado, dijo secando una lágrima con rapidez -El médico sugirió que mañana me repitiera los exámenes, piensa que quizás algo se dañó irremediablemente.

Tomé su mentón e hice que me mirará -Hey amor, creo que no es así, de seguro no hemos tenido suerte, pero en el peor de los casos si así fuera, no importa, tenemos a nuestro hijo con nosotros, ya somos bendecidos.

El asintió y besó mis labios, cuando iba a profundizar el contacto, nuestro hijo se colocó en medio, llamando la atención del moreno que lo cargó y besó con cariño - ¿Cómo estuvo tu día amor?, dijo caminando hasta los sillones y sentándose con él en las piernas.

-Coco me mordió el dedo, dijo haciendo un puchero y mostrando su dedito, era tan mimado que estaba a punto de llorar, sólo con ver a Gulf se volvía un bebé.

El moreno quitó la bendita y le dio un beso al dedo, que tenía un ligero rasguño -Ya no dolerá amor y mañana estará mucho mejor, dijo soplando y volviéndolo a besar - ¿Te sientes mejor?

Cuando el pequeño asintió sonreí de lado, luego de ese momento pasamos la tarde en el parque y volvimos a casa cansados pero felices, así que después de darnos un baño y cenar algo nos fuimos a dormir.

A la mañana siguiente desperté y me pude deleitar con la imagen de mi marido durmiendo de estómago, uno de sus brazos estaba debajo de la almohada y el otro descansaba cerca de su rostro, con cuidado acaricié la alianza que mostraba que era mío y no pude evitar recordar ese hermoso momento.