A pesar de todo

Rompiendo los miedos

Me estiré en la cama y el brazo me punzó, desde que había rodado escalera abajo había pasado una semana y todavía me dolía cuando hacía ciertos movimientos, aun me costaba creer lo cruel que era mi madre, el día del accidente fui a ver a mi suegra y ella estaba ahí, discutiendo con la madre de Mew, cuando me vio su ira fue lanzada a mí y yo sin querer que mi hijo se asustara, pase por su lado y fui a dejar a mi pequeño al cuarto que tenía en casa de sus abuelos, sin embargo, cuando venía bajando mi madre se lanzó al ataque, sus gritos y reclamos no paraban, y ahora me culpaba incluso de la quiebra y malos negocios de mi padre.

Cuando amenazó con quitarme nuevamente a Tharn la enfrenté, yo podría aguantar cualquier maldita cosa, pero no que volvieran a dañar a mi hijo, así que la enfrenté como nunca antes, prometiéndole las penas del infierno si se atrevía a acercarse a mi hijo, cuando la amenacé de contarle a mi padre que le era infiel con su chofer, ella me jaló de los cabellos, de ahí en mas todo lo que recuerdo es un poco borroso, algunas imágenes de mi cuerpo rodando por las escaleras llegaban como flash y luego sólo oscuridad.

Con cuidado tomé mi vientre, y acaricié mi piel, había estado cerca de perder a mis pequeños tesoritos, los que tanto nos había costado concebir, por eso cuando Mew me dijo que denunciaría a mi madre lo apoyé y mandé una carta a mi padre contándole de su infiel mujer, acompañada de algunas evidencias que celosamente había guardado, con esto ponía fin a mi relación parental fallida, ya que, le había dejado claro en la carta a mi padre que si se acercaba a mi familia, expondría todo sobre ellos, desde sus malos tratos y humillaciones, hasta sus infidelidades.

-Mami, papi pregunta si quieres jugo de frutas, dijo mi hijo con un pequeño delantal igual al que usaba Mew para cocinar, se veía divino y derretía mi corazón verlo con su hermosa sonrisa y sus mejillas sucias con harina, por estar cocinando con su padre.

-Dile a papi que me levantaré para cenar con ustedes, dije viendo como abría sus ojos y colocaba sus manos en su cintura.

-No puedes, papi dice que debes descansar, dijo sin dar su brazo a torcer -Si no haces caso, te acusaré con papi.

-Eres un traidor Tharn, dije viendo como sonreía y me lanzaba un beso -Te traeré un jugo y algo para que mis hermanitos coman.

Sin poder contestarle lo vi volver a la cocina y sonreí como un bobo, sin lugar a dudas mis bebitos serían unos regalones no sólo de sus padres, también de su hermanito mayor, cuando media hora mas tarde entraron con dos bandejas llenas de comida, se sentaron a mi lado y sentí el estómago revuelto, sin embargo, aguanté estoico la arcada, no podía hacerle eso a mis hombrecitos después de tanto trabajo, no obstante, cuando me llevé un trozo de fresa a la boca, no aguanté y tuve que correr al baño y devolver lo que había comido, mi brazo dolía ya que, me afirmé en la cama para ponerme de pie.

Las lágrimas inundaron mis ojos y dolieron mis costillas, pero no podía parar de vomitar, finalmente cuando mi estómago se afirmó un poco,  me di cuenta que Mew estaba a mi lado, estaba tan concentrado devolviendo todo que no me percaté que mi marido estaba tomando mi cuerpo con cuidado, para que no forzara tanto mi brazo.

El castaño ayudó a colocarme de pie y me lavé los dientes, con lentitud volví a la cama y vi a mi hijo con los ojos vidriosos, claramente estaba preocupado y nervioso, con cuidado lo tomé en brazos y acosté sobre mi pecho, mientras acariciaba su espalda y besaba su frente -No llores mi bebé, estoy bien, dije acomodándolo mejor sobre mí -Es normal que me sienta mal del estómago, tus hermanitos están creciendo en mi vientre y eso ocasionará algunos cambios.

-No me gustan mis hermanitos, te hacen sentir mal, dijo metiendo su cara en mi cuello y suspirando -No pudiste probar mis galletitas.