Capítulo 5: Un desconocido muy conocido.

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K e y l a

Ya habían pasado exactamente 7 días, desde que vi los ojos y escuché aquella voz que provenía de alguien o algo llamado Deluyuzc.

Estoy obsesionada, no puedo sacarlo de mi cabeza, necesito saber quién es ese tal Deluyuzc, y saber qué quiso decir cuando dijo: "la última vez". Aurora no ha querido decirme nada, dice que aún no es el momento.

Busqué en la biblioteca algunos libros que hablaran de él o ella, pero no encontré absolutamente nada.

Mi padre tampoco quiso decirme nada, el dice que no estoy lista para saber ese tipo de cosas que aún soy muy pequeña para lidiar con cosas como esas, lo único que me dijo fue:

<<—Apartir de ahora tendrás más seguridad, no permitiré que te pase nada malo.>>

Entiendo que se preocupe, pero es odioso que me diga todas esas cosas y no me diga la condenada razón.

Estoy tan cansada de que todo el mundo me vea como una niña pequeña e indefensa, porque no lo soy, mierda.

Ey, ey. Lenguaje, por favor.

A la mierda el lenguaje.

¿Qué se supone que tengo que hacer para que no me vean más como una niña pequeña?

Estaba en la sala principal del palacio en uno de los muchos muebles sentada, dibujando garabatos en mi cuaderno de dibujo pensando en qué hacer para averiguar más sobre aquella voz del otro día.

—Hola, cariño. —me habló mi nana sacándome de mis pensamientos.

—Hola, nana, ¿Qué pasa? —la saludé intentando darle una sonrisa a mi Nana, no necesito ver mi cara para saber que ese es un pésimo intento de sonrisa. Dejé los garabatos que estaba haciendo mientras pensaba en esas cosas que me carcomían el cerebro, para prestarle atención a mi Nana.

—Oh, no pasa nada cariño. Solo quería saber, cómo estás. —dijo sentándose a mí lado y veía lo que estaba haciendo en mi cuaderno de dibujo. —Yo, tú padre, madam Georgia, John, y todos estamos muy preocupados por ti, se te ve muy distraída estos días, bueno, más de lo normal. Estos días no has salido casi de tu cuarto, y cada vez que tu padre o yo, o cualquiera habla contigo pareciera que estuvieras en otro mundo, y no creas que no me he dado cuenta de que no has estado durmiendo bien estos días. —dijo regañandome por mi falta de sueño.

—Nana, estoy bien. En serio, solo un poco cansada no he dormido muy bien, eso es todo. Confía en mí.

—¿Segura? ¿No hay nada que quieras contarle a tu vieja Nana? —la verdad es que sí había algo, y es que me sentía muy inútil considerando todo lo que está pasando; y me sentía terrible por mentirle, pero no quería preocuparla.

—Completamente. Pero ¿Sabés qué me sacaría una gran sonrisa? —le pregunté mirándola con una sonrisa cómplice.

—¿Pero qué cosa, cielo?

—Tu famoso y delicioso pastel de chocolate con vainilla, nada me haría más feliz que probar una gran porción de ese pastel.

—Oh, okey, okey. Ya voy, al fin puedo hacer algo que te saque una sonrisa de verdad, ya verás que no solo te daré una gran porción, sino un pastel gigante para ti solita, y claro que tengo que hacer un poco para tu padre, a él también le encanta. —decía nana entusiasmada, por poder cocinar su famoso pastel. Se levantó de un salto de mi lado para ir a la cocina. —Bueno, bueno, tengo que buscar los ingredientes, ¡Ay, por la luna! Ayer se acabo la vainilla de Escocia, diré ahora mismo que vayan a buscar más, necesito huevos de gallinas doradas, también necesito ir a la manada... oh y también aprovecharé y haré pudin, eso de seguro te animará. Y tú tranquila conseguiré traer a escondidas un poco de helado, pero no le digas a tu padre, ¿okey?

La Princesa De Las Tinieblas. (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora