Capítulo 10: "Sé como una mariposa."

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K e y l a

—Porque no habrías logrado recordarlo...

-—No entiendo a qué te refieres. —admití confundida. —¿Es porque era muy pequeña? ¿Qué edad tenías tú?

—Emmm sí, eras muy pequeña, eras tan solo una bebé. —dijo con una sonrisa que parecía forzada y con unos ojos que delataban nostalgia al hablar. —Yo tendría unos 110 años en ese tiempo... —comentó con tranquilidad.

—¿C-cuántos? —mi cara debía ser un poema en ese momento.

—110 años...—respondió con burla por mi reacción.

—Wow, y yo que pensé que papá era viejo. —murmuré para mí misma aún sin salir de mi sorpresa.

—¿A quién llamas anciana, niña? —preguntó acusatoria Aurora con una mirada asesina.

—A nadie. —apresuré a decir.

—Eso fue lo que pensé. —dijo dedicándome una sonrisa de alguien que no rompería ni un plato. —Vamos, es hora de cenar.

Realmente no tengo apetito, solo quiero ir a mi habitación a descansar y hablar apropiadamente con la voz en mi cabeza.

Podemos hablar ahora.

No, no hablaré más contigo si estoy frente alguien. Sé que no soy buena ocultando mis expresiones, mucho menos cuando hablo, así que no me hables a menos que estemos a solas.

Si no me delatare a mí misma ante todos mi demencia precoz.

Bien.

—Tu padre invito a algunas personas a la cena de hoy, incluyéndome. —mencionó Aurora mientras íbamos de camino al comedor.

—¿Lo dices en serio? —pregunté entusiasmada.

—Por supuesto. —respondió distraídamente viendo al frente sin parpadear, estando alerta en todo momento.

—Nunca había cenado con nadie más además de mi padre desde... Emmm... —me puse a pensar en las cenas anteriores con mi padre desde que tengo memoria. —...creo que desde nunca, pero me encantaría cenar contigo, mi padre no es muy hablador que digamos a la hora de cenar.

—Entonces será una cena interesante, porque suelo ser muy parlanchín a la hora de comer.

—Genial, podremos hablar bastante durante la cena, quiero saber cómo haces para verte tan joven siendo tan... —corté mi comentario en cuanto vi la mirada cargada de advertencia que Aurora me dedicaba. —...M-madura. —comenté con una risa un tanto nerviosa.

—Te salvas por un pelo...

—Cambiando de tema, —antes de que me mate por algún comentario con respecto a su edad. —¿Con quién más vamos a cenar?

—Bueno... —se veía un tanto incómoda por responder a mi pregunta. —Eliot y Walter estarán ahí, ya que tú padre quiere agradecerles apropiadamente por la ayuda que brindaron para encontrarte cuando desapareciste; John también estará ahí para aclarar unas cosas con respecto a tu transformación, obviamente yo, y pues...

(•••)

—¡¿Ella?! ¿Qué hace ella aquí? —interrogue con el desacuerdo claro en mi voz, no había ni entrado al comedor cuando vi a Eris sentada al lado de mi padre tomando su mano por encima de la mesa.

Parece una sanguijuela pegada a él.

Estaba a una distancia prudente de ellos, lo suficiente para lanzarle dagas con mis ojos.

La Princesa De Las Tinieblas. (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora