Capítulo 11: El pasado puede revelar el futuro.

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K e y l a

¿Llamarla "mamá"?

Cuenta hasta 10.

¡¿"Mamá"?! ¡¿Acaso se le zafó un tornillo o qué?!

1, 2, 3, así como yo lo hago... 4, 5...

A está mujer no la conozco de nada. No sé quién le hizo pensar que tiene el mínimo derecho de llamarme "hija" y mucho menos de yo llamarla "mamá".

No hay ninguna necesidad de hacer una escena.

-¿Y tú quién te crees que eres para que yo te llame "mamá"? -exclamé levantándome bruscamente de la mesa.

Nadie puede decir que no lo intente.

-Keyla... -dijo mi padre llamándome la atención.

-Tú no eres nadie para mí, comprende eso. -dije dedicándole una mirada asesina. En ese momento tenía la atención de todos en la mesa. -Y si pensar que casarte con mi padre te da si quiera el derecho de dirigirme la palabra, estas muy equivocada, ninguna corona te dará ningún derecho sobre mí, así que ve haciéndote a la idea. -dije para salir del comedor escuchando los gritos de mi padre llamándome para reclamarme.

Creo que fuiste demasiado lejos.

Justo ahora no necesito tú opinión.

Fui a mi cuarto sin mirar atrás y sin prestarle la más mínima atención a los reclamos de mi padre que se escuchaban hasta el corredor del pasillo que llevaba a mi habitación.

Solo me arrepiento de no haber podido probar el postre.

Cerré mi puerta de un portazo poniéndole llave y dándole un puñetazo a la puerta en un intento por descargar mi frustración.

-Auch... -me quejé al ver mi mano que se encontraba con una herida un poco profunda y mis nudillos que se hallaban rojos y maltratados, completamente lastimados. Con todo el apuro y miedo de ser descubierta por Aurora ni siquiera me percate ni me preocupé de la gravedad de mi herida.

Realmente no me interesa lo suficiente en este momento, y no es muy grave así que no me preocuparé.

Fui hacia el baño de mi habitación, para limpiar la sangre seca de mi mano y "vendarla" con papel higiénico.

Cualquier médico especialista te diría que eso no es recomendable.

Pero no hay ninguno cerca en este momento, así que ahórrate tu opinión.

Me puse mi pijama y cerré ambas puertas que daban hacia mi balcón con seguro.

Hace demasiado frío está noche como para dejar las puertas abiertas.

Me fui a la cama dejando todos mis problemas en lo más profundo de mi cabeza con la intención de dejarlos en el olvido hasta el día siguiente.

Con todas las cosas que estaban pasando ahora... "Mis recuerdos", la boda, Deluyuzc, las desapariciones, la voz en mi cabeza, la transformación, madam Georgia y Camil... Todo eso me tiene tan agotada y cansada que la falta de sueño me estaba pasando factura y Morfeo no tardó mucho en llegar a mí.

La Princesa De Las Tinieblas. (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora