I am the Man

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Eran mis primeros entrenamientos con mi nuevo equipo, ya no eran como antes, me había convertido en una atleta de alto rendimiento. Debía estar ahí 6 horas 7 días a la semana, tenía que asegurarme de obtener y desarrollar cada una de mis habilidades y aprovechar la oportunidad que se me había dado. Eran 3 horas de acondicionamiento físico para tener las condiciones y aguantar la potencia de mi nuevo kart. Además de 3 horas más de entrenamiento en pista para mejorar mi técnica, tiempos y rendimiento.

Fueron 6 meses de trabajo en "modalidad bestia" como mi madre le decía. A ella le emocionaba y estaba bastante orgullosa de mis logros, pero por otro lado ella hacía bastantes sacrificios para que yo estuviera donde estoy. Ella trabajaba casi todos los días, así que yo iba sola a mis entrenamientos, y cuando ella tenía días de descanso renunciaba a ellos para ir a acompañarme y apoyarme en mis entrenamientos.

Al pasar esos 6 meses tuve mi primera competencia fuera del país que fue en Estados Unidos. Era bastante impresionante para mí estar allí haciendo lo que más me gusta. Llegamos 2 días antes de la carrera. Al llegar nos recibieron en el hotel para acomodarnos como a las 12 del día. Yo debía estar a las 3 de la tarde del día después en la pista para ajustar detalles y estar segura de que todo iría bien.

El primer día que estuve ahí mi madre y yo lo utilizamos para conocer la ciudad, debido a que nunca habíamos viajado fuera del país. Hicimos varias compras, visitamos algunos lugares de interés y nos fuimos a dormir temprano para estar listas el día siguiente con bastante energía.

Llegó el día de hacer pruebas en la pista y a mi parecer todo iba de maravilla, yo me concentraba más en mí que en los demás chicos, no era algo nuevo ser la única chica en estas competencias. Me sentía confiada y segura de mi misma, aunque esta fuera una nueva experiencia. Aquel día de prácticas salió excelente, tenía algunos detalles con el kart, pero nada que no se pudiera arreglar.

El día de la esperada carrera llegó y se sentía bastante adrenalina corriendo por todo mi cuerpo, tenía mucha energía y emoción. Al dar la señal de salida comenzó aquella sensación de ser una con el carro y aceleré como nunca antes, sentía una libertad increíble, yo era imparable.

Al finalizar la carrera quedé en tercer lugar, que parece que fue bastante impactante para varios de los asistentes, mientras que para mi madre y yo fue increíble, no podía asimilar un resultado así en mi primera carrera internacional.

Después de esa carrera siguieron bastantes, en algunas no tenía el resultado esperado y me esforzaba el doble. Yo no podía ser la mejor porque ese era para quienes la tenían fácil, no yo tenía que ser la mejor de las mejores.

Cuando tuve mi primer accidente que fue en una carrera en Francia tenía 13, recuerdo ese sentimiento de impotencia al tener que abandonar porque mi salud peligraba. Fue un choque, yo iba en quinta posición cuando siento un golpe de costado, de ahí fue como si el tiempo corriera más lento. Mientras yo salía de la pista y golpeaba con una barrera de seguridad. Me había fracturado el brazo, yo quería seguir, pero los médicos que me retiraban del lugar no me dejaban por obvias razones. Mi brazo tardó 2 meses en sanar y yo tardé 6 meses en volver a estar como estaba antes.

Después de aquel contratiempo comencé a preocuparme más sobre mi salud y como un pequeño accidente podría terminar con todo en lo que estuve trabajando por años.

Al cumplir mis 16 años me llegaron con la noticia de que podría debutar en fórmula 2 el siguiente año. Señalo la palabra podría porque en realidad Estella Ferreira nunca debutó en fórmula 2.