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Al día siguiente tuve mi junta con los team principals del equipo para que decidieran que iban a hacer conmigo, el lado positivo de todo eso era que por fin me podía dejar de ocultar bajo mi otro nombre. Me esperaban en una sala de juntas en compañía de un abogado con mi contrato y una copia justo en el centro. El ambiente era frívolo y tenso. Lo que me hizo soltar una risa nerviosa.


—No creo que haya un motivo por el que reírse ¿o si? Ferreira.— Me dijo Laurent Rossi con un tono bastante serio. 

—Lo siento, no lo hay, podemos continuar.— Dije con un tono más serio y me senté en la silla frente a los dos. 

—Bueno considero que ya sabemos todos qué haces aquí, entonces iremos directo al grano. Estás fuera del equipo a partir de la siguiente semana. Estamos iniciando negociaciones con otros pilotos como Nico Hülkenberg y Esteban Ocon para tomar tu lugar en lo que resta de la temporada.— 

Se me formó un nudo en la garganta. Tuve que aguantarme el llanto, porque yo sabía por qué había hecho lo que había hecho. No dije ni una palabra ni puse ninguna traba para lo que procedía. 

El abogado revisó el contrato y leyó cada una de las cláusulas para asegurarse de que si me podían sacar del equipo. Y en efecto había una cláusula que decía que en caso de dañar la imagen del equipo estaban en todo su derecho de sacarme del mismo, yo no creía haber dañado su imagen, pero mi punto era indefendible a esas alturas. Después de revisar el contrato y proceder a firmar y revisar todos los documentos pertinentes finalmente quedé fuera.

Yo ya no tenía a dónde ir, agendé un vuelo de regreso a México al día siguiente y no le comenté nada de lo sucedido a ninguno de los demás pilotos y menos a mi madre, quien yo esperaba no se enterara antes por los medios.

Pasé lo que restaba del día llorando en mi habitación de hotel sin recibir a nadie ni atender llamadas o responder mensajes de ningún tipo, yo necesitaba estar sola con mis pensamientos y sumirme en un momento de melancolía antes de pensar en lo que iba a hacer después.

Al día siguiente fui nuevamente con el equipo para terminar con los detalles que faltaban y en la tarde tomé mi vuelo de vuelta a casa donde todo empezó. Durante mi vuelo seguí llorando y meditando lo que haría después, podría dedicarme al negocio de mi madre o probar suerte en otra categoría como Indycar o Fórmula E. En esos momentos ya nada me importaba más que aislarme del mundo y no querer saber nada más.

Llegué a México al día siguiente y fui directamente a casa de mi madre y justo en el momento en el que ella abrió la puerta yo la abracé en lágrimas, no había llorado tanto en mi vida como lo hice durante esos tres días. 

—¿Qué haces aquí hija? ¿No se supone que deberías estar en descanso o preparándote para tu siguiente carrera?— 

Yo la miré a los ojos y entre llanto le dije: —Me sacaron del equipo, ya no voy a competir más, todo se terminó para mí.— 

Mi madre me acarició la cabeza y calmada como siempre me dio un beso en la frente. —Ella, todos sabemos lo que hiciste, y fue lo correcto, lo que hiciste marcó un antes y un después en ese deporte y no sabes cuántas oportunidades has abierto con esa simple acción.—

 Me limpió las lágrimas después de decir eso, y entramos a la casa. Ya no hablamos sobre el tema y nos dedicamos a tener tiempo de calidad madre e hija como nunca antes lo habíamos tenido. Me quedé a dormir con ella y esa noche dormí mucho más tranquila de lo normal, ya nada me preocupaba, por fin estaba satisfecha con lo que había hecho.

•••

Pasaron semanas en las que yo ya no pensaba en carreras, ni siquiera veía los grandes premios en televisión porque en realidad me dolía saber que alguien más ocupaba en asiento que hace tres semanas era mío. 

I am the ManDonde viven las historias. Descúbrelo ahora