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Era mi segunda temporada en fórmula 2, había renovado mi contrato con mi anterior equipo y yo era uno de los pilotos más fuertes, si me esforzaba lo suficiente podría conseguir mi puesto en fórmula 1.

Había comenzado la primera carrera de la temporada y todo iba como debía ir, yo dando todo, el equipo ayudando y el carro funcionando perfectamente hasta el final de la carrera. En aquella carrera yo había obtenido el primer puesto, era un gran comienzo para mí y debía seguir en los primeros lugares si quería lograr mi meta.

A la mitad de la temporada ya tenía la atención de equipos como Sauber y Williams puestos en mí. Aquello era bastante presión para mí, ya que debía impresionarlos si quería entrar a alguno de los dos equipos. Se decía que yo era la favorita para convertirme en campeona de la temporada, y tenía potencial para ser campeona del mundo de fórmula 1.

En los tiempos de descanso entre carreras me hacía un espacio para visitar las oficinas de ambos equipos que me querían entre sus filas.

Por un lado Williams tenía un plan prometedor, se veía una muy buena organización en el equipo. Además de que en su pasado había llegado a ser uno de los mejores en la Fórmula 1. Pero querían un contrato que fuera para largo, ya que querían pilotos que duraran en su equipo. Yo sentía a Williams como un equipo inicial, yo claramente quería irme con los grandes en un futuro como Mercedes, Ferrari y Red Bull; por lo tanto, no estaría bastante tiempo con ellos si quería llegar a esos equipos.

Por otro lado estaba Sauber era un equipo donde se dice que iniciaban los mejores pilotos y futuros campeones del mundo. Igualmente, era un equipo pequeño, sin embargo, para conocer la dinámica, la pista y hacer esa transición era una de las mejores opciones. Además de que escuderías como Ferrari y Red Bull siempre ponían especial atención en los pilotos que iniciaban con ellos.

Finalmente, me decidí a ir con Sauber, mis planes eran que al terminar la temporada iría a hacer el examen de prueba con el equipo y ahí se decidiría mi futuro.

Después de varias carreras y varios podios por fin me convertí en campeona de fórmula 2. Yo solo escuchaba a periodistas y personas hablando sobre lo lejos que llegaría Emmanuel Ferreira y que tal vez sería una leyenda del automovilismo en un futuro, además de los rumores de que iba a firmar con Sauber para mi primera temporada en Fórmula 1.

Dos semanas después me encontraba con el equipo de Sauber haciendo mi prueba para entrar al equipo. No fue sorpresa que obtuve un resultado excelente en aquella prueba y por consecuente consiguiera un contrato de mínimo un año con el equipo.

Los siguientes meses hasta la siguiente temporada eran de ir a las oficinas y al taller a revisar todo. Desde el proceso del auto, mantenerme en forma y conocer a mis compañeros de equipo, practicar mi manejo, pulir detalles y así.  Además de varias entrevistas.

Resulta que mi compañero de equipo tenía mi misma edad y al parecer había competido contra él en fórmula 2. Él había sido apadrinando por Jules, una leyenda en este deporte y quien lamentablemente había fallecido hace algunos años. El nombre de mi compañero era Charles Leclerc. Un joven bastante atractivo, bien parecido y con grandes aspiraciones al igual que yo.

Charles y yo éramos vistos como el futuro de la Fórmula 1, dos pilotos con bastante potencial y nuestra única diferencia además de lo evidente como lo era la nacionalidad era que yo venía desde muy abajo y que yo en realidad no era hombre y que no tuve a nadie que me ayudara al nivel que Jules lo ayudó a él.

Tuvimos como siempre los días de práctica para probar el auto y saber que necesitaba, además de empezar a acostumbrarme a las nuevas funciones de mi auto.

Pasaron los meses hasta que finalmente inició la siguiente temporada de Fórmula 1 que sería el inicio de la parte más importante de mi vida.

I am the ManDonde viven las historias. Descúbrelo ahora