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Después del largo fin de semana, no tenía planes en concreto para seguir. En realidad era regresar a mi casa en México y quedarme con mi gato a espera del gran premio de Alemania, además de que mi madre se iba de viaje así que fuera donde fuera, debía llevar a Norman conmigo.

Justo un día antes de que saliera mi vuelo Charles me visita a mi habitación de hotel.
—Ella, ¿Tienes planes para la siguiente semana?— Preguntó Charles.

—De hecho tengo un vuelo hacia México mañana, pero ¿qué tenías planeado?, digo para ver si luego te alcanzo.—

—Si, los chicos y yo habíamos planeado ir a Monaco, estar en un yate y disfrutar. Hace mucho no te vemos así que Daniel y yo hicimos la propuesta de invitarte. También irían Carlos, Lando, Alex, Pierre y George. Si no quieres ir, no hay problema— Dijo con tranquilidad.

—No, no tengo problema, llego el martes, si logro conseguir vuelo. ¿Habrá problema si llevo a mi gato? Mi madre se va de viaje, así que no tengo con quien dejarlo.—

—No creo que haya problema, le avisaré a los chicos que si vas, y mañana te mando la información. Buenas noches Ella.— Se despidió de mi con un abrazo.

Justo después me fui a dormir porque temprano al día siguiente salía mi vuelo.

Seis de la mañana, me desperté, me bañé y me vestí. Partí hacia el aeropuerto a las seis y media, mi vuelo salía siete y media de la mañana. Ya en el aeropuerto me quedé esperando mi vuelo mientras tomaba café.

Durante esos últimos días yo trataba de mantener un bajo perfil, no ser fotografiada en público, no hacer nada que me vuelva relevante para los medios, etcétera. Así que generalmente llevaba una gorra y lentes de sol, además de un periódico o revista para cubrir mi rostro un poco, por más absurdo que parezca funcionaba.

Después de abordar mi vuelo me quedé dormida la mayor parte del tiempo. Estaba bastante acostumbrada a tomar vuelos comerciales. No era que no me gustara viajar en un jet privado, sino que como en realidad no tengo muchas amistades cercanas, la mayoría del tiempo viajo sola, así que no le veo motivo para tener un avión para mi sola. Pero tuve que apartar uno para ir a Mónaco con los chicos, ya que claramente no iba a encontrar un vuelo de un día para otro.

Llegué casi de noche a mi casa, solamente para hacer otras maletas, ya que después de Mónaco iría a Alemania. Debía asegurarme de que había empacado la suficiente ropa para esas semanas. Preparé algunas cosas de Norman, para partir a la mañana siguiente.

Justo cinco horas después me desperté y alisté para mi siguiente viaje. Partí al aeropuerto a las cinco de la mañana, para llegar cinco y media al aeropuerto y tomar el vuelo a las seis. Era un horario bastante apretado, pero a veces era necesario.

Horas después de despegar el vuelo aterricé en Mónaco, Charles había prometido ir a recogerme al aeropuerto, así que no había mucho problema por el transporte.

Justo después de bajar del avión tomé mi equipaje y me dirigí al área de llegadas del aeropuerto para esperar a Charles. En menos de diez minutos lo había encontrado y lo saludé con un abrazo.
—Que bueno que te diste el tiempo de venir.— Dijo con una notable alegría.

—Gracias por invitarme, de hecho no tenía nada mejor que hacer.— Dije entre risas.

Me ayudó con parte de mi equipaje y fuimos hacia su auto. Después de subir, condujo hacia el lugar donde estaban los demás. Yo sinceramente no quería ir, no me mal entiendan, ellos me agradan bastante. Pero tenía la sensación de que me tratarían diferente, y no digo que esté mal, pero algunas cosas podrían resultar incómodas.

Llegamos a lo que era un barco, se habían asegurado de que fuera amplio, para que cupiéramos los ocho. Justo llegué y me recibieron Carlos y Lando. Los abracé a ambos y dejamos mi equipaje por ahí. Liberé a Norman, para que anduviera por el barco, ya que tantas horas de viaje lo habían agobiado.

I am the ManDonde viven las historias. Descúbrelo ahora