Capítulo 2

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Planes 


Mientras Franck conducía mire por la ventana, el camino no era tan largo pero casualmente ese día se estaba volviendo tedioso, y seguramente era porque mis nervios estaban al tope, estaba apunto de llorar, tenía tantas ganas de que esto saliera bien que no me di cuenta de lo mal que podría salir.

Esto debe ser un error, todavía podemos retractarnos.

Todavía no es momento de rendirme.

- Te ves demasiado preocupada - me dijo con un tono que me saco de mis pensamientos.

- Yo... no se que me pasa - mi voz sonaba muy apagada, algo raro en mí.

- Oye todo va a salir excelente, tú lograrás que salga bien, siempre lo logras, eso es lo que admiro de ti - me miró y por unos segundo pude notar que sus ojos desbordaban tristeza, pero me quede muda ante esa linda manera de hablar de mí. - Lo siento, lo dije sin pensar - note la vergüenza en su voz.

- Gracias, pero tengo miedo -

- ¿Miedo? - me miró con curiosidad.

- Lo quiero, pero no quiero sufrir de nuevo, tengo miedo de que me rompa el corazón, se que no debí crearme ilusiones pero es inevitable, y ahora tiemblo con la idea de que me odie por todo esto - 

Listo ya esta, lo dijiste, solo queda que se burle.

Se quedo en silencio y volvió a mirar la carretera.

No dijo nada más en el camino, eso me asusto seguro que pensaba que era ridícula, y entonces estaba pensando en una forma de decírmelo de forma amable.

Llegamos a la entrada del colegio, y pensé que no diría nada más pero entonces se bajo del coche y se detuvo de su lado.

- No eres ridícula - me miró como si hubiera adivinado lo que estaba pensando, se detuvo por unos segundos y volvió a hablar. - No tiene nada de malo que te hayas hecho ilusiones, todos lo hacemos lo malo es que vivimos de ellas, vivimos pensando que se van a cumplir, y cuando no es así entonces nos golpea la realidad - tomo una pausa. - Todo va a salir bien, no te desesperes, no supongas que no siente nada por ti, la gente no vive de suposiciones, además me tienes a mí, y si el tonto te hace sufrir de nuevo, le daré un buen golpe a esa cara que tiene, de ese modo nadie se le acercará, ¿no crees? - 

Me quede sin habla, lo que acababa de decirme me hizo sentir mejor, y también me dio mucha risa la manera en la que dijo eso último.

- Gracias Franck - camine directo a él y lo abracé.

- Para eso somos amigos Morita - me rodeó por la cintura y su calor corporal logró calmarme lo suficiente como para volver a tener esa valentía con la que me había levantado de la cama.

- Es hora - me separé de él y sonreí.

- Creo que es hora de domar al León - 

- Oye por favor -

- ¿Qué? - preguntó inocentemente.

- No hagas ese tipo de chistes enfrente de Dylan - 

- Vale, me portaré como un lindo angelito -

Este es el momento, podemos con esto y más, de todos modos tenemos a Franck.

Lo lograremos.

Caminamos a la entrada, estaba nerviosa, me retorcí las manos unas cuantas veces inconscientemente, entonces abrí la puerta y entramos.

El Amor En Forma De ArteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora