Beto

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Un año antes, el Doctor Jung Hoseok, se encontraba en su consultorio, revisando a un niño de 6 años, más pequeño y delgado para su edad.

Los ojitos negros y rasgados del niño no dejaban de admirar el hermoso perfil del doctor, su bata blanca lo hacía parecer un ángel

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Los ojitos negros y rasgados del niño no dejaban de admirar el hermoso perfil del doctor, su bata blanca lo hacía parecer un ángel.

El niño se sentía flotar entre las nubes, la única persona que lo había tocado con tanto amor, había sido su mamá, la cual no veía desde hacía 1 año, cuando descubrieron su enfermedad.

Un día la vió partir con sus maletas y nunca regresó.

Por fin terminó y se dispuso a emitir la receta.

El papá del niño se enojó cuando leyó el medicamento recetado.

-Oiga doctor. Usted me está recetando nuevamente este medicamento y aquí no lo tienen, dicen que lo compre y yo no tengo dinero, trabajo en la fábrica de autos.

El doctor sin perder la paciencia, extendió una tarjeta y un folleto al señor que prácticamente le estaba gritando.

Fundación Mexico-Coreana "Corazones Unidos"

-Doctor, yo no soy coreano, yo nací aquí en México y el niño también. ¿Se está burlando? -

- Yo sé que no es coreano, pero los abuelos del niño sí y aunque no lo fueran, Beto necesita el medicamento, no hay otro sustituto para lo que él necesita. Ahí lo ayudaremos.

El doctor acompañó al papá y al niño hasta la puerta, al abrirla, otro doctor con cara de gatito, le daba un beso en la mejilla.

Beto sonrió ante la escena, pero su papá puso cara de asco.

Aprovechando la distracción del papá al ver la acción, el niño arrebató de la mano de su papá, el folleto en el que se veía al sonriente doctor bonito. Y ese sería, junto a la única foto de su mamá, un tesoro, que guardía celosamente entre su ropita, hasta el día de su muerte.

 Y ese sería, junto a la única foto de su mamá, un tesoro, que guardía celosamente entre su ropita, hasta el día de su muerte

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.....

Beto recordó la escena, volvió a mirar las fotos, arrugadas y gastadas, las guardó en el bolsillo de su pantalón, se recargó a la pared, sentía el cuerpo más pesado que otras veces, lo que lo hacía marearse. Miró a su papá que seguía discutiendo con la recepcionista de urgencias.

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