Bonito

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Jin estaba sentado en su tocador, retirando el maquillaje de su cara.

Namjoon dejó la lectura de su artículo médico para dirigir la vista sobre sus lentes y admirar el ritual de cada noche, que hacia su amado Jin para verse bien.

Observó cada detalle de su rostro una vez más, a través del espejo; definitivamente amaba su cara, pero amaba más su corazón.

Sabía que Jin había sufrido mucho el abandono de su madre cuando era niño. Se le estrujó el alma cuando Jin le confesó que había visto a su madre, un año después del abandono y ni siquiera fue para saludarlo, simplemente pasó de largo, del brazo de otro hombre mucho mayor que ella, tiempo después la encontró tirada en una esquina alcoholizada y nunca más la volvió a ver.

Agradecía con todo el corazón a la mamá de YoonGi, el haber estado para él en esos años difíciles. Jin no merecía tanto sufrimiento, era una persona que siempre pensaba en los demás antes que en sí mismo, siempre cuidó de YoonGi y de todas las personas a su alrededor.

Cerró los ojos y deseo con todo su corazón que el universo lo recompensara.

Entonces, una llamada entró a su celular.

Namjoon escuchó atentamente, de pronto, se levantó como resorte y empezó a gritar.

Jin se giró para verlo, la cara de preocupación se instauró, por lo que se acercó para tratar de oír la conversación.

-¿Qué pasa Nam?, ¿Qué pasa?

Jin no entendía nada pero se imaginaba lo peor.

Namjoon colgó y lo miró directo a los ojos. Lo tomó por los hombros y lo abrazó con todas sus fuerzas.

-¡¿Qué rayos pasó?!-

-El bebé...

Jin apartó a Namjoon rápidamente, miró los ojos vidriosos y se llevó una mano a la boca para que el alma no se escapara.

- Seremos papás del bebé Soobin...

Jin no podía creer lo que estaba escuchando, su corazón latía con fuerza, las lágrimas comenzaron a caer, las piernas flaquearon a tal grado que ambos cayeron al piso.

Lloraron un largo rato en la intimidad de su habitación. Por fin la ilusión de ser padres se haría realidad.

-Le compraré muchos trajesitos azules y muchos carritos - decía Jin entre hipidos.

-Los que quieras amor, le compraremos cientos de miles - repetía Namjoon acariciando su cabellera castaña, mientras los fuertes brazos lo aprisionaban.

Después de unos momentos, Namjoon tomó la barbilla de Jin para admirar una vez más sus ojos. La luz que emanaban era simplemente un arte.

Un sublime calor subió por su cuerpo, invitándolo a besar esos labios de corazón, ahora salados por las lágrimas caídas.

Jin correspondió el cálido y amoroso beso.

Las manos fuertes se deslizaron bajo la pijama azul de seda, despojando a Jin de la prenda superior, mostrando sus hombros anchos y firmes, que tanto amaba Namjoon.

Tiernamente lo cargó hasta la cama.

Jin observó como, poco a poco, las prendas desaparecían del cuerpo fornido del moreno claro, amaba sus pectorales sobresalientes, sus brazos de hombre fornido, pero amaba más, los dulces hoyuelos que se formaban en su rostro cuando sonreía.... Mejor dicho cuando le sonreía.

Una vez completamente desnudo, Namjoon retiró con delicadeza el pants de pijama azul con angelitos que poseía Jin, rozando con los largos dedos las delgadas piernas, provocandole un gemido intenso.

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