Hace poco me encontré un ratoncito. Lo encerré en una jaula y lo dejé ahí durante todo el día. Quería salir con todas sus fuerzas del lugar, pero yo no lo dejaba. Decidí adoptarlo, y hacerlo mi mascota. Le entregaba quesos para que estuviera a gusto todos los días, sin embargo, seguía protestando mordiendo la jaula y moviéndose de un lado a otro, quería ser libre. Luego de varios meses de tolerancia, decidí dejarlo ir abriendo la puerta de su jaula. Mi sorpresa fue que, el ratón, luego de ver el mundo que le rodeaba, el mundo exterior, se quedó en la jaula, con un miedo inmenso a separarse de mí.
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Cuando los colores hablan ✔️
PoetryHay palabras que no se dicen, pero que duelen. Hay cosas que no se tocan, pero se sienten. Personalmente en este libro entrelazamos historias que conforman, con la libertad de nuestros poemas, la vida humana. Sentimientos que son invisibles a la vis...