a Thalía Rodríguez
Ellos están reunidos al rededor de la fogata. El malvavisco azul teme por ser el diferente, por ser el único que tiene color. Es el favorito de todos y se pelean por él. El niño llora, desconsolado. El malvavisco quiere ser quemado por las llamas de la madera. Maldita ironía. Los amigos se alejan. Se queda solo. Pero sus manos lo sujetan, admirando mucho más allá de lo que dicta lo físico. Sabe que es diferente… lo sabe apreciar. Los lobos ven la desgracia que se produce cuando todos se reúnen un día de campo.
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Cuando los colores hablan ✔️
PoesíaHay palabras que no se dicen, pero que duelen. Hay cosas que no se tocan, pero se sienten. Personalmente en este libro entrelazamos historias que conforman, con la libertad de nuestros poemas, la vida humana. Sentimientos que son invisibles a la vis...