Hay palabras que no se dicen, pero que duelen. Hay cosas que no se tocan, pero se sienten. Personalmente en este libro entrelazamos historias que conforman, con la libertad de nuestros poemas, la vida humana.
Sentimientos que son invisibles a la vis...
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¡Oh!, dicen allá afuera que viene una sorpresa. Estoy emocionado. ¿Qué es todo esto? Veo rojo por todas partes ¡Ese olor! ¡Qué asco! Estoy tan apretado. ¿Dónde estoy? Escucho voces. ¿Quiénes son? Ay, ¡No entiendo nada! ¡Au! ¡Eso dolió! ¡¡¡AU!!! ¡Eso duele mucho! ¡Deja de moverte! Así, así está bien. Vale, ¿y ahora qué? ¿Qué se supone que tengo que ha...? ¡Wow!, hay una luz, ¡La observo! ¡Siento una luz! ¿Qué hago? ¿Salgo? P-Pero, no me tienes que sacar, yo puedo salir solo. ¡Ay! ¡que eso duele! Por favor, q-que salgo solo, que puedo salir solo. Hay mucha luz ahora, no veo nada. ¡Agh!, los ojos me arden, c-creo que... c-creo que… creo que yo soy la sorpresa…
