Capítulo 8

3.3K 184 25
                                    

Vannesa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Vannesa

—Estate quieta con un carajo

—Ya te dije que quites tus manos de ahí— trato de apartarlo pero manotea mi dorso y reafirma el agarre—. ¡Jacob!

—Deja de retorcerte como una maldita lombriz— me reprende tratando de continuar

—¡Pues quita tus manos!— replico haciendo de todo por impedírselo

—En esto no eres mi maldita superior, así que cierra la boca y estate quieta, ya casi termino

—¿Puedes moverte más rápido?— simplemente no puedo con su temple y paciencia

—Te voy a lastimar si lo hago más rápido— suspiro y volteo a ver el techo mientras él continúa

—¿Ya?

—No

—¿Ya casi?

—Que no

—¿Qué me dices ahora?— insisto exasperándolo como esperaba

—Deja de preguntar qué no me dejas concentrarme

—Como si fuera muy difícil mover los malditos dedos rápido...

—Si no te callas, te amordazo— me apunta dos segundos para darle más realismo a la amenaza y vuelve a lo suyo avivando mis ganas de buscar la eutanasia de una

El reloj en la pared obtiene toda mi atención. Están aquí a las 0800, necesito al menos siete minutos para llegar a la pista y solo dispongo de dos para bajar hasta el estacionamiento

Tic

Tac

Tic

Tac

Al mierda, yo odio la impuntualidad y no pienso llegar tarde y tragarme las burlas de los inmaduros que van a bajar del avión

—Oye, ¿Qué haces?— tomo la botella de alcohol y vacío un chorro aguantándome la maldición que quiere escaparse debido al ardor, luego me seco con una de las gasas, me pongo una nueva sobre la herida y me incorporo después evitan do perder mas tiempo

—Vamos

—Eso ni siquiera está bien puesto, Vannesa— replica viéndome mal

Tres años y aun no se acostumbra

—Me vale mierda, vámonos dije— rueda los ojos y me sigue. Ya perdimos tiempo por su maldita insistencia en "curar las heridas como se debe", y no pienso perder más

Bajamos en el ascensor ignorando la mirada de Liam que estaba como una estatua frente a mí puerta desde que Jacob me jalo dentro y hasta que salimos. Abordamos una de las camionetas que Beckett nos hizo el favor de facilitarnos, y conduzco hasta la pista en dónde el avión está por aterrizar

Línea Cero- MetástasisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora