¡Hola, Lectores! Finalmente les traigo el prólogo de esta nueva historia. Pequeña aclaración: El separador indica quién narra. Estoy cansada de narrar en tercera persona los one-shot, así que este va a ser en primera.
Eso es todo, disfruten~
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Siempre eh sabido que soy diferente. Todos los niños pequeños se alejan de las niñas por alguna razón, pero yo jamás lo hice. Al contrario, a mí me encantaba jugar con ellas a la casita. Después, en la secundaria, todos los chicos se la pasaban hablando sobre las chicas, y mirando y comparando sus cuerpos. ¿Por qué? Nunca lo eh entendido. Hasta les miraban obscenamente los pechos y el trasero, mientras que yo con solo tener que verlas a los ojos ya me ponía nervioso. Bueno, aun lo hago.
Esta normalizado que las mujeres pueden usar faldas, tacones y vestidos, pero... ¿por qué los hombres no? Tal vez algunas prendas no nos queden tan bien como a ellas, sin embargo ¿qué más da? Nuestros cuerpos son diferentes, pero las prendas son objetos materiales que no deberían ser especialmente para unos u otros, al menos eso creo. ¡Mírenme! Soy Kageyama Tobio, tengo 18 años y amo usar sandalias y faldas, ¿por qué está mal?
Mi abuelo solía decirme que yo no debería tener miedo de mostrar quien soy, pero la sociedad... ella es cruel y malvada. Las chicas encuentran divertido que use sandalias y algunas hasta me dicen la envidia que tienen de que me queden mejor o que yo hasta corra con ellas sin caerme. En cambio, los chicos... a ellos no les parece gracioso. En la primaria, por jugar con niñas decían que era raro; en la secundaria, por no hablar sobre chicas me llamaron antisocial y marica; y ahora en la universidad... ellos dicen que soy una vergüenza, y más de una vez eh ligado bofetones, patadas o hasta palizas enteras por parte de ellos. ¿Por qué? ¿Por qué está mal que me guste usar ropa diseñada por alguna razón para el género femenino? ¿Por qué está mal que crea que los hombres pueden ser tan o más lindos que las mujeres? ¿Por qué al parecer para la sociedad soy diferente? ¿Y por qué detestan esa diferencia? No lo entiendo.
Eh dejado de usar faldas al salir de casa, más que nada para evitar los insultos y chiflidos burlescos en la calle. Las sandalias son algo que no abandonare, especialmente si tienen taco alto. Me hacen sentir empoderado, como si pudiera dominar el mundo solo por usarlos, y mis piernas se ven geniales con ellos.
Mi madre me apoya, ella incluso me enseño a caminar con elegancia en tacones. Por otra parte, mi padre... no está en contra, pero tampoco a favor. No me insulta, pero tampoco comparte mi felicidad por usar la ropa y el calzado que me gusta.
Hoy es otro día más, camino hacia mi universidad en silencio escuchando música con mis auriculares y pensando en que clase me toca primero. Mi padre es un reconocido abogado, mi madre la mejor organizadora de eventos de todo Tokio, y yo... yo elegí estudiar Profesorado de Letras/Literatura. Quizás lo único que a mi padre hace feliz, aun si no tuvo nada que ver con mi elección.
Cuando era pequeño, mi padre siempre estaba trabajando, pero la hora de dormir siempre fue sagrada. No hubo una sola noche, en que no lo espere para que me leyera un cuento. Él ama leer y yo también. Recuerdo que no podía cerrar los ojos hasta escuchar su voz leyendo y esperaba que terminara porque sino me quedaba con la curiosidad de que sucedía al final. Creo que además de eso, no hemos tenido más momentos padre-hijo, sin embargo, esta bien. Él sabe que lo quiero y yo sé que él me quiere, aun si no lo dice o demuestra seguido.
Entre a mi salón de clases y ocupe mi lugar junto a la ventana. Saqué uno de mis libros y apagué el reproductor de música para leer.
No sé cuando empezaron a entrar otras personas, solo que cuando menos me di cuenta, el aula se había llenado.
-Ahí está esa vergüenza. Me da nauseas solo verlo. -Escuché a alguien murmurar y solté un resoplido.
- ¿Cómo puede andar con esas cosas en los pies? Le quedan horrible. -Otra persona opino.
-Tal vez lo hacen creer que es mujer. -Alguien aventuro y muchos rieron.
-O tal vez me gusta como me quedan y ya. -Comente con fastidio. - ¿Cuál es su problema? Que yo sepa, es un país libre. La gente puede usar lo que se le cante la reverenda gana y yo quiero usar sandalias. Además, estoy en desacuerdo con ustedes. Me quedan divinas. –
Me volteé y vi al profesor entrar. Se hizo el silenció en el salón y pensé que el asunto quedaría resuelto. Me equivoque.
No es la primera vez que defiendo mis ideales y gustos, pero... por alguna razón, nunca sale bien. Excepto en una ocasión en que varias chicas me ayudaron. Está vez no es diferente. Los chicos me esperaban en el patio del campus. Golpes por aquí, por allá... mi mochila voló, y yo termine en el suelo, protegiéndome la cabeza con los brazos.
Mi padre dice que simplemente debería ignorar los comentarios en mi contra, pero a veces no puedo... y cuando no puedo, siempre acaba de la misma forma, conmigo siendo golpeado.
Las patadas y golpes seguían llegando, y de repente, se detuvieron. Aparte con cuidado uno de mis brazos... ¿qué...? ¿qué diablos?...
Otros chicos están a mi alrededor, todos de espalda agarrando por los brazos a mis matones... no, no los están agarrando, los están inmovilizando... pero, ¿por qué?...
-Se puede saber cuál es su problema. ¿Por qué están golpeando a un compañero de esa forma? -Uno cuestiono con voz sarcástica.
-Sí, sobre todo a uno tan lindo, ¿qué pasa con ustedes? -Otro agregó.
¿Acaba... de decirme lindo? ¿Qué...? ¿Qué está pasando?
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Me eh dado cuenta de algo en lo que casi nunca pensé. En todos más fanfics está naturalizado el amor LGBTQ, y no digo que este mal porque es el punto y porque al menos para mí es normal. Todos tenemos derecho a amar a quien queramos sin importar nada, sin embargo... creo que hasta ahora no me se había ocurrido escribir una historia donde a la gente no le agradará la forma de vestir de las personas y que un chico este con otro. La verdad no sé como terminara esto (en parte porque no me gusta la discriminación de ningún tipo) así que veamos como me va con está nueva perspectiva.
