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Sabía que mi suerte no podía durar mucho. Mis matones nunca parecen poder dejarme en paz, ni siquiera después de ser humillados. Estaba por salir del baño para ir a mi primera clase de la tarde, cuando un par de ellos entraron y me empujaron.
- ¿Enserio pensaste que al traer a un chico más grande para que se burlara de nosotros te dejaríamos en paz? Nos das asco, eso no va a cambiar, sin importar con que rarito aparezcas. -Uno me espetó, y pateo.
-Yo no lo traje, él me acompaño porque quiso. -Le replique.
- ¡Cállate! -Exclamaron otros dos.
Los golpes de siempre empezaron a llegar y me cubrí con mis brazos. Imagine que como no faltaba mucho para la siguiente clase, ellos no tardarían en irse, pero... siguieron golpeándome incluso después de que sonó la campana para entrar.
- ¡¿Qué diablos están haciendo?! -De repente, una voz cuestiono, y la paliza se detuvo.
-No-nosotros... -Uno de los matones tartamudeo, y antes de que pudiera moverme, los escuche gritar.
Por seguridad, me quede en el suelo con los ojos cerrados. Escuche a mis bullys pedir perdón a alguien y luego irse corriendo, entonces alguien apoyo su mano sobre mi antebrazo.
Abrí los ojos y me encontré con el novio de Kenma-san inclinado sobre mí.
-Sí, estoy bien. -Murmure. -Gracias. –
Trate de levantarme solo, pero todo mi cuerpo dolía y casi me voy de lado. Por suerte, Akaashi-san me agarró a tiempo y dejo que me apoyara contra él.
-Vamos, te llevare a la enfermería. -Me dijo con una sonrisa amable, y no pude negarme.
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Akaashi-san fue muy cuidadoso al ayudarme a caminar hasta la facultad de medicina. Tocamos la puerta de la enfermería y Moniwa-san nos recibió con una mirada llena de preocupación.
- ¡Kageyama-kun, ¿qué te paso?! -Me pregunto, ayudando a su novio a sentarme en una camilla.
-Unos idiotas lo apalearon en un baño. -Akaashi-san le respondió por mí. - ¿Puedes cuidar de él mientras buscó a Kenjirou? –
-Por supuesto. -Moniwa-san asintió y yo agarre el borde del suéter de Akaashi-san para detenerlo.
-No. Akaashi-san, no hace falta que busques a Shirabu-san. -Declare, mirándolo con preocupación, ¿quién sabe lo que me harán los matones si meto al presidente del centro de estudiantes en esto? -Esta bien, no es nada grave. –
-Kageyama-kun, acaban de apalearte. -Akaashi-san replicó con seriedad. -Y según sé, no es la primera vez. –
-No deberías estarlo. -Moniwa-san comentó y Akaashi-san salió de la enfermería.
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-Lo juro por Dios, Tendou-san. Si me traes otro papel con propuestas indecorosas, hare que te lo comas. -Amenace, apretando con fuerza mi lapicera.
- ¡Kenjirou, pero si no es mi culpa! -Él replicó, con una mano sobre su pecho en un gesto dramático. -Habla con tus vocales, ellos son quienes reciben estas cosas, yo solo te las doy a ti. –
Gruñí molesto, dispuesto a llamar a mis vocales para decirles un par de cosas, cuando la puerta de la sala del centro de estudiantes se abrió de golpe.
- ¡¿Cuántas veces tengo que decir que toquen la puerta?! -Exclame, con una mirada furiosa, antes de notar que, quien abrió dicha puerta, fue mi novio. - ¿Keiji? –
-Tienes que venir conmigo ahora. -Él declaro y me jalo del brazo. -Volvieron a apalear a Kageyama-kun. –
¡¿OTRA VEZ?! ¡OIKAWA-SAN LO ACOMPAÑO PARA EVITAR ESO!
-Tendou-san, quedas a cargo. -Ordene a mi vicepresidente. -Si algo pasa, me las vere contigo. –
- Señor. Sí, señor. -Me respondió con un saludo militar.
Camine a paso rápido con mi novio por los pasillos, mientras él despotricaba sobre lo mal que se veía Kageyama y como parecía no importarle que lo golpearan. A mí tampoco me gusta eso, me recuerda a Kenma cuando lo conocí.
Llegamos a la enfermería y entramos sin tocar, Moniwa-san estaba sentado en una silla junto a una camilla, y en ella, Kageyama se encontraba recostado con moretones en todas partes. Necesito hablar seriamente con la facultad de Letras.
-Shirabu-kun. -Moniwa-san se levanto y me abrazo como siempre.
-Shirabu-san. -Kageyama me miro y note su inseguridad.
- ¿Estás bien? ¿Te duele algo? -Pregunte, acercándome a él.
-Por supuesto, pero primero... -Lo mire con seriedad. -Dime quien te hizo esto. –
Desgraciadamente para mí, se quedo callado... igual que Kenma el primer tiempo. Con paciencia, intente explicarle a Kageyama que no hablar empeoraría las cosas, al principio no me creyó, pero al final termino dándome algunos nombres. Tendou-san tendrá algo con lo que divertirse.
- ¿Quieres que te ayudemos a llegar a tus clases? -Keiji le pregunto, cuando se paro para irse.
-No hace falta, estaré bien. -Él contesto y prácticamente huyo de nosotros.
-Es un chico tan dulce... ¿cómo podemos ayudarlo? -Moniwa-san cuestiono con un suspiro.
-Tratando de mantenerlo seguro... -Aventure, mirando la puerta. -Asegurándonos de que nadie siga lastimándolo, justo como hicimos con Kenma y Kogane. –
-Todos concordamos en que encaja con nosotros, ¿verdad? -Keiji pregunto, y ambos asentimos. -Quizás... deberíamos comenzar a pasar más tiempo con él, y... ver si podemos acoplarlo pronto con nosotros... Todos en el campus saben que no es buena idea meterse en nuestro camino, y mucho menos intentar hacernos daño. –
-Sí... -Asentí. Meterlo en nuestra relación pronto... quizás es lo mejor.
